martes, 4 de mayo de 2010

De abril al cielo

Este pasado abril comenzó con una entrevista en la SER en la que hablé con Javier Rioyo y Pedro Blanco, puedes escucharla aquí.
Después llegó el III Premio Internacional COMPOSTELA de Álbum Ilustrado, toda una sorpresa que me tuvo feliz y loco unos cuantos días.
Pero pasados esos primeros diez días de abril comenzó la fiesta del Día del Libro y con ella los viajes y los cuentos y los libros y las sesiones... he estado en ciudades maravillosas y lugares estupendos (he gastado casi mil euros en gasolina y peajes), he disfrutado con la compañía de Begoña (varias entradas en el blog: ¿Cómo se forma un narrador? y Por los caminos de la tierra oral I-VII) y con el trabajo de coles. Aquí os dejo algunas notas de esos días.


No hubo mejor manera de empezar el mes que contar en Las Rozas (Madrid), en la biblioteca primera que tuvo (ahora tienen tres), uno de los referentes imprescindibles en mi viaje por la Tierra Oral (maravillosas Alicia y Carmen y el resto de equipo).
Después pasé por Villafranca de los Caballeros, en Toledo, una biblioteca maravillosa con una bibliotecaria rumbosa y excelente como pocas, Rosa.
La fiesta de la palabra tomó forma en Alcalá Cuenta, un programa maravilloso de narración oral que lleva varios años funcionando y consolidándose y que este año dio el salto a los teatros de la ciudad. Se notó la impecable y cálida gestión, una vez más, de los Légolas.
En San Clemente (Cuenca) lo pasé de maravilla (de alguna manera es como volver a casa tras siete años consecutivos contando en el teatro) contando y viendo cómo la semilla de palabras va dando frutos, de los apenas 50 espectadores del primer año (entre público infantil y adulto) a los 500 de éste.
En Cáceres disfruté de tres colegios estupendos (os he dejado algunas notas y enlaces de sus blogs en este blog mío): el Alba Plata, el Gabriel y Galán y el Cervantes. De todos ellos guardo recuerdos (y anécdotas) maravilloso, y en uno me hicieron ¡una Pétala de tela!, no puedo resistirme a poner aquí la foto (gracias Begoña por enviármela).
Luego las bibliotecas de La Manchuela, en Albacete (qué bibliotecarias/os más estupendas/os); Majadahonda, en Madrid (y su fantástica campaña con colegios); los coles de la zona de Motilla del Palancar, en Cuenca (cuyos niños y niñas reciben los cuentos como el agua imprescindible); la biblioteca de Morata de Tajuña, en Madrid (qué empeño por la excelencia); la biblioteca de Villanueva de Alcardete, en Toledo (con Guadalupe, otra bibliotecaria que me ha visto/hecho crecer como narrador oral); incluso conté en la provincia de Guadalajara, en Brihuega, con Paloma, uno de esos lugares donde empecé a contar hace casi ya 17 años (¡cómo pasa el tiempo!), uno de esos lugares en los que sigo disfrutando cada vez que voy (a pasear o a contar).
También me dio tiempo a pasar por Zaragoza y disfrutar de un colegio estupendo, el Lucien Briet, uno de esos colegios donde los profes se empeñan en que su colegio sea maravilloso. Aquí puedes ver alguna nota y foto del día que pasé allí.
En fin, que no me resistía a echar la vista atrás y pensar: ¡de abril al cielo!
Saludos

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