miércoles, 21 de julio de 2010

El señor Ibrahim y las flores del Corán

Hoy leí El señor Ibrahim y las flores del Corán, de Eric-Emmanuel Schmitt, en ed. Booket.
Parece ser que es un libro muy exitoso, con versión en cine y en teatro, un libro muy traducido y muy leído. Una de esas pequeñas sorpresas que corren de ojo en ojo y de lengua en lengua.
Quizás sea por las altas expectativas que tenía, pero lo cierto es que el libro me ha parecido flojo. Es un cuentito chulo, una historia muchas veces contada de dos soledades que se encuentran y se abrazan, de dos personajes solitarios que se alimentan.

Pero la trama tiene cuestiones difíciles de asumir para el nivel de ficción que propone el autor, creo. No se trata de un libro fantástico (no hay duendes ni hadas ni cosas de esas) pero sí es posible que un niño de apenas 14 años pueda vivir tres meses solos sin padre (y sin madre) y sin que nadie parezca darse cuenta; igual que es posible que un niño sea adoptado por el tendero de su calle con el que se lleva muy bien a pesar de que su madre muestra interés por él; o también puede suceder que un niño aprenda a conducir un coche viendo cómo se enseña a otra persona y luego conduzca, sin carnet, durante miles de kilómetros atravesando fronteras sin problemas.
Para mí este libro tiene un problema de verdad, de veracidad: no me creo el cuento.
Además pienso que tiene también algún error de ritmo en la narración de la historia y en el suceder de las acciones que dan motor a la historia; y tampoco me ha gustado el final. Y bueno, que uno sea musulmán y el otro judío, pues me parece también muy forzado.
En fin, un libro que no me ha entusiasmado mucho, la verdad. Un libro del que me habían hablado muy bien y ya ves. Aunque para gustos, colores
Al menos he recogido una cita que comparto:

"La lentitud, ese es el secreto de la felicidad." (p.79)

Saludos

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