He pasado unos cuantos días de descanso disfrutando de la familia y los amigos. Aun así no he dejado de leer y se me acumulan las notas de lectura, sobre todo de algunos libros imprescindibles que he disfrutado en estos días. Vamos con ello.
Acabo de terminar de leer Escritura y verdad. Cuentos completos, el libro que recoge todos los cuentos que escribió Medardo Fraile y que publicó, en una cuidada edición, Páginas de Espuma.
Medardo Fraile es uno de los grandes cuentistas españoles del S. XX, en verdad todo un maestro del género. Este libro recoge sus cuentos completos, ahí es nada. Es fácil imaginar que la obra literaria producida a lo largo de toda una vida puede ir recogiendo cambios, dando giros y evolucionando todo un estilo; esta diversidad se multiplica si hablamos de pequeños cuentos que pueden permitir al autor, a lo largo de sesenta años, hacer muy diversas probaturas y ahondar en propuestas artísticas.
Sin embargo, a pesar de la diversidad que recoge este libro, hay al menos un aspecto común a todos los cuentos: la cuidada prosa, el estilo mesurado, pulcro, rico, que multiplica el espesor de las tramas y permite vislumbrar la profundidad de los días. Esta es, desde mi punto de vista, una de las grandes virtudes de estos cuentos delicadísimos que, en muchos casos, apenas cuentan con una breve línea argumental y que, sutilmente, es explorada y estirada con el deslumbrante estilo del narrador. Escribir cuentos es algo muy serio, como comentan dos personajes de "Primeros pasos", uno de los últimos cuentos del libro:
"-Un cuento se escribe siempre temblando.
-¿Por qué?
-Porque puede quebrarse." (p. 469)
Abundan además, en este vergel de cuentos, relatos extraordinarios llenos de sutiles matices y, gracias a la hondura del estilo, ricas simbologías. Valgan como ejemplo estos botones: "Roque Macera", un cuento que nos remite al mismísimo Arcipreste de Hita y esos cuervos "comiéndose lo mejor, el mazapán de un español cualquiera"; "El señorito" un cuento breve brutal, inolvidable, que nos cuenta la vieja España de caciques y ricachones en dos páginas.
Me ha gustado mucho también algún cuento en el que aparecen narradores como "Mr. Squire y yo".
Tiene además alguna cita que no me resisto a incorporar aquí:
[En referencia a la grabación sonora de un cuento :] "Cuando acabó todo un poso de insatisfacción me acompañó hasta casa. El cuento había quedado, enroscado en la cinta, como las propias rosas; aquella era mi voz, sin un fallo, desde el principio al fin. Pero es el caso que no no aspiro, ni he aspirado nunca, a ser infalible: yo quería mi tos. Mi tos era la prueba de que yo era un hombre y no un loro, de que era perecedero y sencillo. Mi tos era una chispa de muerte; la revelación más humana de aquel cuento." (pp. 209-210).
Este libro es ideal para aquellos que disfrutan con los libros bien escritos, ya sean lectores, ya sean aprendices de cuentistas. Ideal para todos los que disfrutan de la buena literatura. Totalmente recomendable.
Saludos
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