Acabo de terminar de leer La edad de la anestesia, una novela juvenil escrita por Elena Alonso Frayle y publicada por la editorial Edelvives, como no podía ser de otra manera, pues ha resultado ganadora del premio Alandar 2014.
Recuerdo una anécdota que me contó Nicolás Buenaventura Vidal y que debe andar recogida en su libro Palabra de cuentero, en ella hacía referencia a dos personas que hablaban en un bar y en la que una le preguntaba a la otra si sabía qué era lo que verdaderamente importaba en esta vida. Nicolás se quedó en la barra del bar esperando la respuesta que fue esta: lo que de verdad importa en esta vida son los matices.
Creo que de alguna manera esta anécdota resume mi percepción del libro que acabo de leer. En La edad de la anestesia hay historias que reconozco, que no es la primera vez que leo: dos jóvenes y un primer amor, una búsqueda de la propia historia, dos historias intercaladas pero de alguna manera relacionadas... Sin embargo en este libro desde mi punto de vista lo interesante, y mucho, son los matices: la vivencia del propio dolor, las consideraciones sobre la enfermedad y, sobre todo, la idea central del libro de que el proceso de maduración implica ser consciente de avanzar entre las sombras, de desprenderse de las certezas (y verdades) firmes, absolutas. Sí, son estos detalles, estas reflexiones, estos matices los que dan a este libro una entidad propia y muy interesante.
Hay además una cita interesante, un momento de lectura en voz alta de un cuento (pp. 72-73) que como no es específicamente de narración oral no incluyo aquí pero que sí la señalo por si alguien quiere echar un vistazo. Aunque no me resisto a incluir esta otra hermosa cita:
"Sólo merecen vivirse las vidas dignas de ser contadas algún día" (p. 141)
Os animo a que os asoméis a este libro y os dejéis atrapar por sus personajes, sus historias y, sobre todo, sus matices.
Saludos
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