domingo, 15 de enero de 2012

Bolsillo

Acabo de terminar de leer Bolsillo, un cuento escrito por Pablo Albo e ilustrado por Lucía Serrano, que ha sido publicado por República Kukudrulu, una pequeña editorial que ha comenzado su aventura en el pasado 2011 y a la que deseo una feliz andadura llena de hermosos proyectos.


Éste es un álbum ilustrado con un formato algo más pequeño que los habituales y con alguna otra diferencia en su interior: por ejemplo las ilustraciones tienen bastante cercanía al cómic; o por ejemplo, los textos están centrados y no maquetados de manera que puedan hacer algunas aportaciones a la historia.
Dicho esto que puede apreciarse con solo abrir el libro, hablemos de la historia.
Bolsillo es un cuento en el que, una vez más, Pablo Albo toca el tema de la pérdida (como en LejosEl último canto, o Inés Azul). En esta ocasión lo hace de una manera divertida, muy cercana (quién no conoce a alguien en su casa que acostumbra a llevar de todo en los bolsillos). Partiendo de este suelo real y familiar, poco a poco va creciendo el plano simbólico de la narración y de pronto, casi de manera inesperada, nos encontramos en una ficción entreverada de realismo y simbolismo cuyo momento culminante (creo) es la retahíla de objetos que definen al abuelo (ausente) y que lo construyen (los recuerdos que nos quedan de él porque se ha marchado: su dentadura, el sombrero, las gafas...).
La aparición de la abuela y su marcha con el abuelo al final llena ternura y poesía un texto cargado de sugerencias.
Anoche se lo leía a mis hijos y nos dio pie para conversar y volver a leer y comentar el cuento. Resultó muy jugosa la lectura posterior. En este sentido ayudó a mi hijo más pequeño la idea de que la abuela (y el abuelo) son, en realidad, la personificación del recuerdo de la abuela (y del abuelo), al mismo tiempo que su marcha (la marcha hacia la luz, al atardecer) era una metáfora bien clara de la partida, de la muerte.
Para terminar quería incidir en un par de cuestiones.
Por un lado decir que las ilustraciones, como ya he anotado próximas al cómic, me han sorprendido bastante porque pienso que encajan muy bien con el texto (pienso eso cuando la experiencia en este sentido y con ilustraciones similares no suele gustarme mucho, por eso digo que me sorprende). Insisto, las imágenes descargan al cuento de dramatismo, le dan ligereza, aire, y una cierta alegría, que no es poca cosa tocando el tema que toca.
Y por otro lado insistir en que el cuento es muy amable, divertido (¡caray!, divertido y hablando de la pérdida) y con muchas posibilidades, relecturas y niveles de interpretación. Un texto aparentemente sencillo pero lleno de complejidades y muy rico. Un tipo de texto poco habitual en el panorama de la LIJ actual y que (pienso) sólo son capaces de escribir escritores con gran dominio del oficio.
En suma, el álbum me ha gustado mucho mucho, de verdad mucho, y os lo recomiendo encarecidamente.
Este autor tiene ficha en mi web, obviamente está entre mis autores favoritos.
Saludos

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