miércoles, 2 de noviembre de 2011

En la UNESCO

Hemos hablado en varias ocasiones (especialmente aquí) sobre el valor de los cuentos contados y los motivos por los que, a pesar de la era tecnológica y la invasión de las pantallas y los auriculares, el cuento contado pervive aferrado a nuestras orejas y nuestros corazones.
En el estudio de la profesionalización de la narración oral en España que publiqué este verano también se dan varias anotaciones (es más: muchas) sobre esta cuestión del cuento contado como recurso imprescindible en la escuela y la biblioteca.
En todo caso dos de los motivos por los que el cuento pervive en esta era tecnológica son su valor como estrategia (para animar a la lectura, por ejemplo) o como feliz cauce educativo (para transmitir el conocimiento y la escala de valores, por ejemplo).
No somos los únicos que hemos descubierto este Mediterráneo. Hay muchos otros que lo hicieron antes que nosotros (como Marciano Curiel Merchán en los años cuarenta del pasado siglo) y otros muchos que lo harán después.
En este sentido hay un caso que resulta especialmente significativo y relevante, pues se trata de la UNESCO: esta institución tiene un programa de narración oral de cuentos tradicionales para construir un mundo más sostenible y en paz. Siendo quien es la UNESCO, una institución global en la que trabaja mucha gente y muy sabia, a lo mejor es que es verdad que los cuentos son la leche.
Así pues, si ellos lo dicen, amén.
Saludos

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