Si seguís este blog en algún momento habréis leído algo sobre una serie de espectáculos de narración oral para jóvenes que transcurren en distintos escenarios de mi pueblo de la infancia, Selas (en Guadalajara). Obviamente entre el Selas real y el Selas de mi ficción hay muchas diferencias (alguna tan obvia como que la antigua resinera no está en Selas, sino en el pueblo de al lado), pero es de esa tierra real de la que me nutro para crear la tierra de ficción (lo explico más detallado aquí).
Estas tres sesiones: La casa del forestal, La Cándida y el molino viejo y La mano sin cuerpo comparten, además de lugares comunes, personajes, ambientes, tramas... teniendo incluso llamadas entre una sesión y otra (estoy preparando un texto para dar más detalles sobre estas cuestiones), y yo tenía mucho interés en que esto se pudiera apreciar en los carteles.
Para ello tuve la suerte de trabajar con Jesús Aguado (gracias Sandra, gracias Ángel) y plantear distintas posibilidades. El resultado es este que os muestro ahora: las tres sesiones comparten una misma imagen del pueblo (que contiene gran parte de los lugares fundamentales de las diversas narraciones) pero en cada cartel se muestran alumbrados por farolas los lugares determinantes de cada espectáculo.
Así pues en La casa del forestal podemos ver cómo se ilumina parte del cementerio y la casa más alejada del pueblo, la que da nombre a todo el espectáculo.
Sin embargo en La Cándida y el molino viejo los dos lugares iluminados son la resinera y el molino (con esa piscina o presa).
Y por último, en La mano sin cuerpo, vuelve a iluminarse tenuemente el cementerio aunque la verdadera luz recae sobre el frontón y la fachada del ayuntamiento.
Creo que Jesús ha conseguido condensar las tres sesiones con una única imagen y, de esta manera, resolver las cuestiones que yo le planteaba. Ocurre además que el estilo (un tanto a lo Tim Burton) propicia el ambiente común a los tres espectáculos: suspense con un punto de misterio en el que cabe también el humor.
Como podéis imaginar estoy muy contento con el resultado.
Y ahora si después de ver los carteles os apetece pasear por estas calles, ya sabéis, es sencillo: sólo os tenéis que venir conmigo.
Saludos
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