Ayer estuve por la mañana en La ballena de cuentos, una estupenda librería de Guadalajara especializada en LIJ. Además de charlar un rato con José, y de encontrarme con los amigos Carmen y Manuel, de Légolas, compré tres libritos.
De dos de ellos hablaré muy pronto aquí porque son dos tesoros maravillosos que acaba de reeditar Kalandraka (¡bravo!), y del tercero hablo ahora porque sucede con él una extraordinaria coincidencia.
No sé si habéis tenido la oportunidad de echar un vistazo a un cuento mío titulado La familia C, álbum ilustrado por Mariona Cabassa y que ganó el III certamen Premio Internacional COMPOSTELA de Álbum Ilustrado en 2010.
Lo cierto es que una de las propuestas que maneja este álbum es la diferencia entre ilustraciones sin color (grises azulados) y las ilustraciones a color. Todo lo que está en gris es la rutina, el devenir de los días; y todo lo que está en color, es lo que imaginan los personajes. Es decir, la diferenciación entre realidad e imaginación se plasma en el uso (o no) de los colores. Quizás este fue uno de los hallazgos más interesantes (desde mi punto de vista) para el discurso narrativo de este libro.
Pues bien, ayer compré un libro titulado Zoo, de Suzy Lee, editado por los Cuatro Azules, que maneja el mismo registro.
A color aparece lo que la niña sueña, lo que imagina, y en blanco y negro lo que está sucediendo en realidad, o más bien, lo que viven los padres.
No os podéis ni imaginar la ilusión que me ha hecho coincidir con una autora de la talla de Suzy Lee, de reconocidísimo prestigio internacional. Seguro que recordáis un libro suyo maravilloso: La ola, premiadísimo y publicado en Bárbara Fiore. Más sobre Zoo, aquí.
Echad un vistazo a los dos álbumes si podéis y veréis que la coincidencia es muy interesante.
Saludos
No hay comentarios:
Publicar un comentario