El otro día pasó por casa Ana Garralón y, como os podéis imaginar, en la conversación se colaron los títulos de algunos libros. Entre ellos estaba este que hoy os recomiendo, se trata de Tania Val de Lumbre, escrito por Maria Parr, traducido por Cristina Gómez-Baggethun, con ilustracionesde Zuzanna Celej y publicado por la editorial Nórdica (en su colección Nórdica Infantil).
El libro nos cuenta la historia de Tania, el "terremoto" de Val de Lumbre, en los meses previos a su décimo cumpleaños (y hasta el día de la celebración). Tania vive con su padre (su madre está en Groenlandia estudiando el deshielo y pasa largas temporadas fuera de casa) y tiene un muy buen amigo, el viejo vecino Gunnvald, aunque el valle está lleno de personajes maravillosos (buenos y malos) que hacen que la vida en Val de Lumbre nunca sea aburrida.
Pero este pequeño universo sufre alteraciones: una carta para Gunnvald, unos niños que (inesperadamente) llegan al Camping Hagen, un tropiezo con una cafetera, una mujer enorme que de pronto aparece en el valle, el rapto de un perro, el lugar secreto en el río, la música (ay, la música) del violín, de los violines... Y a cada paso se va mostrando un poco más de la historia que hubo, se va dando palabras a los silencios, se va armando la melodía nueva.
Este es un libro verdaderamente hermoso, intenso y feliz, un libro cuajado de personajes inolvidables (el padre de Tania, sus tías, Gunnvald, Heidi, Ole...) pero, entre todos ellos, destaca libre, indómita, enorme, Tania, una niña hermanada directamente con otras niñas libres, luchadoras y alegres (Pippi, Matilda...) que tanto nos inspiraron y que tantos momentos de felicidad nos regalaron.
La trama central del libro va avanzando con paciencia, mostrando los distintos puntos de vista de los personajes afectados (y la hondura de sus emociones), y al mismo tiempo esta historia se convierte en motor de otras pequeñas historias, acciones (y también emociones) que mantienen a todos los personajes en movimiento en ese valle inolvidable.
Por cierto, me ha encantado que se cuente un cuento tradicional (y que lo haga Tania), el de Los chivos chivones, y también la importancia de un libro que tan buenos recuerdos nos trae a muchos de nosotros: Heidi, de Johanna Spyri.
Literatura fresca, deliciosa, llena de aventuras y momentos emocionantes. Es un libro en verdad maravilloso, alegre, gozoso. Una lectura que os recomiendo encarecidamente.
Saludos
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