Acabo de terminar de leer Un cóndor en Madrid, el libro escrito por Paloma Muiña que ha sido merecedor del XXV Premio Ala Delta 2014. La edición tiene ilustraciones de Mercè López y está publicado, como no podía ser de otra manera, por Edelvives.
El libro nos cuenta una historia (o más bien varias historias) que tal vez ya hemos leído antes: el misterio del desván, el enamoramiento de dos protagonistas que van dejando la niñez, el abuelo con alzheimer que se va perdiendo en sus recuerdos, una familia inmigrante que anda entre dos tierras... sin embargo en este libro estas pequeñas hebras se trenzan con el estilo demorado, pulcro, firme de la escritora que va armando el puzzle de personajes y pequeñas historias (algunas incluso quedan a medio concluir para que el lector sea quien llegue a sus conclusiones, como es el caso de Esteban) de una manera coherente y, sobre todo, hermosa.
Insisto. Esta historia se sostiene sobre una prosa limpia, callada y que solo habla cuando tiene algo que decir (como la protagonista), una prosa que masculla sonoridades exóticas que saben a quichua y evocan lugares lejanos. Y una prosa que es un placer paladear.
Un libro bien entretenido que he devorado en un suspiro.
Saludos
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