Acabo de leer Memorias de un niño campesino, de Xosé Neira Vilas, en ed. Kalandraka.
Ha sido una lectura muy amena. El libro está escrito al modo de unas memorias y te lleva desde el primer momento a la Galicia rural de mediados del pasado siglo. Me ha parecido un libro duro y lleno de sabiduría. Uno de esos libros que se te quedan dentro y no dejas de rumiar.
Me ha traído recuerdos de libros tan dispares como Madre Naturaleza de doña Emilia Pardo Bazán, o el más reciente pero no menos memorable Pan negro de Emili Teixidor (ed. Seix Barral), este último ambientado en la Cataluña rural de posguerra.
El libro tiene algunas citas que siguen en plena vigencia (sobre todo viendo que está escrito en 1961):
"Déjese de enseñarles [a los niños] rezos y catecismo. La religión, que la practiquen en su casa, si los padres quieren. La escuela es para lo que es." (p.61)
"Los que no piensan no merecerían ser personas" (p. 90)
Y claro, también algunas citas de cuentos.
[En un velatorio] "Cuando se cansaron de jugar [a las cartas], les dio por contar cuentos. Se reían a más no poder los mismos que lagrimeaban y rezaban por la tarde. Yo no entiendo las cosas del mundo." (p. 82)
[Habla el protagonista sobre su abuelo] "cuando le daba por hablar, aquello era un torrente. Predicaba mejor que un fraile. Yo no le entendía muchas cosas, pero rabaiaba por escucharlo. Era, ¿qué sé yo?, como si lo levantasen a uno por los hombros con una mano de algodón y lo llevasen volando, lejos, lejos..." (p.85)
Sobre los cuentos y los velatorios ya hemos reseñado alguna otra cita, pero esta segunda cita es una hermosa manera de describir el hecho de escuchar cuentos. Una hermosa manera sin duda.
Saludos
Precioso libro que aquí, en Galicia, todos hemos leído (se supone) de pequeños. El "neno labrego" además tiene algo de Pequeño Nicolás, creo. Lo leí hace mucho pero recuerdo una escena en la que alguien muere arrollado por un carro de vacas y el médico certifica la muerte con una expresión técnica, del tipo "fractura craneal" o algo así. Y el "neno" al oirlo se dice -cito de memoria y mal- "Eu non o entendín, porque o certo e que o home morreu porque lle pasou o carro pola cabeza".
ResponderEliminarUn abrazo,
Sí Víctor, dice la faja que lleva el libro que es un clásico de la literatura gallega, y se puede creer bien. Es un libro delicioso.
ResponderEliminarUn abrazo