jueves, 29 de abril de 2010

Libros Pop Up

En el país de los libros ilustrados existe la provincia de los Pop Up, esos libros que al ser abiertos despliegan una suerte de ingeniería de papel que escapa del propio libro. Desde la simple pestaña que debe ser abierta para mostrar algo escondido hasta la fantasía más extravagante, compleja, delicada o surrealista que uno pueda imaginar, todo cabe entre las dos páginas de un libro.
Los Pop Up suelen ser el postre mejor tras una deliciosa comida de lecturas (como bien sabía Angelines, la bibliotecaria de Camas que desarrolló la estrategia del Restaurante de la Lectura), son los libros regalo por excelencia y pueden ser también un premio que
refuerza la buena conducta y pone en valor al libro. Pienso por ejemplo en un buen libro Pop Up (El punto rojo, en Combel) que una profesora guarde como oro en paño en el aula, a la vista de los alumnos pero inalcanzable para ellos (una balda alta cerca de su mesa sería suficiente) y que como premio a un niño o niña que lo merezca le deje un ratito uno de los libros inalcanzables. Todos podrán ver la sorpresa apareciendo hoja tras hoja, pero sólo el premiado, la premiada, podrá tocarlo, pasar sus hojas, hacer que de su deseo brote la magia.

Hasta ahora para gente como yo los Pop Up eran un mundo inaccesible, realmente de alquimistas, un mundo en el que había magos como Jan Pienkowski, Kees Moerbeek, David A. Carter...
Pero hace poco salió a la venta un libro estupendo para degustadores del Pop Up, se trata de Los elementos del Pop-Up, de David A. Carter y James Diaz, en la editorial Combel. Un libro que nos muestra desde la historia del Pop Up hasta las técnicas de esta ingeniería de papel, un libro que desvela muchos secretos y, sobre todo, un libro que puede ser una puerta para adentrarse en un mundo asombroso: ahora hacer libros Pop Up en casa, en clase, en la biblioteca, ya es posible.
Más información sobre el libro Pop Up aquí.
Saludos

miércoles, 28 de abril de 2010

Las canciones de Bilitis

Hoy estuve en Cuenca, en la FLLIC, paseando entre los puestos y los estantes llenos de libros. He visto muchas novedades y también algunos viejos buenos libros. Entre ellos me topé con una edición de Las canciones de Bilitis, de Pierre Louys, un clásico de la literatura erótica de finales del XIX. No te aburriré con datos sobre este libro, puedes informarte aquí, pero sí te diré que es una delicada colección de poemas (seudo)sáficos, una maravilla, con un erotismo sutil y de gran hondura. La colección además tiene una gran unidad y es capaz de recrear el ambiente pastoril de la isla de Lesbos hasta el punto de que es fácil imaginarse 27 siglos atrás cantando y disfrutando de pequeños placeres.
Como muestra aquí os dejo este pequeño botón:

"EL ÁRBOL

Me quité la ropa para subir a un árbol: mis muslos desnudos abrazaron la corteza húmeda y lisa; mis pies pisaron sus ramas.
Ya en lo alto, entre las hojas y defedida por su sombra del calor, me puse a caballo sobre una rama horquillada balanceando los pies en el aire.
Había llovido. Las gotas que caían de las hojas escurrían por mi piel. Mis manos estaban manchadas de musgo y mis pies al aplastar las flores se habían teñido de rojo.
Cuando el viento pasaba a través de la copa empapada aún, el árbol se removía todo; yo entonces apretaba más las piernas y juntaba mis labios entreabiertos con las húmedas ramas." (pp. 2-3)

Una delicia, ¿verdad? Pues es sólo el principio...
Saludos

lunes, 26 de abril de 2010

La carretera

A pesar del trajín de estos días yendo y viniendo de un lugar a otro para contar y celebrar el día del libro, he tenido algo de tiempo para leer (sí, sí, puedo afirmar que el mes que menos leo del año es abril, qué cosas).
Lo cierto es que en el blog de ElDecano.es recibí una recomendación de arrk animándome a leer La carretera, de Corman McCarthy (en Random House Mondadori) y tras hacerme con el libro me puse a ello. En cuanto comencé a leer no pude dejarlo y las últimas cien páginas (es un libro no muy grueso) las leí del tirón.

En algunos pasajes me recordó a un libro que leí hace muchos años, El señor de las moscas, de William Golding, pero creo que La carretera da una vuelta más de tuerca y nos muestra al ser humano en toda su crudeza.
Sólo el lugar donde transcurre la historia, el contexto, el paisaje, es estremecedor, y lo que más agobia de este elemento es su posibilidad, no parece imposible que algo así llegue a ser nuestro mundo. Y lo que menos importa es cómo se llega a ese punto (no quiero dar pistas), porque lo cierto es que un hombre y un niño viajan por un mundo terrible en busca de un futuro improbable.
Los personajes están envueltos en ceniza y en silencio y los diálogos son parcos y llenos de significados. El viaje hacia ningún lugar, hacia ningún futuro. La huida, el comienzo, el final.
A pesar de todo esto me parece un libro con un final optimista (dentro del pesimismo gris que contiene), con un destello de luz final.
El libro me ha encantado, me ha atrapado y lo he leído con verdadero placer (y en algunos momentos con algo de angustia).
Por cierto, importante también el lugar de los cuentos que cuenta el padre al hijo en varios momentos del libro:

[el hombre hizo un pequeño candil para que] "iluminara los largos crepúsculos grises, los largos amaneceres grises. Así podrás leerme un cuento, dijo el chico. ¿Verdad, papá? Sí, dijo el hombre" (p.13)

"Arrimó el fuego a la fisura de roca donde antes lo había encendido y colgó la lona detrás de ellos para que reflejara el calor y se sentaron en el refugio mientras él le contaba cuentos al chico. Lo que recordaba de viejas historias de valor y justicia hasta que el chico se quedó dormido en las mantas y luego él echó más leña al fuego..." (p. 40)

Así en varias ocasiones hasta que, más adelante, sucede el siguiente diálogo:

"¿Quieres que te cuente un cuento?
No.
¿Por qué?
El chico le miró y apartó la vista.
Esos cuentos no son verdad.
No tienen por qué. Son cuentos.
Sí, pero en esas historias siempre estamos ayudando a gente y nosotros no ayudamos a la gente.
¿Por qué no me cuentas tú algo?
No tengo ganas.
Vale.
No tengo ninguna historia que contar.
Podrías contarme alguna historia tuya.
Ya las conoces todas. Tú estabas allí.
Pero tienes historias dentro que yo no conozco.
¿Quieres decir sueños, por ejemplo?
Por ejemplo. O cosas en las que piensas.
Ya, pero se supone que las historias han de ser alegres.
No tiene por qué serlo.
Tú siempre me cuentas historias alegres.
¿No tienes ninguna alegre que contarme?
Son más bien como la vida real.
Y las mías no lo son.
No, las tuyas no." (p. 221)

En fin, un libro excelente y totalmente recomendable.
Más información sobre el autor, aquí.
Saludos

domingo, 25 de abril de 2010

Book

Isabel me envía este vídeo tomado de leerestademoda.com, el vídeo es ingenioso y merece la pena verlo y difundirlo.
Saludos

viernes, 23 de abril de 2010

Día del libro

Tres enlaces para celebrar este 23 de abril.
El blog del club de lectura de Rute con una propuesta estupenda en la que 120 lectores de la biblioteca recomiendan (en persona, grabado en vídeo) libros que les han gustado. Una chulada,mírala aquí.
Una fiesta estupenda con muchos personajes entrañables, ideal para este día del libro (vídeo de Jaume Sisa que me recomienda Raquel, gracias). Aquí.
Y un texto que he escrito en el blog de ElDecano.es (salud y suerte, dice, brindando con el libro).
FELIZ DÍA DEL LIBRO
Saludos

jueves, 22 de abril de 2010

Dos regalos extremeños

Recién llegado de Cáceres me he traído dos regalos (muchos más de dos, pero al menos dos que aquí podáis ver) desde Extremadura.
Para empezar aquí tenéis una versión de mi cuento La cabra boba ilustrado y leído por los alumnos de sexto de primaria del CEIP Alba Plata, una chulada. Desde luego hay profesoras que tienen muchas ganas de trabajar y de hacer cosas estupendas y creativas con los alumnos.
Para continuar aquí os dejo unas adivinanzas (eran deuda y queda saldada) que me contaron unas cuantas profesoras del CEIP Gabriel y Galán.

1
Verde fue mi nacimiento
marrón mi moceá
y ahora me visten de blanco
para volverme a enterrar.

2
Redondo redondo
como un caldero
y lleva las mozas
al retortero.

3
En una sala muy adornada
de pellejo de animales
habitaban cinco hermanos
y ninguno son iguales.

4
Por un callejón oscuro
lleno de mil balazos
la muerte lleva consigo
y un galán lo lleva en brazos

Como es costumbre, os dejo unos días para que penséis en las respuestas.
Saludos

Por los caminos de la tierra oral (y VII)

Hoy se ha marchado Begoña a su isla, tenía ganas de mar y sol y familia. Pero también se iba contenta y feliz por los días pasados (eso ha dicho) y con mucho que rumiar después de la experiencia vivida (eso ha dicho también). Pero antes de nada os contaré cómo han sido los últimos días, ayer y hoy.
Ayer estuvimos todo el día en el "CEIP Cervantes", en Cáceres, sesiones de cuentos con todo el cole salvo con 5º y 6º, con los que tenía visita de autor (aunque algún cuento cayó, claro). Una vez más una biblioteca deslumbrante, unas profesoras estupendas y un centro que ha preparado nuestra visita con mucho cariño. Una vez más. Y es que acaba uno abrumado con tanta fiesta y tiene miedo de hasta quedarse sin palabras (un cuentista sin palabras sería lo último, ¿no?)
Lo cierto es que ayer Begoña estuvo con nosotros todo el día y contó en un par de sesiones y disfrutó con ello. Contar es una fiesta, siempre: este oficio nuestro a veces resulta agotador, otras veces estresante, otras complicado, pero siempre es una fiesta. Incluso en los momentos más complicados sentir que hay un público que te alienta, un grupo de personas que tira de ti... es imposible no salir adelante.
Tras las sesiones en el cole y la charla para profes por la tarde nos volvimos a Guadalajara (condujo ella, otra ventaja más de ir en pareja) y pasamos todo el viaje hablando de detalles de las sesiones, de esas pequeñas cosas que hacen grandes los cuentos.

Hoy, esta mañana, fuimos a Majadahonda a contar cuentos a chicos y chicas de sexto de primaria, en la Biblioteca Francisco Umbral. Fueron cuentos de miedo y humor, un género que Begoña no había catado todavía. Un par de sesiones intensas y complejas pero muy gratificantes en las que ella no contó pero de las que pudimos hablar un buen rato mientras nos dirigíamos al aeropuerto.

Tomando una última cerveza mientras los aviones despegaban en la pista, charlábamos, y entre las conclusiones que me comentaba Begoña estaba la siguiente: vista toda la tramoya del cuento, desde el texto hasta la boca, desde el corazón hasta el ojo (pasando también por la oreja), la aventura de la palabra dicha no resulta tan "sencilla" como pueda parecer a simple vista. Son muchas las cuestiones a las que atender, muchos temas sobre los que ahondar, muchos puntos en los que fijarse, muchos. Ahora ella tendrá que pensar sobre todo esto y reflexionar y rumiar las notas de su cuaderno y las imágenes de su retina. Llega el momento del trabajo en solitario, al menos por un tiempo. Porque esta aventura continúa. Esta propuesta de la formación con un mentor la planteo de manera continuada en el tiempo, sin prisa pero sin pausa, así que espero que pronto podamos compartir cuentos, palabras y sueños.
De momento Begoña se ha marchado (te dejaste el paraguas) y hoy ando como manco por la casa.

martes, 20 de abril de 2010

Por los caminos de la tierra oral (VI)

Hoy he estado todo el día en el colegio "Gabriel y Galán", un centro con un porcentaje muy elevado de población gitana. Habían estado trabajando algunos de los cuentos que he publicado y tenían la biblioteca preciosa con dibujos de los niños y niñas. Me he encontrado con un equipo de profesores muy animoso y con mucho empeño en su trabajo. Todo un gusto.
Una de las personas por las que estoy estos días en Cáceres es Ana, la profesora-bibliotecaria de este centro, que está estos días recuperándose de una operación en el hospital, desde aquí quiero enviarle un fuerte abrazo y mucho ánimo.
Las sesiones han sido muy divertidas y los niños y niñas no dejaban de participar. Uno nunca deja de sorprenderse por la fuerza que tienen los cuentos. Quizás el momento más emocionante ha sido cuando he contado Por cuatro esquinitas de nada, todos nos hemos quedado sorprendidos con la atención y el silencio con el que escuchaban la historia este grupo de alumnos gitanos.
Por la tarde fue el turno de las profesoras, un momento maravilloso en el que compartir experiencias y reflexiones (y adivinanzas, ahora os pondré algunas).
No he hablado nada de Begoña porque hoy ha tenido el día libre (ya le tocaba después de seis días por aquí) y ha podido pasear por esta hermosa ciudad y hablar tranquilamente con los suyos y leer. Mañana terminamos en Cáceres y volvemos a Guadalajara, tengo ganas de casa.

lunes, 19 de abril de 2010

Por los caminos de la tierra oral (V)

Hoy hemos estado todo el día en Cáceres, en el colegio "Alba Plata". La experiencia ha sido diferente a la de otros días porque a este colegio he ido, básicamente, como autor. La primera hora la pasé con un grupo de niños y niñas que habían leído y trabajado mis cuentos y habían leído sobre mí ¡y se habían preparado unas preguntas de lo más interesantes!
Después llegaron las sesiones de cuentos, una tras otra hasta tres. Y hubo de todo, desde grupos más participativos y animosos a grupos más calmados. En las tres sesiones de cuentos hoy Begoña se ha quedado detrás tomando notas para luego charlar sobre detalles y cuestiones de las sesiones. Me impresiona la seriedad y el empeño que tiene en sacar todo el jugo a estos días.
Por lo que os comenté antes, que venía también como autor (no os imagináis lo precioso que estaba el pasillo con ilustraciones y otros elementos de los cuentos que tengo publicados: en verdad me he quedado abrumado) pues hoy Begoña no ha contado, pero no tengáis ninguna duda, ha aprovechado el día al máximo.
Tras los cuentos llegó la hora de la charla para madres, padres y profes. Otro lujo, en verdad este centro funciona de maravilla y trabajan como un gran equipo (no es extraño que la biblioteca del centro recibiera un premio nacional). La charla ocupó dos horas de reflexión alrededor de los cuentos, la tradición oral, los libros, las familias, la escuela, la casa, la animación a la lectura... fueron dos horas intensas y, creo, entretenidas.
Después nos fuimos a la plaza del Arco de la Estrella y allí, en una terracita, al abrigo de una cervecica, Begoña y yo fuimos repasando el día y hablando de todas las cuestiones que le habían surgido. Y después de esto tomamos unas migas en El Figón de Eustaquio (excelentes) y al hotel a descansar, mañana el día tiene también una jornada bien intensa.

Por los caminos de la tierra oral (IV)

El domingo fue un día en verdad completo.
A primera hora estuvimos en Alcalá de Henares donde participé de la ronda de cuentos en la fachada de la Universidad Cisneriana. Un lugar común entre los colegas de oficio es que se aprende mucho cuando ves y escuchas a otros compañeros contar, y ayer Begoña pudo comprobar que es cierto. Me interesaba mucho que ella pudiera ver a otros narradores contar para reafirmar que una de las claves del oficio es encontrar la propia voz: allí vimos a Martha Escudero, a Maricuela y a Carles, maestros todos en lo suyo. Ah, también fue interesante ver lo duro que es la calle para contar, aunque los Légolas se encargan de que apenas se note que calle es, o más bien plaza es, el lugar donde contamos.
Por culpa de la lluvia la ronda de cuentos se quedó en poco más de una hora, pero fue suficiente para tener de que hablar durante el viaje que emprendimos nada más salir de Alcalá.
Porque nos fuimos rápidamente a San Clemente, en Cuenca, donde teníamos tres sesiones de cuentos, una para niños/as (2-6 años), otra para niños/as (6 en adelante) y otra para adultos. Contar en San Clemente, para mí, es una fiesta, llevo siete años yendo, y de los 20 niños y 15 adultos que fueron en el primer año a los más de 400 personas que hubo ayer de público, el paso ha sido importante. Mucha culpa de ello tiene la perseverancia de Vicen, la programadora, y el apoyo del ayuntamiento por que esta actividad se consolide.
Además en San Clemente se cuenta en el teatro, y era importante que Begoña viera también este espacio.
Las tres sesiones fueron estupendas, y en las tres conté y ella contó, pudo disfrutar de los cuentos para los pequeños, y pudo también sudar la gota gorda con el cuento que contó para adultos. Fue estupendo porque en estos días hemos vivido sesiones muy variadas, algunas con público muy entregado y otras más difíciles, y en todas estas situaciones Begoña ha salido adelante. Creo que ella tiene aptitudes, ahora será decisión suya seguir formándose cuando vuelva a las islas, porque todo narrador, narradora, sustenta su quehacer en el repertorio, otra de las claves del oficio. Y el repertorio es un saco enorme que nunca está lleno, insaciable, una caldera que precisa de carbón continuamente. Pero de momento ella va viendo y va viviendo la experiencia del acto narrativo, la fiesta de la palabra, los buenos momentos y alguna que otra amargura. Y todo son experiencias estupendas en este camino que hemos emprendido juntos por la tierra oral.
Hoy estamos en Cáceres (llegamos anoche tardísimo), más tarde os contaré.
Saludos

domingo, 18 de abril de 2010

Por los caminos de la tierra oral (III)

Ayer sábado Begoña y yo estuvimos todo el día en Alcalá de Henares, en Alcalá Cuenta, allí pudimos compartir tiempo y risas con buenos amigos y profesionales de este oficio nuestro: Manuel y Cármen de Légolas, Carles, Maricuela y Martha Escudero.
Fue una pena que por causa de la lluvia la sesión de la mañana en la que íbamos a contar todos se suspendiera: se aprende a contar contando, pero también viendo contar a otros colegas. De todas formas hoy domingo, si el tiempo lo permite, podremos hacer la rueda de cuentos.
Será bueno porque así Begoña y yo podremos ir comentando mientras vemos a otros narradores contar. Todo un lujo.
Ayer por la tarde conté en el Hospital de Sta. María la Rica, dentro del programa de Alcalá Cuenta, y Begoña pudo ver cómo unos mismos cuentos funcionan de manera diferente según sea el público y el contexto.
Después pudimos ver al amigo Carles jugar con poemas y retahílas y cuentos tradicionales y disfrutamos un montón.
Ayer, sobre todo, fue un momento de compartir experiencias con otros narradores. Un día estupendo al abrigo de los amigos.
Saludos


viernes, 16 de abril de 2010

Por los caminos de la tierra oral (II)

Hoy Begoña y yo hemos pasado gran parte del día hablando de repertorio: ¿cómo y dónde encontrar buenos cuentos para contar? Porque sin duda las historias que elegimos, contamos, vivimos, soñamos, desechamos... nos hacen los narradores que somos: los cuentos se enroscan en la garganta, en el corazón, en los ojos, y nos acompañan durante años, viven en nosotros y nosotros en ellos. Por eso es tan importante elegir bien los cuentos que vamos a preparar y contar, porque no se puede (con)vivir con un cuento durante años si no os lleváis bien.
Hemos visto sobre todo libros recopilatorios de cuentos tradicionales y libros con cuentos de autor (álbum infantil sobre todo). Mientras yo escribo esta pequeña crónica Begoña está arriba leyendo, lleva ya un buen par de horas pegada a los cuentos, leyendo, leyendo, leyendo, tomando notas, saboreando cuentos. Qué suerte toparse con autores maravillosos por primera vez, con historias excelentes por primera vez. En fin.
Pero esto no ha sido lo único que hemos hecho hoy, también hablamos a primera hora de algunos detalles de las sesiones de ayer, analizando (con algo de distancia) algunas cosas que no habíamos tocado ayer y que había que hablar, detalles, minucias, la salsa de los cuentos.
Y a última hora de la mañana fuimos al CEIP La Senda, al colegio donde trabaja Mariaje (mi mujer), para que Begoña contara a unos cincuenta niños y niñas de cinco años (gracias por la oportunidad al equipo de La Senda).
Ha sido una experiencia muy interesante porque la sesión no ha sido fácil (para empezar, era viernes y última hora de una semana lluviosa en la que apenas habían salido al patio...) y Begoña ha sido capaz de tirar para adelante y ¡hasta de disfrutar y hacer disfrutar a los niños!
Bueno, otro día más en esta aventura de cuentos.
Mañana estaremos en Alcalá con más compañeros y compañeras del oficio.
Saludos

Por los caminos de la tierra oral (I)

Begoña y yo salimos hoy de casa a las 7 de la mañana y hemos llegado a las 11 de la noche, en todas estas horas hemos recorrido más de 750 kms y hemos estado en tres sesiones de cuentos por La Manchuela, en Albacete. Pero sobre todo hemos estado todo el día hablando de cuentos, de cómo prepararlos, de cómo contarlos, de espacios para contar, de centros de interés, de públicos diversos, de repertorio, de la propia voz... ha sido un día intenso de verdad, un día vivido abrazados al cuento. Una absoluta delicia para un goloso de los cuentos como yo.
Ella ha contado en dos de las tres sesiones un par de cuentos y luego hemos hablado sobre ello, también me ha visto contar y mientras iba anotando en su cuaderno dudas, cuestiones, comentarios... yo le estoy ayudando a ella a pensar sobre el hecho narrativo, sobre este acto único y maravilloso de compartir cuentos, pero también ella me está ayudando (y no poco) a pensar y pensarme. Está siendo una experiencia estupenda.
Además estoy recordando mucho de los primeros años en los que yo empezaba a contar cuentos: de los errores (que fueron muchos) y de los aciertos (que fueron algunos); de los procesos de búsqueda y reflexión; de las cuestiones que me surgían; de las lagunas que tenía y que, según iba avanzando en mi formación, en vez de achicarse parecían cada vez mayores; en verdad estoy recordando mucho de aquellos años en los que cada cuento era un regalo y cada sesión una aventura.
Hoy estoy agotado y no puedo escribir ni media palabra más, mañana prometo poner más información sobre esta propuesta de formación.
Saludos

miércoles, 14 de abril de 2010

¿Cómo se forma un narrador oral?

Desde que soy narrador oral profesional pienso sobre este asunto. No son pocas las veces que miro mi propio camino hasta llegar aquí y lo comparo con el del resto de compañeros y es difícil encontrar puntos en común. Unos vienen del mundo del teatro, otros de la escritura, otros de la animación sociocultural, otros eran educadores sociales, monitores de tiempo libre, abogados, trabajadores sociales, economistas, maestras, bibliotecarias... y cada uno parece haber llegado por su propio camino a este oficio nuestro.
Ya en el Primer Encuentro Estatal de Narradores Orales que se celebró en Cádiz (en el 2004, si no me falla la memoria) se abordó el asunto de la formación en una de las tres mesas de trabajo, y se sacaron algunas conclusiones y reflexiones interesantes. El tema sigue hoy en día siendo lugar común de debate y reflexión cuando se reúnen más de tres narradores orales.
El pasado año en el II Encuentro de la Federación Europea de Narración Oral, en Suiza; hablamos de nuevo sobre este asunto y aunque las preguntas eran similares, las respuestas fueron muy diversas: escuelas de narradores, talleres, cursos, asociaciones de profesionales que avalan formación, etc.
Según pasan los años estoy cada vez más convencido de que la formación en este oficio es personal, es un camino propio que se ha de descubrir y recorrer, pero que ese camino no debe ser solitario. Cada vez creo más en el aprendizaje por tutelaje, en el aprendizaje desde el acompañamiento de un mentor a un alumno, de un maestro a un discípulo, de un artesano a un aprendiz. De alguna manera ese fue mi camino y Estrella Ortiz fue (y sigue siendo) mi maestra, ella era la persona con la que podía resolver dudas, hacer preguntas, reflexionar en voz alta, aprender de su experiencia y de sus consejos, compartir inquietudes. Sin que eso significara que no fuera yo, al mismo tiempo, buscando mi propia voz y trabajando y reflexionando en solitario sobre lo que cada día sucedía cuando me ponía a contar cuentos (la maravilla de este oficio en el que me empeño y con el que tanto disfruto).
Ha llegado la hora de empezar a dar a los cuentos una parte de tanto cuanto he recibido de ellos. Hoy ha venido desde Canarias Begoña, una muchacha empeñada en contar cuentos, que va a pasar siete días en casa, con mi familia, y claro, siete días conmigo de viajes, cuentos, sesiones, trabajo, reflexión y diálogo. Esta experiencia es nueva para ella y es nueva para mí y, si os parece bien, trataré de ir anotando aquí los hechos más relevantes de esta semana en la que no estaré solo contando cuentos, sino que pasaré muchas horas hablando de este oficio nuestro maravilloso: contar cuentos.
Un saludo

¡¡¡Viva Murakami!!!

Acabo de terminar Tokio Blues Norwegian Wood, de Haruki Murakami. Es el tercer libro de este autor que leo en un año y solo puedo decir una cosa: he caído rendido en todas sus historias, sus personajes hondos, sus silencios, sus vidas, sus paisajes, la delicadeza de las descripciones, las historias que suceden como sin querer, el azar, el destino, los sueños, el amor, la muerte... los tres libros que he leído de este autor ME HAN ENCANTADO (Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, Sputnik mi amor y Tokio blues, todos en Tusquets).
Si tienes ganas de un libro hermoso, de una lectura mayúscula, de dejarte atrapar por una historia sutil y enorme, lee Tokio blues. Lee a Murakami.

martes, 13 de abril de 2010

Una fiesta

Hoy he tenido un regalo sorpresa. Una fiesta inesperada. Una maravilla, una suerte, un tesoro.
Llegaba a casa después de un día agotador, con más de ocho horas al volante y un par de sesiones de cuentos (que, por cierto, he disfrutado un montón), y cuando estaba llegando a casa me llama Pablo Albo para decirme que está en Guadalajara y que se pasa a vernos (a mí y a mi familia), pero es que al ratito llama Félix Albo que estaba con Nieves y Dani de Borrón y Cuento Nuevo tomando una cerveza en Madrid y que se pasaban para saludar. Al final nos hemos reunido todos en casa y hemos cenado. Hemos reído, hemos hablado de libros, de cuentos, de sueños... Mariaje ha velado porque la cena fuera perfecta, y mis hijos cenaban, escuchaban y, sobre todo, miraban muy atentos a esos adultos que reían como niños.
Qué mejor forma de acabar el día. Menudo regalo.
Saludos

lunes, 12 de abril de 2010

Justicia para Sankara

He recibido un correo de Antonio Lozano en el que se me informa de que "se ha lanzado un llamamiento titulado JUSTICIA PARA SANKARA, con el fin de retomar las acciones para exigir una investigación independiente sobre el asesinato del líder burkinabé"
Hace algo más de un año leí un libro del mismo Antonio Lozano titulado El caso Sankara, en la editorial Almuzara, y premio de Novela Negra de la Ciudad de Carmona. El libro está basado en los hechos verídicos del gobierno (y muerte) de Thomas Sankara, un político africano modélico que fue vilmente asesinado.
Luego, en otras ocasiones, he hablado de este hombre íntegro con Boni, amigo, narrador, africano, que habla con pasión de Sankara, un hombre que fue ejemplo para muchos jóvenes africanos.
Es una figura poco conocida aquí en España. Si no puedes hacerte con la novela de Antonio (excelente y totalmente recomendable) puedes buscar información de Sankara en internet (aquí la web oficial, aquí en wikipedia)
Y si quieres adherirte al llamamiento, aquí [recuerda que hay que rellenar todos los datos y hacer clic en validar, si no lo haces así la firma no tendrá validez.]
Un saludo

domingo, 11 de abril de 2010

Un loro de libro(s)

Me envía Víctor (una vez más, gracias) aviso de que en la revista Delibros, en el número de abril, se habla de Un loro en mi granja, una breve reseña. Aunque en este caso el libro parece ser que está escrito por un tal Brun e ilustrado por una tal Licie. Qué raro que el libro no lo hayan titulado Un lirio en mi granja...
Aquí os dejo la nota.
Saludo

viernes, 9 de abril de 2010

Ese premiazo...

...que hemos recibido Mariona y yo por La familia C tiene bastante eco en prensa (al menos para lo que yo estoy acostumbrado), aquí os dejo unos cuantos enlaces.
Para empezar os enlazo la noticia en Kalandraka

Prensa [no incluyo entrevistas en radio ni prensa escrita en papel (por ejemplo el reportaje de hoy en el Nueva Alcarria), solo algunos enlaces de internet]

CulturaGalega.org
[no enlazo otras webs de noticias: Guadalajara Dos Mil, Qué es, Guadaqué, etc, que no aportan más información]

Algunos blogs
Literatura infantil y juvenil actual

Como para no sentirse abrumado...
Saludos

jueves, 8 de abril de 2010

Cuentos gitanos

Hoy es el Día Internacional de los Gitanos y por este motivo me gustaría recomendaros dos libros de cuentos gitanos que conozco y me gustan mucho.
El primero es Cuentos populares gitanos, edición de Diane Tong, en Siruela. Es el primer libro que recogía cuentos populares gitanos que leí.
El otro libro que quiero recomendaros se trata de la primera colección, que yo sepa, que ha hecho una recopilación seria (sin tópicos) de cuentos populares gitanos españoles, se trata de Gitanos que andan con la luna (Literatura tradicional de los gitanos de Almería), libro coordinado por Nieves Gómez López. Una maravilla que editó el Instituto de Estudios Almerienses y que se agotó rápidamente. Tal vez pronto podamos hacer una nueva edición desde Palabras del Candil.
Saludos

martes, 6 de abril de 2010

¡¡¡HEMOS GANADO!!!

La familia C es un álbum ilustrado que soñé en agosto-septiembre de 2009 y que en noviembre-diciembre del mismo año ilustró Mariona Cabassa. En enero la familia C hizo las maletas y se fue a Santiago de Compostela para participar en el III Premio Internacional COMPOSTELA de Álbum Ilustrado, auspiciado por la ciudad de Santiago de Compostela y por la reconocida editorial Kalandraka.
A este concurso se han presentado 519 proyectos de un total de 22 países... y ¡hemos ganado!, ¡HEMOS GANADO! Todavía no me lo puedo creer. No os podéis imaginar lo felices que estamos. No me lo creía hasta que no he visto la foto del alcalde de la ciudad y el jurado con el álbum en las manos.



Podéis ver más información aquí.
Y como anticipo, la ilustración de portada.
Saludos

lunes, 5 de abril de 2010

Andrés Barba

En casa acabamos de terminar La alucinante historia de Juanito Tot y Verónica Flut, de Andrés Barba, en Siruela, la hemos leído en voz alta en un par de días y nos ha encantado, mis hijos y yo hemos disfrutado como enanos (Arapajoes).De este joven escritor madrileño ya habíamos leído en casa Historia de Nadas, también en Siruela, un libro absolutamente maravilloso que conocí gracias a un café que tomé en una terracita de Las Palmas de Gran Canaria con Ana Griot y Pablo Albo, enormes narradores orales los dos, escritores premiados los dos, excelentes lectores y grandes amigos. Y por eso de ser grandes amigos me recomendaron encarecidamente este hermoso y bello libro: Historia de Nadas. No me quedó más remedio que hacerme con el libro y leerlo. Bendita la hora, Historia de Nadas es ya un referente imprescindible en mi biblioteca, un libro que recomiendo una y otra vez y que regalo siempre que puedo.
El pasado miércoles estuve en Hervás (Cáceres) en una cafetería-librería donde acudo siempre que estoy de paso por el lugar, una cafetería-librería especial porque tiene una excelente y muy cuidada selección de libros y autores. Así pues no me sorprendió nada encontrarme allí con libros de Andrés Barba y, claro, no pude resistirme y compré La alucinante historia de Juanito Tot y Verónica Flut, y nos la merendamos en dos tardes entre todos. Y nos gustó mucho mucho mucho, la historia, cómo está escrita, los personajes, las aventuras, el fino humor... deslumbra la potencia de la ficción de este escritor. Es un libro estupendo, estupendo de verdad.


Creí que era lo único que había leído de este autor y sucede que no es así, veo que Andrés Barba tiene novelas de adultos y al menos un ensayo, La ceremonia del porno, en Anagrama, un ensayo escrito a cuatro manos con Javier Montes (que recibió el XXXV Premio Anagrama de Ensayo), que leí hace unos meses y que me encantó. Desde luego no pasarán muchos días para que me haga con algunas de sus novelas de adultos, este escritor es de los que pienso seguir muy de cerca.
Saludos

sábado, 3 de abril de 2010

Sobre la hospitalidad de los relatos

Magda me sorprende muy a menudo con los libros y lecturas que me recomienda. No solo suele acertar sino que con sus recomendaciones suele abrirme nuevas puertas y ventanas por las que curiosear, hilos de los que tirar, madejas en las que enredarme, con gusto enredarme.
El blog de las Palique esconde algunas entradas llenas de sabiduría, todo un lujo para los tiempos que corren.
No dejéis de echar un vistazo a esta entrada que habla de la hospitalidad del relato.
Saludos

Peonza #91

Recibí el número 91 de Peonza (http://www.peonza.es/) una de las imprescindibles revistas dedicadas a la literatura infantil y juvenil, y lo devoré.
Me emocioné especialmente con el artículo de Jesús Marchamalo hablando de Mario Merlino; disfruté como un enano con la entrevista a Lygia Bojunga (una escritora maravillosa, inolvidable bolsa amarilla llena de historias); y me conmocionó el artículo de Gonzalo Moure, siempre tan iluminador.
El número está lleno de buenos artículos. Peonza totalmente recomendable, como siempre.
Saludos

Contar al amor de la lumbre (y II)

Ayer, Día Internacional de la Literatura Infantil y Juvenil, me tumbé en un cómodo sofá y me puse a leer prácticamente todo el día. Entre otras cosas terminé Alfanhuí, de Rafael Sánchez Ferlosio (en Destino) y encontré un par de citas más sobre el fuego y las historias, aquí van:

"Cuando vino el invierno, Alfanhuí se arrimaba al fuego de la chimenea; se sentaba en un tajo, a la izquierda del fogón, debajo de la campana. Poníase a mirar el fuego y nada decía. El fuego le miraba con su cara. Ojos y boca tenía el fuego. Su boca de dientes de astillas crepitaba, hablaba. Hablaba el fuego con sus dientes antiguos; componía espigas y las desgranaba. Cada espiga una historia, cada historia una sonrisa. Como puñados de trigo derramados sobre la piedra, volvían del fuego las historias. El eco de las historias duerme en las chimeneas. El viento quiere desbaratarlas. El fuego las despierta. (...) Alfanhuí escuchaba las historias repetidas; recogía el trigo con sus manos, reconocía la voz. Reconocía también, entre el trigo, sus viejas sonrisas. Noches enteras. A bocanadas entraban por el fuego las historias, llenaban la cocina. Ahora el fuego crecía solo, menguaba solo, solo volvía a crecer y solo se apagaba. Alfanhuí miraba y oía. Dejaba de mirar, y ya no oía." (pp. 87 -88)

"El fuego de la abuela era el brasero. Salía a encenderlo muy de mañana al descansillo de la escalera y se estaba un rato atizándolo con una palmeta de junco. Luego lo cubría con la ceniza del día anterior que había puesto en el borde mientras se encendía el picón nuevo. Así echaba la abuela un día sobre otro y los tenía todos enhebrados en un hilo de ceniza. (...) Cuando Alfanhuí conoció el fuego de la abuela, quiso sacarle las historias y discurrió para ello una picardía. Traía del campo unas hojitas de romero y las iba echando a escondidas en la brasa. Pronto subía su olor fresco y tostado y la abuela, sin darse cuenta, empezaba a contar. (...) Alfanhuí se interesaba por las historias y se olvidaba de echarle más romero y la abuela iba callando. Alfanhuí se apercibía de nuevo y le echaba más hojitas. La abuela se volvía a estimular y seguía contando. Pero no quería Alfanhuí abusar del romero, pues no se debe contar mucho en un día, porque las historias se desvirtúan. Cuando cesaba el olor agridulce, la abuela se cortaba:
-Bueno, bueno, ya basta; que todo lo queréis saber. Quita, quita; vámonos a la cama.
Y Alfanhuí, ladronzuelo de historias, sonreía entre labios con malicia." (pp. 177-178)

[Habla primero de las urracas y dice de ellas] "Las otras aves se van, pero las urracas se quedan siempre (...) Dicen los nombres de los muertos y los recuerdan sin pena. Unas a otras se narran las historias de los muertos. (...) Viven los hombres y envejecen; las urracas hablan y miran. (...) ellas narran tan sólo, y repiten los nombres de los muertos." (p.143) [Más adelante Alfanhuí es rescatado del frío y pasa unos días en una casa donde también hay una niña:] "en la caseta se le había pasado el frío y los sufrimientos y había contado largas historias a los serranos. Cuando llegó el día de marcharse, Alfanhuí se levantó de madrugada. La niña del serrano, que tendría unos diez años, estaba encendiendo el fuego y soplaba. Tenía un pañuelo por la cabeza, unas medias gordas y un delantal grana sobre su vestido negro. Alfanhuí salió a la puerta a mirar el día. La niña se puso a su lado. En el umbral, Alfanhuí oyó su voz por primera vez, porque no había dicho palabra en todo aquel tiempo:
-Oye, yo sé muy bien tus historias; cuando nadie se acuerde las sabré yo sola y no se las contaré a nadie.
Alfanhuí la miró un momento y preguntó:
-¿Cómo te llamas?
-Urraca." (pp. 149-150)

Y una última, hermosísima cita que nada tiene que ver con el fuego:
"Porque las mismas cosas tienen, en distintos días, distintos modos de acontecer y lo que ocurrió bajo la lluvia, sólo bajo la lluvia puede ser contado y recordado" (p. 196)

Alfanhuí, ladronzuelo de historias, historias que viven en el fuego y que se cuentan y se recuerdan en la lumbre, historias que arden en las palabras y los corazones. Preciosísimo libro que os recomiendo encarecidamente.
Saludos

jueves, 1 de abril de 2010

Contar al amor de la lumbre (I)

Estoy releyendo Industrias y andanzas de Alfanhuí, de Rafael Sánchez Ferlosio, en Destino (Ignacio Sanz y su El lector engatusado tienen gran culpa de ello). Y como hace tanto tiempo que lo leí pues no recordaba unos párrafos maravillosos [¡que suceden en Guadalajara!] en los que se habla de contar al amor de la lumbre. Aquí los señalo:

"El maestro contaba historias por la noche. Cuando empezaba a contar, la criada encendía la chimenea. La criada sabía todas las historias y avivaba el fuego cuando la historia crecía. Cuando se hacía monótona, lo dejaba languidecer; en los momentos de emoción, volvía a echar leña en el fuego, hasta que la historia terminaba y lo dejaba apagarse.
Una noche se acabó la leña antes que la historia, y el maestro no pudo continuar.
-Perdóname, Alfanhuí.
Dijo y se fue a la cama. Nunca contaba historias sino en el fuego y apenas hablaba de día" (pp. 26-27)

"Alfanhuí conocía bien la leña. Sabía los maderos que daban llamas tristes y los que daban llamas alegres; los que hacían hogueras fuertes y oscuras, los que claras y bailarinas, los que dejaban rescoldo femenino para calentar el sueño de los gatos, los que dejaban rescoldos viriles para el reposo de los perros de caza.[...] Así llegó Alfanhuí con un brazado de leña escogida y se puso a encender el fuego. El maestro lo contemplaba desde su silla [...] se le pusieron brillantes las pupilas y una sonrisa a flor de labios. Luego dijo: Para tu primer fuego, Alfanhuí, te contaré mi primera historia." (pp. 32-33)

Es inevitable no relacionar esta historia con esta otra de un libro que está a punto de salir, Palabra de cuentero, de Nicolás Buenaventura Vidal, en Palabras del Candil. Otra maravilla.
Saludos

La leyenda del Santo Bebedor

Acabo de leer La leyenda del Santo Bebedor, de Joseph Roth, en Anagrama, un cuento hermoso que se lee en un suspiro y que me ha encantado. Lo compré ayer en una cafetería-librería por la que suelo pasar cada vez que estoy en la hermosa Hervás (Cáceres): se toma uno un café mientras curiosea en los anaqueles y acaba por salir con cinco o seis libros debajo del brazo.


La leyenda del Santo Bebedor cuenta los últimos días de un clochard que adquiere una deuda con una santita y, como es hombre de honor, quiere saldarla; pero la cosa no resulta fácil porque siempre aparece algún imprevisto que acaba por desviarlo del camino de Sainte Marie des Batignolles, la iglesia donde se encuentra Santa Teresita. Un cuento amable, optimista y también agridulce que se deja leer y releer.
Por cierto, el prólogo de Carlos Barral no tiene desperdicio tampoco.
Saludos