miércoles, 3 de marzo de 2010

El fuego da caraba

Sigo enganchado al libro de Kapuscinski, viajes con Heródoto, en Anagrama. Está escrito de manera magistral, es una maravilla dejarse llevar de viaje por sus palabras. Ayer estaba leyéndolo y me tropecé con esta cita sobre el fuego y contar historias, una delicia.

[se pregunta el autor sobre cómo conseguiría Heródoto tanta información para su libro, Historia, y dice:] "La gente se reúne alrededor del fuego para contar historias. Más tarde se llamarán mitos y leyendas, pero en el momento en que se cuentan y se escucha, todo el mundo cree que son purísima verdad, la realidad más real.
Escuchan atentos, el fuego crepita, alguien echa más leña, la luz y el calor de las llamas avivan el pensamiento, despiertan la imaginación. Esas reuniones en que se narran historias son casi inconcebibles sin un fuego ardiendo en las proximidades o sin que la luz de una vela o de una lamparilla disipe la oscuridad de una casa. La luz del fuego atrae y compacta el grupo, libera sus mejores energías. La llama y la comunidad. La llama y la historia. La llama y la memoria. Heráclito, anterior a Heródoto, consideraba el fuego protocomienzo de la materia toda, la primera sustancia: todo, decía, igual que el fuego, está en perpetuo movimiento, todo se apaga para luego volver a arder. Todo fluye, pero al fluir se transforma. Lo mismo sucede con la memoria. Unas imágenes se apagan y en su lugar aparecen otras. Sólo que esas nuevas imágenes no son idénticas a las anteriores, son diferentes: igual que uno no se puede bañar dos veces en el mismo río, tampoco es posible que una nueva imagen sea exactamente la misma que la anterior." (pp. 91 y 92)

Y sigue hablando de la memoria, la palabra y el fuego. Una trinidad en verdad santísima.
Me recuerda, salvando las distancias, a un viejo post que escribí hace dos o tres años, aquí.
Saludos

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