Acabo de terminar el libro Cosas que a veces pasan, de Kestutis Kasparavicius, en ed. Thule.
Compré el libro cuando lo vi en la librería porque tiene un título muy parecido al que encabezado de la columna que escribo desde hace unos diez años en El Decano, una revista de la provincia de Guadalajara (en la que publico un cuento semanal desde hace 17 años), la sección de mi cuento semanal se denomina Cosas que pasan.
El libro me ha gustado, algunos cuentos más que otros, pero lo he leído con placer.
En la página 56 se encuentra el cuentecito "Almohada", y en un momento se puede leer: "Almohada sabe muy bien cómo ayudarte a dormir. Por la noche, en cuanto te acuestas y pones la cabeza sobre ella, te explica un cuento para que te duermas."
Resulta extraño ese verbo explicar aplicado a un cuento. Entiendo que es un catalanismo, pues en catalán se dice "explicar contes" y quiere decir contar cuentos.
Pero eso no justifica el error pues el libro está editado en castellano y en esta lengua explicar cuentos tiene un significado totalmente distinto (puedes ver la definición exacta de explicar aquí).
Traducir es un oficio complejo y más en libros con tan poco texto en el que cada palabra tiene un peso específico. Por eso yo soy de los que prefieren los libros en los que el traductor tiene nombres y apellidos, y por eso me alegra también ver que cada vez más se tiene en cuenta a los traductores y que algunas editoriales empiezan a incluirlos entre los créditos de las portadas. Supongo que el camino es largo pero no hay que cejar.
Saludos.
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