lunes, 31 de enero de 2011
Acción lectora
La familia C es la oca
Hoy en la SER
viernes, 28 de enero de 2011
¿Pisó el hombre la luna?
jueves, 27 de enero de 2011
Entrevista en Fervenzas Literarias
Acaba de salir publicada en el blog de Fervenzas Literarias una extensa entrevista que nos hizo Nacho Alonso a Mariona Cabassa y a mí con motivo del III Premio Internacional COMPOSTELA de Álbum Ilustrado y la publicación de La familia C. El blog es muy interesante y tiene mucha información sobre letras gallegas. Os animo a que echéis un vistazo.
La entrevista está en gallego (da mucho gusto leerte en una lengua tan hermosa) y se entiende muy bien, pero si preferís leerla en castellano podéis leerla aquí.
Aquí en el blog de Kalandraka, con alguna foto chula.
Que la disfrutéis.
Saludos
miércoles, 26 de enero de 2011
De libros en Canal19
martes, 25 de enero de 2011
Mentirijillas de azúcar
lunes, 24 de enero de 2011
El arte de volar
Hoy en la SER
domingo, 23 de enero de 2011
Peligro de vida
viernes, 21 de enero de 2011
Libros para no olvidar
jueves, 20 de enero de 2011
FEST 2011
AEDA
miércoles, 19 de enero de 2011
Tradición oral gallega
martes, 18 de enero de 2011
Asamblea de AEDA
lunes, 17 de enero de 2011
La infancia de Marín Piñeiro
Firmando libros en Ferrol
Hoy en la SER
domingo, 16 de enero de 2011
Magistral El Roto
sábado, 15 de enero de 2011
Ferrol y Narón
jueves, 13 de enero de 2011
Copias, plagios y otras diversiones
Instrucciones para antes de hacerse una tostada
[ojalá fuera al modo de Cortázar…]
Bañe a los niños. Séquelos. Póngales el pijama. Deles la cena. Llévelos a la cama. Cuénteles un cuento a cada uno. Cante una nana. Apague la luz de su dormitorio. Vuelva a la cocina a recoger los restos de la cena. Friegue los cacharros. Barra. Vaya al salón a seguir leyendo la última novela. Cuando se haya quedado adormilado en dos o tres ocasiones, mecido por esos renglones que parecen querer salirse del libro, deje la novela sobre la mesita y vaya a la cama. Lávese los dientes, póngase el pijama, métase en la cama. Si usted y su pareja lo consideran oportuno hagan el amor antes o después de apagar la luz. Díganse cuánto se quieren. Duérmanse mirando a la luna a través de los cristales.
Levántese con el primer grito del despertador. Siéntese en la cama mientras su consciencia vuelve del mundo de los sueños. Bostece. Vaya directo al baño y dúchese. Póngase una muda limpia y diríjase a la cocina. Caliente la leche. Haga el café.
Ahora es el momento de hacer la tostada.
Los laberintos del espejo
[maldito Borges…]
El hombre se mira en el espejo y en las líneas que el tiempo ha trazado en su cara puede ver el laberinto de su vida: los días de la espada, las marcas de los tigres azules, una esquina rosada, unos versos siempre inacabados, caminos que se bifurcan y un banco en Ginebra frente al río en el que un viejo y un joven hablan temerosos.
El hombre estira la mano y toca el frío cristal del espejo. Solo entonces recuerda que es ciego.
Te odio
[no va por ti, R. Carver, pero casi]
En una pequeña habitación, en Port Angeles, Washington, un hombre tumbado en la cama mira por la ventana. Tose y mancha un pequeño pañuelo con otro coágulo de sangre. Parece querer sacarse los pulmones a golpe de tos.
Pero todavía no debe ser el momento porque el médico no ha entrado con una botella de champán francés y tres copas como tres rosas amarillas. Su mujer tampoco está para brindar. Vuelve a toser. Siente que la vida se le seca en ese pañuelo de estrellas rojas y se aferra a que aún no es su hora.
De pronto se abre la puerta del cuarto y entra el médico. Lleva la botella de champán y las tres copas. Detrás entra su mujer con los ojos enrojecidos.
Tose. Vuelve a toser. Y entre los golpes de tos parece decir: te odio.
Y ya el colmo del delirio:
Soñé que era Chuan Tzu que soñaba ser una mariposa, cuando desperté comprobé horrorizado que era un escarabajo que alguna vez quiso ser Kafka y que estaba a punto de ser aplastado por un dinosaurio que, a pesar de Monterroso, seguía allí.
En fin.
Saludos
lunes, 10 de enero de 2011
Montserrat Sarto
Hoy en la SER
domingo, 9 de enero de 2011
Festival de Narón
sábado, 8 de enero de 2011
Un regalazo
"Creemos que los cuentos y los juegos son cosa de la infancia. ¡Qué miopes somos! ¿Cómo podríamos vivir, en cualquier edad de la vida, sin cuentos ni juegos?
Es cierto que damos otros nombres a todo esto y que lo consideramos de otro modo, pero eso es precisamente una prueba de que es la misma cosa, pues el niño también considera su juego como un trabajo y el cuento como la verdad.
Federico Nietzsche, Humano, demasiado humano, Edaf de bolsillo. Aforismo 270 de la segunda parte, apdo. "Miscelánea de opiniones y sentencias".
Carlos a la palabra
viernes, 7 de enero de 2011
Sobre una crítica
La familia C, de Pep Bruno y Mariona Cabasa.
Llevo un par de semanas dándole vueltas a este texto y hay dos cosas que me gustaría comentar. Que un álbum tenga poco texto y por lo tanto resulte ser un libro rápido de leer no quiere decir que sea fácil, ni tampoco simple. Y no trato de generalizar, pues hay álbumes simples, fáciles, tontos, geniales, canónicos, imprescindibles... de todo tipo. Pero la historia de un libro álbum no se sostiene sólo en su texto, o al menos en la mayoría de los casos, pues en los libros álbum la historia se articula con el texto, las imágenes, la relación entre ambas, el formato del libro, etc., así que la lectura ha de ser completa, global, y eso precisa tiempo y atención.
Pero es que además en el caso de La familia C no creo que la historia sea muy simple, yo diría que es sencilla (no confundir sencillo con simple), y detrás lleva una propuesta bastante compleja que se refleja en la relación que hay entre texto e ilustración (el texto que se lee en el libro es apenas de diez líneas, pero las notas que lo acompañaban para trabajar con la ilustradora ocupaban cuatro folios). Y sobre la cuestión de la "intención evidente de cambiar los roles" yo no veo que eso sea para nada significativo en la historia. Es "evidente" para alguien que no ha ahondado en el álbum y que no ha percibido la verdadera intencionalidad del mismo, que no es otra que resaltar el valor de la ficción para llenar de color la gris realidad (el tema resulta bastante evidente cuando se realiza una lectura sosegada en la que se observa el juego de color en la ilustración), algo que sí vio el jurado del Compostela que dio el premio a este libro sobre otros 520 que se presentaron al concurso.