martes, 15 de marzo de 2011

Festival Internacional de Narración Oral en Alden Biesen

Ya estoy en el aeropuerto. Es pronto y las cafeterías y las tiendas van desperezando. Yo todavía no, yo sigo adormilado por el madrugón. Salgo para Bélgica, voy al Alden Biesen Internacional Storytelling Festival, un festival con mucha solera y en el que se cuentan cuentos en idiomas diversos. Por lo que se ve en Alden Biesen (donde hay un castillo dedicado a los cuentos) se trabaja mucho el cuento como recurso para el aprendizaje de idiomas. Si no sería difícil comprender el motivo por el que hay tantos narradores contando en tantas lenguas y llenando teatros. Yo tengo tres sesiones (una por noche) en un teatro con aforo para 200 personas.
Ya estoy en el aeropuerto. Todavía es noche cerrada al otro lado de los grandes ventanales y la cafetería de enfrente acaba de abrir. Es hora de tomar el primer café del día.
Saludos

lunes, 14 de marzo de 2011

Hoy en la SER

Esta mañana he ido a la SER con tres libros bajo el brazo. Aquí van títulos y recomendaciones.
Para comenzar, un libro estupendo, enorme, un descomunal tocho de buenas historias, se trata de Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero, de Álvaro Mutis (premio Cervantes), publicado en Alfaguara. Un libro escrito con oficio y de lectura apasionante, con sabor a mar y a vida. Uno de esos buenos, grandes libros para los días que van llegando, de tardes más despejadas, de anticipo de vacaciones, de lectura gozosa. Más sobre el libro, aquí.


Para continuar, dos libritos de la editorial Océano Travesía que hace ya un tiempo que está sacando títulos muy apetecibles (se nota que detrás hay un excelente editor como Daniel Goldin).
El primero de estos libros se titula Una Caperucita Roja, de Marjolaine Leray. Una revisión del cuento de Caperucita Roja, en el que la niña engaña al lobo. La verdad es que yo soy de los que piensan que el cuento, tal como lo conocemos (y en su versión más antigua y cruda, en la que el lobo se come a la abuela y a la niña y ya está, sin cazador ni leñador ni nada) es perfecto. Esto son juegos con el cuento más famoso de la historia, revisiones, guiños... el valor de este libro, según pienso, está en la potencia de sus ilustraciones, deslumbrantes desde su sencillez. Echadle un vistazo si podéis.


El otro libro del que os he hablado, también en Océano Travesía, se titula Ernestina la gallina, de Yolanda Reyes y con ilustraciones de Aitana Carrasco. La propuesta es muy muy interesante, pero creo que de nuevo hay una pega que ponerle al texto, las rimas están poco cuidadas y los versos no son isosilábicos, es decir, hay versos de ocho, nueve y diez sílabas, lo que rompe la musicalidad del texto. Una lástima porque habría costado muy poco haber dejado este libro completamente redondo. Aun así es una propuesta muy válida y, una vez más, las ilustraciones son maravillosas, Aitana es en verdad una excelente ilustradora y hace grande este libro.


Que los disfrutéis.
Saludos

domingo, 13 de marzo de 2011

¡Feliz cumpleaños, Miguel!

Mañana lunes es el cumpleaños de mi hijo Miguel, nueve añazos ya, y para celebrarlo su hermano Juan y Tash le han hecho este corto (un minuto) mediante la técnica de stop motion, una chulada. Aquí os dejo el vídeo para que veáis qué cosa más bonica.
¡Estoy rodeado de artistas!
Que lo disfrutéis.




jueves, 10 de marzo de 2011

En el Alto Aragón

Hoy en el diario Alto Aragón sale una pequeña reseña de mi trabajo por aquí, por Huesca. Creo que el artículo está algo confuso (es lo que pasa con las prisas) y tiene algunos errores (como confundir al narrador del titular con el escritor: son los escritores los que extrañan la realidad), pero puede daros una idea de lo que estoy haciendo por aquí.

De cualquier forma os dejo una foto de mi sesión ayer en la biblioteca de Huesca.
Saludos

miércoles, 9 de marzo de 2011

Narradores profesionales y tradición

¿Por qué razón hay pocos narradores profesionales contando cuentos tradicionales en España? Uno escucha contar a otros narradores de otros países y, la gran mayoría, tiene en su repertorio largos y complejos cuentos tradicionales. Son narradores que se sienten herederos de una voz, responsables de la pervivencia de una tradición. ¿Por qué eso no sucede aquí?
Es verdad que hay narradores en España que cuentan algunos cuentos tradicionales, pero suele ser algo anecdótico en un repertorio lleno de textos de autor, historias de vida, creaciones propias... son pocos los narradores que cuentan largos y complejos cuentos tradicionales, y me atrevería a afirmar que son pocos los narradores que se sienten parte importante de la cadena de pervivencia y transmisión de la tradición oral.
Ayer hablaba de estas cosas en Huesca con Sandra Araguás, una narradora que ha hecho (y sigue haciendo) mucho trabajo de campo recopilando cuentos tradicionales por el norte de Aragón, en ese sentido ella es una narradora que tiene un gran repertorio tradicional y que, además, conoce y comprende la tradición y el folclore de primera mano, más allá de los libros.
Es verdad que hay narradores que han hecho recopilación e incluso que han publicado libros: Antonio Rodríguez Almodóvar, que es antes recopilador, estudioso y escritor que narrador; Ana Griot, que recoge y reescribe cuentos tradicionales; y otros narradores que publican de vez en cuando álbumes de versiones de cuentos tradicionales. Y es verdad que hay narradores que cuentan cuentos tradicionales: Mª Reyes Guijarro por ejemplo, o también Albert Estengre, o Milio el del Nido, o Ignacio Sanz, por poner unos ejemplos. Pero es verdad que no es la tónica general, no es lo que habitualmente se escucha cuando tienes la oportunidad de escuchar a muchos narradores contando sus cuentos.
Pueden ser diversos los motivos por los que los narradores profesionales no se sientan atraídos hacia los cuentos tradicionales, aquí van algunos a vuelapluma:
1 Para empezar, el desconocimiento: muchos narradores no conocen el amplio repertorio de cuentos tradicionales que hay recogidos y publicados en España.
2 Quizás el propio proceso de recopilación de esos cuentos tradicionales y la procelosa historia de las grandes colecciones de cuentos en España tenga algo que ver en este desconocimiento. Igual que quizás haya una distancia notable entre los folcloristas actuales y los narradores (o entre los folcloristas actuales y el gran público, quién sabe).
3 Tal vez el desconocimiento no sea tanto de las colecciones de cuentos como de la propia tradición. Muchos narradores orales son urbanos y no han tenido la oportunidad de ver y vivir la tradición oral y la perciben como algo lejano y ajeno.
4 Para terminar, el propio proceso de conformación de la voz, es decir: quizás muchos narradores todavía no han llegado en su camino personal de trabajo y adquisición de la propia voz al territorio de la tradición y los cuentos tradicionales.
Estas cosas pienso esta mañana de miércoles. Pero las llevo pensando desde que vi contar, hace ya algunos años, a narradores alemanes, finlandeses, noruegos, daneses, ingleses... cuentos tradicionales, sintiéndose parte importante del engranaje de esa tradición y transmisión, engranaje que les emparentaba directamente con los grandes recopiladores y con los viejos narradores tradicionales de todos los tiempos.
Qué suerte.
Saludos.

lunes, 7 de marzo de 2011

Unos cortos primerísimos

La pasada semana en Valencia pude ver el nuevo espectáculo de Oswaldo, un narrador siempre en busca de nuevos modos de contar. Me gustó mucho su propuesta (todavía sin terminar de ajustar pero que promete y mucho), pero sobre todo me interesó su exploración sobre la narración oral y el cine. No quiero desvelaros nada aquí (mejor id a verlo), pero después de ver su trabajo estuvimos hablando de pioneros del cine de animación (en verdad Oswaldo sabe muuuuucho de cine, siempre aprende uno mucho hablando con él).
He estado buscando en internet y he encontrado aquí algunos de los primeros cortos de animación del cine, hechos en la primera década del siglo XX, es decir, tienen, como mínimo, ¡100 años!
Aquí va Humorous Phases of Funny Faces, de J. Stuart Blackton, de 1906.



Y dos cortos de Emile Cohl:
Fantasmagorie, de 1908,




y de The Hasher's Delirium, de 1910.




Muy cortos. Pequeñas joyitas. Los dos, padres del cine de animación.
Que los disfrutéis.
Saludos

La familia C en la XXVI Muestra del Libro Infantil y Juvenil

Parece que La familia C sigue si viaje por exposiciones, muestras, revistas... es lo que tiene el circo, que no puede andar quieto. Hoy me escribió el amigo Pablo para decirme que en el catálogo de la exposición de la XXVI Muestra del Libro Infantil y Juvenil estaba La familia C.
Aquí os dejo el texto exacto, aunque podéis ir directamente al catálogo, está lleno de buenos, excelentes, libros (algunos de Pablo, como no podía ser de otra manera).
Que lo disfrutéis.

Saludos.

domingo, 6 de marzo de 2011

Magali por fin lo sabe

He pasado unos días en Valencia, con la gente de GenÇana y con otros autores, narradores, actores, ilustradores... Entre los libros que he leído en estos días hay un libro delicioso de Patxi Zubizarreta (también estaba por aquí) titulado Magali por fin lo sabe, con ilustraciones de Elena Odriozola y publicado en Anaya.


El libro, un cuentito largo o una novelita breve, como quiera verse, está lleno de pequeños buenos hallazgos: de silencios y complicidades, de la certidumbre de la duda, de vacaciones y reencuentros, de amigos y familia. Un librito hermoso que se lee rápidamente y te deja un buen, buen sabor de boca.
Personajes bien perfilados que ponen en marcha una historia sencilla pero, al mismo tiempo, de gran hondura, con tantas pequeñas cosas que no se dicen directamente pero que sí se cuentan.
De este autor no había hablado todavía aquí, a pesar de haber leído ya algunos libros suyos. Sirva esta como una primera entrada de otras que vendrán.
Saludos

jueves, 3 de marzo de 2011

¿Qué vale?

¿Qué vale mi trabajo? Preparar una sesión de cuentos puede costarme varios años de trabajo previo (lectura y búsqueda de textos, selección, preparación-oralización de los cuentos, memorización...) y luego hay que echarla a rodar e ir ajustando toda la sesión para que funcione perfectamente. El proceso puede ocupar muchas horas cada semana (de ese trabajo artístico de cocina del que no se ve) durante muchos meses. ¿Cuánto vale todo este trabajo?
Por lo que se ve, poco, o nada. Alguien me ha grabado sin pedirme permiso y ha colgado toda una sesión mía en internet, en uno de esos programas de ficheros compartidos (que no están en ninguna parte y están en todas).
Esta es la cultura que quieren, la del todo gratis (siempre que sea lo de los demás), y donde la opinión del artista no pinte nada. Sólo pido eso, poder decidir qué quiero y qué no quiero (de mi propio trabajo) que esté colgado en internet, que sea de acceso libre. Así de sencillo. Ni siquiera este derecho tengo.
Hoy ando algo jodido con este asunto. Mañana será otro día.
Saludos

miércoles, 2 de marzo de 2011

Intermediarios, mediadores, críticos

No están de moda los intermediarios. Se han ganado a pulso la mala fama a costa de incrementar los costes para llevarse una parte del pastel. Su trabajo sólo es intermediar. Los tenemos asociados a las subcontratas o al incremento del precio de un producto, más por cuantas más manos pasa.
Ahora está más de moda hablar de mediadores. Los mediadores. Quizás este término es más limpio y, sobre todo, está todavía desvinculado de la idea economicista de beneficio.
Oía ayer por la radio que internet está eliminando a muchos intermediarios, que resulta más fácil contactar directamente con el trabajador o acceder más directamente al producto. Y sobre todo se felicitaban porque con internet sabemos "la opinión del hombre de la calle".
Es decir, uno ya no va a la agencia de viajes, busca en internet los hoteles de la ciudad a la que va a ir y lee las opiniones de otros usuarios que fueron antes.
Todo esto tiene un valor indudablemente positivo. Pero también lo tiene negativo. La denostada figura del intermediario, del mediador, del experto en esa cuestión (del crítico, en fin) tenía algo que importa mucho: criterio.
Me ceñiré al caso de los libros. Las bibliotecarias, las profesoras, son mediadoras o intermediarias entre los libros y los niños y niñas. Ellas tienen (o deberían tener un criterio) para elegir uno u otro título.
Sin embargo cualquiera puede abrir un blog y escribir de libros sin tener ningún criterio definido, o pedir opiniones de libros a los "lectores anónimos". Nos fiamos de ese tú a tú directo entre gente supuestamente consumidora igual que nosotros. Y cualquiera puede decir cualquier cosa de cualquier libro sin ningún criterio ni conocimiento (estudio) previo que avale sus argumentos, y de manera anónima.
A mí me interesa la opinión de los críticos. Hay críticos cuya opinión me interesa y críticos cuyo gusto no coincide con el mío pero me hacen pensar sobre lo que dicen. Sin embargo con este tú a tú cibernético los críticos, los mediadores, los intermediarios... están desapareciendo. Y todo el mundo parece saber de todo.
A mí me gustan los intermediarios, los mediadores, los críticos, la gente que sabe y comparte lo que sabe (aunque nos cobre por ello), y lo demás me interesa poco.
Además, esta "democratización" del conocimiento (cada vez menos crítico y reflexivo y profundo) es también falsa: cada vez hay más editoriales que contratan los servicios de "agitadores", gente que con nombres diversos y máscaras diversas que opinan en foros de manera interesada como si fueran "anónimos lectores de la calle".
Cada vez sabemos menos. Cada vez somos más fácilmente manipulables. Cada vez son más marcianos gente como Carlos Boyero o, ya en LIJ, Ana Garralón, Gustavo Puerta Leise, Victoria Fernández...
En fin. Saludos