Para los narradores que venimos a contar a estudiantes de otras lenguas resulta todo un reto conseguir que te entiendan (y disfruten de tus cuentos) contando más despacio, con un vocabulario accesible, con estructuras narrativas asimilables, con guiños y juegos de palabras comprensibles... Hoy hablaba con Eugenia Manzanera y Sophie Heydel de lo que esto supone (pensad que Eugenia está contando a estudiantes de niveles iniciales que apenas entienden verbos que no estén en presente) y juntos buscábamos una imagen que mostrara esta situación en la que contábamos: acaso es como si una persona acostumbrada a viajar en coche, de pronto, tiene que hacer el mismo trayecto en bicicleta. Todo cambia: el planteamiento del viaje, el desarrollo, la experiencia... sin duda resulta gratificante, pero también diferente, mucho.
Sin embargo, teniendo en cuenta al público, y volviendo a la idea de la bicicleta, ocurre también que esta manera de contar es como acompañar a alguien (un grupo grande, por cierto) que está aprendiendo a ir en bicicleta (pero que todavía puede caerse, cansarse, frustrarse...) haciendo ese trayecto que tú tan bien sabes hacer en coche y que debes recorrer en bicicleta y, al mismo tiempo, debes estar pendiente de quien te acompaña (todavía algo torpe con la bicicleta) y debes tratar de hacer que viva este paseo como una experiencia agradable, accesible, alegre... ¡y que quede con ganas de más bici, de más paseos!
En fin, de todo esto hablábamos hoy Eugenia, Sophie y yo mismo, porque, como os podéis imaginar, es toda una experiencia para el público, para los narradores y para los cuentos. Una maravilla.
Saludos
¡Qué bonito es viajar en bici!
ResponderEliminarYo quiero aprender.
:-)))) Besos
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