Ayer por la mañana comencé este libro que, antes de irme a dormir, ya había terminado de leer, de devorar. Son días demorados y leer buenos libros se convierte en un placer delicioso y feliz. Os dejo aquí esta breve nota de Stoner, libro escrito por John Williams, traducido por Antonio Díez Fernández y publicado por Baile del Sol Ediciones, una editorial de la que no recuerdo haber leído nada antes y que lleva, al menos, veinte años publicando... lo que me queda todavía por leer y conocer, madre mía.
El libro nos cuenta la vida de William Stoner, un muchacho proveniente de un ámbito rural tosco y pobre que consigue llegar a la universidad y allí se enamora de la literatura, de los libros, del estudio. Abrir un libro y dejarse atrapar por sus versos, sus historias, su ficciones... cambia por completo el rumbo de su vida: Stoner acaba por ser profesor universitario. Según pasan las páginas le vamos acompañando en sus días, en sus pequeñas tragedias y sus momentos brillantes: en la tristeza de un matrimonio triste, en la ponzoña de algún compañero de departamento, en la tregua que el amor le otorga, etc.
Acaso esta historia sea una pequeña historia, una vida minúscula que transcurre entre grandes tragedias (entre las dos guerras mundiales del S. XX, la depresión de los años 20, etc.) y que, sin embargo, nos da la medida de las pequeñas vidas que suman las grandes historias. De alguna manera leyendo este libro uno piensa que la civilización se sustenta en individuos y que nuestras pequeñas victorias son victorias para todos.
Sorprende el protagonista, tan tímido, a veces dejándose llevar hacia el desastre, rindiéndose (como en su matrimonio) y otras tan firme y combativo ante las dificultades (como en la universidad). Cuestión de prioridades, supongo. Un personaje que, de alguna manera, traza su destino. Me ha encantado.
La lectura me ha atrapado desde las primeras páginas y he disfrutado en todo momento con este hermoso libro. Me ha traído a la memoria mis tiempos en el departamento de Filología de la universidad y en más de una ocasión me he encontrado sonriéndome por situaciones que me parecían familiares.
Gracias a Fernando por recomendármelo. Es, sin duda, un libro estupendo.
Saludos
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