Hace unos días ya os hablaba de este libro: Once maneras de sentirse solo, de Richard Yates, publicado por RBA.
Richard Yates es un autor que me gusta mucho; ninguno de los libros que he leído de él me ha defraudado (podéis ver un par de reseñas que hizo el goliardo: Vía revolucionaria y Las hermanas Grimes).
En esta ocasión, este libro que os traigo hoy es una colección de extraordinarios cuentos escritos con ese estilo suyo tan pulcro, tan directo, tan admirable.
Yates es capaz de empujarnos muy adentro en los personajes que arma, de mostrarnos hasta lo más hondo, y de contarnos (siempre aproximándose a los abismos del alma) las inquietudes, las contradicciones, las desesperanzas... los personajes de Yates nos hacen percibir de forma magistral (en verdad magistral) la insuficiencia de la vida.
Me encanta Yates, me gusta su estilo directo, me admira la forma como construye las historias, me asombra cómo se fija en los pequeños detalles tan significativos, me atrapa desde la primera línea y me deja sin respiración tras la última.
Yates me sabe a Carver, a Auster, a Chejov, a Hemingway... todos ellos grandes maestros cuentistas, grandes maestros de la prosa, grandes maestros.
Leer a Yates es siempre un placer, zambullirse en sus textos, un lujo. No dejéis de leer estos cuentos extraordinarios, extraordinarios, extraordinarios.
Saludos
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