El libro nos cuenta la historia de James Henry Trotter, un niño que había sido feliz hasta los cuatro años, momento en el que murieron sus padres y se fue a vivir con dos tías horribles, Sponge y Spiker.
La oportunidad para escapar de esta situación horrible llega cuando un pequeño duende le da a James unas cositas verdes llenas de magia que debe tomar pero que... lamentablemente, se le caen al suelo, al pie del viejo melocotonero. Y en ese momento comienza una aventura formidable: un melocotón gigante lleno de seres extraordinarios y un viaje fantástico cuajado de peligros y aventuras.
Una vez más nos encontramos con un niño infeliz sometido a las torturas de los adultos cercanos. Adultos que, una vez más, pagarán cara sus malas acciones. Este libro tiene el sabor de los buenos clásicos del autor, pero sube un escalón más de fantasía (despegada de esa magia cotidiana tan de Roald Dahl) y evoca, a ratos, otros libros (como Alicia en el País de las Maravillas, por ejemplo). A mí me ha parecido que no consigue mantener la tensión ni el interés del lector en toda su narración y me resulta, por eso, el menos interesante de todos los libros que he leído de este autor. A pesar de ello, es una buena lectura.
Saludos
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