Aquí llega la crónica de los pases nuevos de "La mano sin cuerpo", espectáculo de narración oral para secundaria que vengo estrenando entre ayer y hoy y que forma parte de "la materia de Selas". Ayer hablé ya algo de todo este asunto (
mira aquí) y conté lo que funcionó bien y también las dificultades que encontré en los dos primeros pases. Ocupé la tarde haciendo cambios estructurales, revisando todos los elementos de la trama, y hoy he vuelto a contar, reajustada, la sesión. Antes de explicar qué hice y cómo ha resultado voy a contaros en qué consiste este proyecto de "la materia de Selas".
LA MATERIA DE SELAS
La idea es sencilla: organizar tres o cuatro sesiones (las cuento en secundaria pero bien valdrían para jóvenes y adultos) que transcurren en un mismo territorio de ficción, compartiendo espacios y personajes, llegando incluso a interactuar unas sesiones con otras: preguntas que quedaron abiertas en una sesión quedan respondidas en otras, personajes e historias trabadas, lugares "reconocibles" porque hemos visitado en otras sesiones, etc.
De momento tengo unas tres horas y media de sesiones de Selas: "La casa del forestal", "El origen de la historia de la casa del forestal" (es una continuación a la primera y la cuento en contadas ocasiones porque ¡nunca hay tiempo! pues hay que contarlas seguidas), "La Cándida y el molino viejo" y "La mano sin cuerpo". Cada sesión la he creado de una manera distinta: la primera estirando una breve idea, dejando que poco a poco fuera creciendo oralmente, e incorporando una especie de paseo previo por los diversos espacios de la ficticia Selas; la segunda -el origen de la primera- jugando a improvisar explicaciones hasta que encontré una que encajaba y podía tener estructura de cuento; la tercera armando una estructura con mucho tiempo y todo cuidadosamente organizado, llegando incluso a escribir la sesión (cosa rarísima en mí); la cuarta (la que acabo de estrenar), elaborando durante meses una estructura a partir de un par de ideas que acabaron encajando (el elixir de amor y la mano sin cuerpo) pero sin fijar su texto. En este último caso (en el que me encuentro embarcado) lo que busco es tener una estructura bien trabada pero dejar mucho aire para que la sesión pueda ir desarrollándose de forma oral desde el principio, acomodándose.
LA MANO SIN CUERPO
Esta manera de trabajar puede plantear algún problema (como se vio ayer en el enlace que comparto más arriba), es por eso que evaluadas las dificultades del segundo pase de ayer por la mañana, decidí hacer lo siguiente:
- Incrementar la tensión narrativa de la historia. Para ello fijé la trama central y la desbrocé de otras puertas y pasillos secundarios que podían resultar atractivos para el narrador pero hacían flojear la trama: haciendo desaparecer personajes y módulos/bloques enteros. En este sentido recorté la historia y me ceñí al hilo principal, lo que significó que la propuesta quedó más corta que ayer. Además cambié completamente el principio reorganizando el punto de partida, afectando también al final, y buscando otro aspecto relevante:
- Dar oscuridad a la trama. Ayer vi que en el segundo pase había perdido fuerza el elemento de suspense, tan importante en estas sesiones (en las cuatro de Selas). La razón por la que esto ocurrió fue tal vez porque crecieron oralmente otros elementos menos relevantes en este sentido. Por eso decidí cambiar el principio y dar mayor presencia a algo que antes era secundario (esa mano rascando en la madera) y que me podía servir de llamada al terminar toda la historia y cerrar de una forma muy redonda. Además, y para mantener ese tono oscuro, quité mucha humorada y dejé sólo algunos detalles, los que consideraba mejores. Ah, también quité algunas referencias eróticas (breves pinceladas) que, visto con posterioridad, hacían "ruido" y alejaban la atención de la historia (y restaban oscuridad a la trama).
- Incorporar hallazgos relevantes. Incorporé a la trama también algunos de los hallazgos más interesantes de ayer: todo el capítulo del robo del ayuntamiento que gana, sesión a sesión, mucho protagonismo (y tiene, en verdad, fuerza) y otros puntos que han quedado "naturalmente" incorporados a la historia.
- Embridar a la historia y a los personajes. Uno de los problemas que ocurrieron ayer fue que la historia creció pero no fueron sus partes más interesantes las que tiraron de ese crecimiento. Por eso esta mañana cuando volví a contar no permití que la exploración (oral) avanzara libremente, sólo en algunas ocasiones me permití avanzar a ciegas, el resto del tiempo me ceñí a lo que tenía previsto (dentro de ese margen razonable de movimiento que siempre permite lo oral).
- Arropar la historia con otro cuento. Utilicé una estrategia habitual en mis sesiones abiertas (vamos, que no son espectáculos cerrados sino que permiten contar unos u otros cuentos): cuando incorporo cuentos nuevos (y saco cuentos que llevo tiempo contando) lo que hago es probar uno o dos cuentos nuevos y arroparlos con cuentos de contrastada eficacia, así el tono general de la sesión no decae aunque fallara/n el/los nuevo/s cuento/s. Y eso mismo he hecho hoy: como recorté la sesión (quedó en unos 30-35 minutos) busqué en el repertorio dormido tres o cuatro cuentos que he contado hace años a secundaria y que sé que funcionan maravillosamente. Traté que fueran de distintas duraciones (por si la sesión se alargaba o se comprimía) y que pudieran encajar con la temática de Selas (y contrastar con "La mano sin cuerpo").
Hecho todo esto y repasado un par de veces, esta mañana a primera hora me presenté en el IES Senda Galiana de nuevo para contar en cuatro ocasiones. Sólo tendré en cuenta dos de los pases (a grupos de tercero) porque los otros dos pases (a grupos de primero) fueron de la sesión de "La casa del forestal" por petición expresa de la profesora.
"La mano sin cuerpo", reajustada y tramada tal como lo he explicado más arriba, funcionó como una pieza de relojería: la tensión narrativa subió unos cuantos puntos, la atención de los dos grupos (bastante numerosos) no decayó ni un instante; hubo también momentos para el humor pero el tono predominante fue el suspense; la sesión ganó en coherencia y en verosimilitud y, lo que es más importante, con los cambios en el principio y en el final ha quedado mucho más redonda; hubo también tiempo para explorar algunas puertas nuevas, pero en general todo el texto iba bastante ceñido, no quería alargarme para que cupiera, al menos, otro cuento.
Tras contar "La mano sin cuerpo" y otro cuento más (para completar la hora) conversé con los alumnos y profesores, y sólo había una pega: querían más :-))
"La mano sin cuerpo" dura ahora unos 35-40 minutos, es masa fresca lista para fermentar sesión a sesión: depurada, limpia, encajada y deseando ser contada. Todo un lujo para mí. Dos días de intenso trabajo (tras meses de elaboración) que han dado sus frutos. Estoy muy muy contento con el resultado, ojalá pronto podáis escuchar "La mano sin cuerpo", mi nuevo espectáculo de narración oral.
Sólo una última cosa: espero que compartir con vosotros y vosotras este proceso os haya resultado de interés.
Saludos