martes, 21 de diciembre de 2010

Álvaro Cunqueiro

Revisando ayer los libros para recomendar en la SER me di cuenta de que hay un montón de excelentes libros que leí hace tiempo y que no he recomendado en este blog ni en mi web, en la sección del goliardo. Uno de ellos es Merlín y familia, de Álvaro Cunqueiro, en Destino. Me parece imperdonable que hasta hoy no haya hablado de este autor con algo más de atención.
Álvaro Cunqueiro es uno de los grandes escritores españoles del S. XX, y acaso también uno de los menos leídos (incomprensiblemente).


Recuerdo hace años cuando tropecé con él, fue aquel un verano lleno de sus libros, desde entonces abrirlos y escuchar el rumor del mar y saborear la sal en la boca es la misma cosa. Y recuerdo también que cuanto más lo leía y releía más pensaba que era una estupidez ponerme a escribir, existía un señor llamado Cunqueiro que ya había escrito, y mil veces mejor, cualquier cosa que yo hubiera soñado hacer.
De entre todos sus libros recuerdo cuatro con mucho cariño: Merlín y familia, Cuando el viejo Sinbad vuelva a las islas, Un hombre que se parecía a Orestes y Las mocedades de Ulises. Creo que leí todos en la misma edición barata de Destino, pero no podría afirmarlo.
Años después de aquel atracón releí Merlín y familia con motivo de una visita que hice a Mondoñedo y reafirmé mi amor por este autor y sus libros.

Los libros que he leído de este autor están llenos de fabulosa sabiduría, prosa honda y rítmica, palabras que respiran y vuelan y se enredan en la lengua y el ojo, historias fantásticas pegadas a las tierras que habitamos: lo que Cunqueiro toca, mira, cuenta... se llena de magia. Sus libros son sacos de sueños y cacerolas de cuentos en ebullición, historias donde el sabor de la mitología y los churros se mezclan, donde lo imposible se hace cotidiano y lo cotidiano, fantástico.
Los libros de Cunqueiro son tesoros de palabras, de sueños, paisajes que no podrás olvidar en cuanto te adentres en ellos. Cunqueiro es un escritor maravilloso. Imprescindible.

Revisando el libro de Merlín y familia he recuperado una cita en la que aparece un narrador oral, aquí os la dejo:

"me gano algo de vida contando historias por las posadas, y ahora mismo llevo un catálogo de siete muy preparadas, y todas tienen una punta de verdaderas. Te digo que por mucho que saques de ti una historia, siempre pones cuatro o cinco hilos de verdad, que quizás sin darte cuenta llevas en la memoria." (p. 52)

En fin, contar es contarse, es desnudarse, como bien sabía Cunqueiro.
Saludos.

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1 comentario:

  1. Muy buen comentario, Pep. Yo no me canso de repetir siempre a quienes no lo conocen, que Cunqueiro es como Borges pero multiplicado por mil. Por mil, lo digo en serio. Claro que... sin la promoción internacional de Borges (a quién también adoro, por cierto). Cunqueiro es increíble. Es... mágico. Hay que leerlo.
    Un abrazo,

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