Acabo de terminar de leer y disfrutar un estupendo libro álbum que ha publicado Edelvives, se trata de La canción del oso, escrito e ilustrado por Benjamin Chaud, cuyas ilustraciones inolvidables de la serie de títulos protagonizados por Pomelo le han garantizado un lugar de honor en las baldas más notables de la literatura infantil. La traducción es de Diego de los Santos.
La canción del oso nos cuenta las peripecias de un padre oso que busca a su hijo quien, persiguiendo a una abeja (y por tanto a una promesa de rica miel), se adentra en el bosque de la ciudad. El libro es hermoso, grande, generoso, y desde las primeras páginas es una invitación al juego demorado: a la búsqueda del osito y al descubrimiento de los infinitos detalles que cada lámina tiene. Uno puede pensar que estamos hablando de una propuesta similar a la de Martin Handford y su tan buscado Wally, pero no es el caso, o al menos yo pienso que este libro, si de libros ricos en detalles hablamos, está más cerca de las propuestas de Mitsumasa Anno y sus libros llenos de imágenes y secuencias narrativas.
Pero es que además Benjamin Chaud da una vuelta de tuerca más a la propuesta y arma una historia: la de la búsqueda de un hijo por parte de su padre entre el barullo de ilustraciones, que tiene una resolución absolutamente deliciosa y muy divertida. Permite así este libro, por un lado, enredarse en las ilustraciones (y quedarse de verdad enamorado de muchos de sus detalles), y por otro, seguir la historia de búsqueda y encuentro del oso y su hijo.
El libro me ha parecido muy interesante, me ha divertido, me ha entretenido y me ha emocionado (ay, qué resolución), en suma, me ha gustado mucho, mucho.
Totalmente recomendable
Saludos
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