Recuerdo que pasé varios meses buscando y leyendo libros con cuentos matemáticos, con historias curiosas sobre matemáticas y matemáticos, con anécdotas y sucedidos alrededor de los números... en suma, un tipo de lectura en la que me había perdido en pocas ocasiones, todo sea dicho, hasta entonces. De aquellos meses guardo una pequeña colección de libros (algunos todavía pendientes de leer) y muchas anotaciones sobre lo leído.
Lo cierto es que llegué a la fecha prevista con una función preparada en la que contaba con unos diez cuentos matemáticos pensando que me daría tiempo a contar tres o cuatro (calculando el tiempo en el que yo me había entretenido con cada cuento y en resolver sus propuestas). Había ensayado el espectáculo en casa con mi mujer y, a pesar de eso, tenía algunas dudas sobre cómo funcionaría (era la primera vez que me veía en estas lides), especialmente si el hilo narrativo iba a ser suficientemente fuerte para tirar de todas las historias y las paradas que precisaban para ser resueltas.
Fue una función única. Nunca más he vuelto a hacer aquel espectáculo. Única y sorprendente. Lo pasé pipa contando y los chavales (y el profesorado) también se enganchó desde la primera historia. Debéis recordar que los asistentes eran los finalistas de la Olimpiada Matemática Regional de alumando de Secundaria, por lo tanto ¡sabían muchas matemáticas! Menos mal que llevé diez cuentos, porque ellos tardaban muy poco en dar con las respuestas (¡y sin lápiz y papel!) y acabé contando prácticamente todos los cuentos que llevaba preparados. Mi gran preocupación, la fuerza del hilo narrativo, quedó en nada: desde los primeros minutos fui consciente de que todo encajaba a las mil maravillas y de que cada una de las historias funcionaba por sí sola y dentro de la trama. Fue una delicia.
Desde 2008 hasta 2016 he ido volviendo regularmente a aquella función, recordando lo bien que lo pasamos y pensando en que era una pena no recuperar al menos una parte de la misma (a veces me animaba a contar alguno de sus cuentos incluso). Pero fue el año pasado cuando decidí tratar de reorganizar el espectáculo utilizando el mismo hilo conductor (que dio sobrada prueba de su valía) y mezclando algunos de aquellos cuentos matemáticos con otros cuentos tradicionales. Una vez todo rearmado aproveché mi paso por el IES Senda Galiana de Torres de la Alameda (¡una vez más!) para contarlo seis veces en dos días e ir viendo cómo funcionaba el engranaje interno de la propuesta y cuál era el resultado. Y todo fue a pedir de boca.
Así nació SUMA DE CUENTOS, un espectáculo de narración en el que incluyo parte de un viaje, un par de cuentos matemáticos y un par de cuentos tradicionales. Una propuesta de narración que ha estado durmiendo unos meses para ver qué tal le sentaba distanciarse un poco de mí y que ha pasado con éxito la prueba.
Así pues pedí a Nono Granero que hiciera un cartel en el que se pudieran apreciar algunos de los elementos fundamentales de este espectáculo, en especial su ambientación en el desierto y la importancia de las matemáticas. Y este es el cartel maravilloso que ha hecho y con el que empiezo ya a mover este espectáculo ideal para centros de Secundaria. Tenéis toda la información sobre SUMA DE CUENTOS en este enlace.
Saludos
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