Hay niños bien comestibles: aquí tenéis a
Pau y a
Jimena, dos de mis favoritos, enredados con
Un monstruo. Uno lo lee, otro lo cuenta, uno lo ve, otro lo escucha... Días de estos de casi verano vengan para pasar más tiempo juntos y alrededor de los libros.
Qué felicidad.
Saludos
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