Hacia el año 750 A.d.C. la epopeya que contaba el viaje de Ulises de vuelta a su hogar, a Ítaca, tras diez años de guerra a las puertas de Troya, fue pasado del aliento del aedo al texto escrito. Es este libro, la Odisea, junto con la Ilíada (que cuenta un fragmento de la guerra de Troya) considerado uno de los más antiguos monumentos literarios, un texto que casi tres mil años después sigue siendo leído, disfrutado, compartido, contado…
Ambos libros son atribuidos a Homero, aunque nada se puede afirmar con certeza sobre este asunto: quizás fuera cierto que alguien llamado Homero pasara a escrito textos de la literatura oral con autorías y orígenes variados, o quizás fue alguien llamado Homero quien soñó y cantó estos extensos poemas épicos en versos hexámetros que más tarde otros pasarían al papel, o quizás fueron varios Homeros, o quizás ninguno. En fin, nada se sabe con certeza, insisto, pero tal vez esto no sea importante pues, al fin y al cabo, la obra ha de defenderse por sí sola, y esta obra maravillosa, este primer libro de aventuras, se defiende perfectamente, porque la Odisea sigue siendo una irresistible invitación a disfrutar del proceloso viaje de Odiseo.
Os invitamos a compartir las aventuras de Ulises por mares infestados de sirenas, monstruos, hechiceras, mares en los que la aventura y el peligro acechan a cada golpe de mar, a cada deriva de viento; os invitamos a acompañar a Telémaco en su viaje en busca de su padre al que hace veinte años que no ve; os invitamos a visitar Ítaca donde Penélope teje y desteje el tiempo mientras los pretendientes parecen haber conquistado el palacio del rey.
Muchas aventuras se presentan en las próximas semanas en el Club de Lectura Virtual de Clásicos “Alonso Quijano”, ¿te lo vas a perder? Ya puedes apuntarte aquí.
Saludos
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