viernes, 15 de enero de 2010

Desembuchar

Hoy he ido y he vuelto a Mérida (desde Guadalajara), lo que suman algo más de 800 kms. En casos así (ocho horas al volante) me suelo cansar de la radio y puedo ir mucho rato en silencio (la música me duerme) pensando cuentos, recordando cosas que me han sucedido, imaginando proyectos..., pero cuando es tanto tiempo al volante también esto acaba por cansarme y, como último recurso, suelo llevar algún audiolibro.
Los audiolibros son un recurso estupendo para los viajes largos, voy conduciendo y voy "leyendo", me gustan mucho, y mucho más cuando son de libros que leí hace tiempo y guardo de ellos un buen recuerdo: es otra forma de rememorar, de saborear, de refrescar imágenes, sensaciones, palabras.
Hoy le tocó a Manuel Rivas (que escribió y leyó en alta voz) ¿Qué me quieres, amor?, una estupenda colección de cuentos editada en Alfaguara. Si no has leído el libro (ni oído el audiolibro) tal vez hayas visto la película La lengua de las mariposas cuya trama agrupa varios relatos de este libro.
Lo cierto es que en uno de los cuentos ("Un saxo en la niebla") hay un momento en el que el narrador dice:

"Aquel hombre era dueño de una historia. Lo único que yo podía hacer era esperar a que la desembuchara cuanto antes" (p. 63)

Me gustan estas dos frases, sintetizan de un modo estupendo la relación entre historia y narrador: el hombre es dueño de la historia, pero, inevitablemente, la historia termina por aparecer porque ella también es dueña del hombre, se sirve de él para existir.
Por eso el hombre acabará por desembuchar, porque la historia dormita dentro de él, agazapada como una serpiente al acecho que espera el momento oportuno para saltar desde su escondite, garganta afuera hasta las orejas, los ojos, el corazón del auditorio y, una vez allí, inyectar su dulce veneno.
Saludos

2 comentarios:

  1. Pep, un placer haber estado contigo, compartir entre todos un tiempo que ha pasado volando.
    Gracias por todo: sobre todo por "presionarnos" al invento, la risa, y los comentarios elocuentes...
    hasta pronto.

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  2. Muchas gracias Josune por tus amables palabras.
    Un fuerte abrazo

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