Acabo de terminar de leer Piara, un hermoso libro escrito por Mónica Rodríguez, ilustrado por Patricia Metola y publicado por la editorial Narval con el cuidado y el oficio que caracterizan a este sello.
Ángela, la niña protagonista, nos va contando la historia del verano en el que conoció a Pedro (un niño de ciudad) y en el que ocurrieron muchas otras cosas más, algunas bien pegadas a la tierra y a los días (como la marcha de algunos animales y la llegada de otros), y otras más cercanas a la edad de los protagonistas (como el vislumbrar qué cosa es la vida adulta con sus luces y sus sombras, y, sobre todo, el despertar del amor).
La niña pertenece a una familia humilde que vive en un pueblo y trabaja el campo. Este marco está pleno de árboles, barro, hierbas, flores... el verano se cuela a raudales en cuanto uno abre el libro: huele a tierra y calienta el sol. Y es aquí donde transcurren las diversas historias que se van trenzando y tramando una gran historia, la de los días, la de la vida, cuajada de instantes deliciosos (emocionantes, divertidos, tristes...) y personajes particulares (ya sean personas, ya sean animales).
He disfrutado de lo lindo con la voz narrativa (cuidadosa, rica y con mucho oficio) que despliega la autora. Y es que la manera como se cuenta también cuenta, y mucho, y Mónica cuenta con un estilo delicado que mima a la historia que cuenta, un estilo en el que parece que escogiera las palabras una a una como quien anda cogiendo las mejores cerezas del árbol para convidar de la mejor manera posible a sus lectores. Últimamente he leído varios libros de Mónica –por ejemplo éste, éste o éste– y creo que Piara es uno de los que más me ha gustado (¡al menos hasta ahora!), no solo porque me gusta la historia y su galería de personajes, que también, sino porque disfruto con este estilo rico (aunque aparentemente sencillo) y poderoso, una voz propia que me envuelve desde las primeras frases y me invita a viajar a la alegría del verano, a la alegría de la infancia.
Mención aparte merecen las maravillosas ilustraciones de Patricia Metola, una ilustradora brillante, con mucho oficio, que usando apenas dos tintas y con un estilo también propio, muy hermoso y eficaz, nos muestra la senda que nos lleva al corazón de Piara, permitiéndonos pasear por sus parajes y compartir espacio y emociones con sus personajes.
Un libro que es un regalo, una lectura que os recomiendo.
Saludos
No hay comentarios:
Publicar un comentario