martes, 12 de febrero de 2013

El papagayo de Monsieur Hulot

Hace años que Pablo Amargo, ilustrador y amigo, me recomendó ver y disfrutar las películas de Jacques Tati, un director y actor del que apenas había visto nada. Y para explicarme el porqué de esa recomendación me puso unas cuantas escenas de sus películas y me las comentó detenidamente. Así fue como Pablo me descubrió este cine demorado y lleno de pequeños detalles, muy sugerentes, que son las películas de Tati.
Tardé poco en hacerme con una caja que contenía acaso las más famosas películas de Tati (Mi tío, Las vacaciones de M. Hulot, PlayTime y Día de fiesta) y menos en disfrutarlas con mis hijos.


Años después David Merveille ha creado un álbum titulado El papagayo de Monsieur Hulot que ha sido cuidadosamente publicado por Kalandraka. Libro álbum que, antes de ser reseñado, me ha servido como excusa para volver a ver y disfrutar las películas de Tati que tenía en casa.
El álbum no tiene texto y cada página (desplegable) es una invitación a la sorpresa y al humor, un nuevo formato para que el inolvidable personaje de Tati perviva, pues "M. Hulot prosigue con su vida de gran despistado en la imaginación de todos los que han sido tocados por su ingenuidad y poesía".
La empresa no era fácil pues Tati tenía un humor muy fino y sus películas están llenas de momentos y detalles iluminadores, sutiles, brillantes, quizás por eso me he acercado al álbum con algo de recelo. Sin embargo el libro ha superado mis reticencias y me parece que ha engarzado con el alma del personaje y ha sido capaz de captar su esencia. Me explico.
El formato de álbum con páginas desplegables que permiten una visión de la realidad/de lo cotidiano por el espectador/lector y, al abrirse, una visión de la realidad/de lo cotidiano por M. Hulot, creo que resulta muy eficaz, pues al abrir esa hoja desplegable la realidad se impregna del humor de Hulot. Y no solo eso, pues los detalles y los guiños son constantes.
Vayan algunos ejemplos para explicar esto que digo.
Al abrir el libro Hulot está a punto de encender la luz, por el ventanal vemos que es de noche, y al abrir el desplegable, vemos que Hulot ha pulsado el interruptor y ya es de día. Un juego que encaja perfectamente con el personaje de Tati. Además de otros guiños como el del avión que parece que está volando fuera. Y referencias obligadas como el cartel de Día de fiesta en el cabecero de la cama.
En la segunda lámina reconocemos la casa de Hulot en Mi tío (y su inseparable bicicleta motorizada) y también los perros hurgando entre la basura y, al abrir la lámina, nos encontramos con el detalle de los niños que silban para que los adultos choquen con la farola. Y, por supuesto, ese guiño imposible de la bicicleta en la cuerda floja.
En la tercera lámina volvemos a tener detalles de Día de fiesta (esa bandera, ese tiovivo...) y ese juego tan de Tati de la bicicleta en el carrusel.
Y así podríamos ir hablando lámina por lámina, todas ellas llenas de referencias y guiños a las películas protagonizadas por Monsier Hulot mientras, y al mismo tiempo, se nos van proponiendo humoradas y detalles jugosos y, todavía más difícil, nos van contando una historia, una pequeña historia, sencilla, delicada, llena de poesía.
En suma, el libro álbum me ha gustado mucho y me parece que el autor ha resuelto de manera más que satisfactoria la atrevida empresa en la que se había empeñado.
Un libro estupendo. Ideal para ver solo o acompañado, con o sin películas.
Saludos

PD No me resisto a no insertar aquí las escenas iniciales de Mi tío para que podáis disfrutar su fantástica música.

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