Mientras estaba metido en estas harinas había un grupo de catorce narradores y narradoras, también en Galicia, que estaban fundando la Asociación Gallega de Contadores y Contadoras de Historias (no sé si es exactamente esta la denominación final). Bienvenida sea la asociación, seguro que será para bien del oficio en Galicia y para preservar el contar en gallego (tenemos solo cuatro lenguas, hay que mimarlas).
Hoy no me extenderé más, estoy liado con tres libros de la editorial y quiero dejarlo todo encarrilado antes de que la semana próxima comience la sucesión de sesiones de cuentos y viajes y más cuentos y más viajes.
Ah, no me voy sin dejaros aquí una de las ventanas que me envió ayer Raquel Marín, amiga e ilustradora profesional.
Saludos

No hay comentarios:
Publicar un comentario