martes, 29 de enero de 2019

Némesis

Esta tarde, aprovechando que se puso el tiempo algo feo para ir a pasear, terminé de leer Némesis, una novela escrita por el autor norteamericano Philip Roth, traducida por Jordi Fibla, y publicada por la editorial Mondadori.


En el verano de 1944, con la II Guerra Mundial iniciando su final, nos encontramos en la ciudad de Nueva Jersey (Estados Unidos) donde una violenta epidemia de polio hace estragos entre los más pequeños. El protagonista de este libro es Bucky Cantor, un joven profesor que por problemas de visión no ha podido ir a la guerra y que se encarga de las actividades deportivas de los chavales que asisten a las instalaciones deportivas de una escuela (durante ese verano).
La polio y su azarosa siembra cubre el verano de un manto siniestro (en la primera parte del libro: Una Newark ecuatorial). El autor logra transmitir la impotencia y la inquietud que dicha epidemia generaba entre la población (el libro está ubicado temporalmente sólo once años antes de que se descubriera la vacuna de la polio), para ello se sirve de Bucky Cantor, el protagonista, que se siente completamente impotente ante la situación (niños que van a sus clases y que mueren o caen gravemente enfermos) y nos invita a conocer su propia historia (de verdadera superación), su situación (personal, amorosa, profesional), sus angustias (por no poder ir a la guerra, por no poder hacer nada ante la epidemia de polio), sus reflexiones y, finalmente, sus decisiones (y actos).
El viaje de Nueva Jersey al campamento de verano en Indian Hill (segunda parte del libro) aporta aire y luz al relato, sin embargo la sombra parece acechar hasta que, finalmente todo se precipita (tal como conocemos en la tercera parte del libro).
Hay un cierto fatalismo rondando en toda esta historia ¿qué podemos hacer para escapar de las circunstancias (del destino que dirían los clásicos)? Este libro es, además de una lectura poderosa, una excusa perfecta para hablar y reflexionar sobre las múltiples cuestiones (interesantísimas) que plantea su historia.
Ah, y un apunte último. Si no sabéis qué significa "Némesis" no lo busquéis hasta que no terminéis el libro: el título os va a dar un nuevo giro de tuerca a todo lo leído (estas cosas me parecen fascinantes).
Saludos

Finalista en el Premio Fundación Cuatrogatos 2019

El libro Los días pequeños ha resultado finalista en el selecto premio que la Fundación Cuatrogatos publica cada año. De entre los 1.500 títulos valorados (de 175 editoriales y 19 países) hubo 20 libros premiados, 12 finalistas y 100 recomendados. Los días pequeños quedó entre los 12 finalistas, de los que se dice:

"Resaltamos un grupo de títulos que resultaron finalistas en el proceso de selección de las obras ganadoras delPremio Fundación Cuatrogatos 2019.
Estos libros –publicados por editoriales de Argentina, España y México– fueron muy valorados por su calidad literaria, plástica y editorial durante las sesiones de trabajo del jurado y estuvieron optando por un puesto entre los 20 galardonados hasta la última ronda de eliminaciones.
Los finalistas son libros con significativos méritos, cuya lectura también se recomienda con entusiasmo."

Aquí tenéis el pdf con todos los libros seleccionados en esta edición. Qué alegría.



Saludos

miércoles, 9 de enero de 2019

Los días pequeños en Revista BLI

Acaba de publicarse el primer número de la revista online y trimestral Revista BLI. Está dirigida por Jessie S. Martin, quien es, además, la administradora del Blog de Literatura Infantil (BLI) que da nombre y soporte a dicha revista.



En este primer número se incluye (en la página 36) una estupenda reseña de Los días pequeños. Tenéis la reseña en este enlace o, directamente, aquí debajo.


De cualquier manera os recomiendo que echéis un vistazo a la revista (que podéis leer y descargar completa en este enlace), es un trabajo estupendo.
Saludos

martes, 8 de enero de 2019

Ordesa

Hace unos días que terminé de leer Ordesa, el libro de Manuel Vilas que ha publicado Alfaguara y que está considerado como uno de los títulos más importantes del pasado año en España.


Desde el primer momento, desde las primeras páginas, el lector es consciente de que está enredándose en una lectura poderosa y atípica, una especie de memorias en las que pasado y presente se trenzan para ir armando el tejido narrativo. Esta urdimbre se va articulando mediante una voz particularísima de un narrador en primera persona, trasunto del propio autor, que se cuenta (desde lo que sabe y desde lo que no sabe) y que, de alguna manera, también nos cuenta a nosotros. A saltos entre los recuerdos, los silencios, las inquietudes del presente... y la historia personal y familiar van sumándose páginas y momentos gozosos de lectura. Y mientras esto sucede se despliega ante nosotros este país (décadas 60, 70 y 80, sobre todo, aunque la historia llega hasta el propio 2015), un país lleno de pequeñas historias como Ordesa y que se nos muestra desde la atinada mirada de este, insisto, particular narrador.
Hay varias cosas que me han sorprendido de este libro pero hay una que, especialmente, me ha hecho levantar la vista de sus páginas en varias ocasiones: es el contraste entre lo que se va contando (en ocasiones tan duro, tan bañado de tristeza y melancolía, tan plagado de ausencias) y la sensación que va uno teniendo mientras lee: un intenso amor por los seres queridos. Sí, es extraño, pero esta ha sido en no pocas ocasiones una lectura triste que me provocaba emociones alegres y que alentaba las ganas de vivir y de abrazar a los míos. Qué contraste tan sorprendente. Qué hallazgo.
Podéis encontrar reseñas muy completas de este libro en los suplementos culturales más importantes de nuestro país (en Babelia, en El Cultura, en ABC...).
Una lectura que he disfrutado mucho y que os recomiendo.
Saludos