domingo, 25 de enero de 2015

Helena o el mar del verano

Esta mañana soleada de invierno la pasé con un libro delicioso, se trata de Helena o el mar del verano, de Julián Ayesta, publicado por Acantilado. El librito, por cierto, es un regalo que me hizo Merche hace unas cuantas semanas cuando estuve contando por algunos pueblos hermosos de los Pirineos oscenses. Gracias Merche, una vez más.


Helena o el mar del verano es un libro delicado, hermoso y muy original. La estructura consta de unas cuantas estampas en las que el narrador protagonista cuenta momentos significativos vividos a lo largo de un año en los que estaba Helena, su primer amor. Hay estampas del verano (en el que parece escapar la infancia y comenzar la adolescencia), alguna de invierno y, de nuevo, estampas del siguiente verano.
En las primeras estampas ni siquiera aparece nombrada Helena: el narrador habla de los niños (de ese grupo bullicioso y alegre de niños y niñas), sin embargo, en el tercer capítulo "Una noche", no solo aparece por primera vez nombrada ya Helena, sino que vemos un cambio muy interesante: las niñas ya no quieren jugar y ellos no entienden qué es lo que ha pasado.
Luego llega el invierno y con él el destierro definitivo de la infancia y el descubrimiento de la sexualidad y el recuerdo y el deseo y el sentimiento de culpa y también el de estar en gracia tras el perdón. Un alambre de equilibrios difíciles en aquellos años de en los que la religión cristiana campaba a sus anchas por tierras y corazones.
Finalmente vuelve el verano y llegan unas últimas estampas maravillosas, especialmente he gozado "En el bosque" y "Tarde y crepúsculo", momentos en los que el narrador y Helena están juntos y su amor se arma de besos y risas.
El libro está escrito además con un estilo maravilloso, delicado, rico, es una absoluta maravilla leerlo. Los personajes (Arturo, Honorina, los padres, los otros niños...) son estupendos y las situaciones están elegidas y contadas de manera admirable: tanto por lo que se dice como por lo que se calla.
La lástima es que este libro sea tan tan breve, acaso breve como un primer amor. De cualquier manera esta brevedad es una invitación a la relectura y al ensueño.
Un libro imprescindible cuya lectura os recomiendo encarecidamente.
Saludos

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