Aprovechando estos días de descanso he empezado con mis lecturas atrasadas (¡qué ganas tenía!) y, para comenzar me he metido de lleno en Patria, el libro de Fernando Aramburu que ha publicado Tusquets y que a estas alturas han disfrutado ya cientos de miles de lectores y lectoras.
Este novelón de casi 650 páginas nos cuenta la historia de dos familias que viven en el País Vasco en los años en los que ETA estaba en plena actividad terrorista, dos familias amigas (de cinco y cuatro miembros) que acaban siendo atrapadas por el engranaje del terror en un contexto casi irrespirable. La novela se articula en 125 pequeños capítulos, brochazos apenas, afluentes que van alimentando el río de la historia, un río enorme y de gran hondura, que avanza a saltos temporales pero de forma lenta e implacable, demorándose en meandros, corriendo en sus rápidos, buceando en la profundidad de los hechos y los pequeños detalles. Un libro coral en el que los nueve protagonistas (pero especialmente las mujeres) aportan sus miradas, emociones, dudas, certezas, reflexiones... y sobre todo aportan sus historias, historias que se trenzan para urdir una historia. Un libro descomunal y enorme que trata de abarcar la globalidad de la cuestión (y que lo consigue) y que nos permite adentrarnos en el corazón del País Vasco en tiempos muy complejos y dolorosos. Y también un libro que alienta la esperanza.
Esta novela está escrita con un lenguaje pulcro, salpicado de palabras en euskera (al final hay un pequeño glosario) que incluye, además, algunos giros propios del habla del lugar. Pero para mí lo más llamativo es el narrador desapasionado que va dando voz a las distintas voces, contando hechos sin juzgarlos, sin tomar posiciones, dejando que sean los propios hechos y los propios personajes quienes despierten en nosotros todas las emociones, todas las pasiones.
Los hechos y los personajes resultan verosímiles (a pesar de manejar algunos personajes estereotipados), el contexto donde todo transcurre nos permite ver la trastienda de algo que muchos de nosotros conocimos, los atentados continuados de ETA, algo a lo que pudimos tener la tentación de acostumbrarnos (hubo momentos de dos o tres atentados cada semana, ¿recordáis?) y, tal vez por eso, pudimos dejar de pensar en todo lo que había detrás de todo ello (vidas rotas, familias destrozadas, presión social, violencia...). En un momento del libro aparece un escritor hablando de que la literatura también ha de vencer a ETA (trasunto del propio autor); creo que este libro aporta su granito de arena en este sentido.
Este es uno de esos libros de los que no se sale indemne, un viaje lleno de momentos, personajes, historias... inolvidables, una novela brillante, dura y poderosa.
Un libro estupendo. Una lectura que os recomiendo encarecidamente.
Saludos
Gracias, Pep.
ResponderEliminarTenía ganas de leerlo y ahora con muchos más motivos.