Hay un libro maravilloso que muchos conocéis: El hombre que plantaba árboles, de Jean Gionno. Escribí sobre él hace un tiempo. Incluso he escrito en otras ocasiones sobre libros vinculados a los árboles. Son textos que nos invitan a soñar otro mundo posible en el que el ecosistema y el ser humano convivan de forma sostenible.
Pero a veces las historias se hacen hueso y carne y voluntad férrea, y entonces sucede que hay libros de ficción que se quedan pequeños al lado de personas tenaces, increíbles, enormes. Es el caso de Wangari Maathai, bióloga keniana que recibió el premio Nobel de la Paz y que plantó ¡¡47 millones de árboles!!
Os animo a que leáis sobre su vida en el artículo del obituario de ayer en El País.
También podéis leer una ficha sobre el álbum infantil Wangari y los árboles de la paz, publicado en Ekaré, en esta reseña de Ana para el Biblioabrazo.
Saludos
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