La mañana del domingo se me pasó volando entre las visitas a la librería, la conexión con la SER, la familia contando (qué fiesta, oye), abrazos y despedidas de los amigos y colegas de toda España que vienen (y vienen y vienen y no dejan de venir) a este Maratón de Guadalajara.
Toda una experiencia vivir el Maratón como padre de familia y compartir con mis hijos tantos cuentos. Y ya pasó. Como un suspiro.
El Maratón siempre indica la cuesta abajo hacia las vacaciones, ahora sólo me queda ir tachando los días del calendario hasta la última sesión de cuentos y el inicio de las vacaciones. No veo la hora...
Saludos
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