miércoles, 12 de mayo de 2010

La evaluación de Begoña

Como algunos de vosotros sabéis, el pasado mes de abril y durante una semana estuvo conmigo Begoña, una narradora que está formándose y a la que voy acompañando en estos primeros pasos de su camino por tierras de la oralidad. Toda la información la tenéis en este mismo blog en las entradas de abril (días 14 al 22).
Hace unos días me envió un documento con los contenidos de todo aquello sobre lo que estuvimos conversando, reflexionando, hablando... y también una evaluación de la experiencia. Como esta semana estoy en Gran Canaria y Begoña y yo nos estamos viendo bastante, en uno de nuestros encuentros me comentó que tal vez sería bueno incluir parte de la evaluación en este mismo blog ya que aquí hay mucho sobre la experiencia que compartimos.
Me parece bien, así que aquí cuelgo algunos párrafos que considero de interés de su evaluación sobre el proceso formativo en el que estamos inmersos.

"En cuanto al objetivo principal
El objetivo principal de la propuesta, acercarme al arte y oficio de contar cuentos y conocer desde la práctica todos los aspectos que rodean su mundo: la búsqueda de cuentos, repertorio, público, espacios para contar, actitudes del narrador... acompañando a Pep en su día a día como narrador oral, creo que ha sido alcanzado con buenos resultados.

En cuanto a los cuentos.
Me ha sorprendido el complejo engranaje que rodea a los cuentos. Antes de esta formación no creía que existiera un trabajo de tanta dedicación: horas de lectura, selección, preparación, sesiones difíciles... Esto me ha hecho ver todo de otra manera, verlo con muchísimo respeto y, por eso, creo imprescindible y necesario durante un tiempo tomar distancia para reflexionar sobre la formación y prepararme con fundamento. Se lo debo a los cuentos.
He comprobado que contar siempre es algo nuevo, nada es igual: sesiones, estado de ánimo, público... es por ello que resulta tan gratificante, porque cada vez que se cuenta, de alguna manera, se estrena el cuento.
He descubierto que el narrdor debe ser alguien comprometido con su trabajo, responsable con la emotiva tarea de utilizar su cuerpo, su voz, como instrumento para abrir puertas hacia la imaginación sin utilizar medios audiovisuales. El narrador debe tener pasión y amor hacia los cuentos, debe sentirlos y vivirlos para así poder transmitir esa pasión al público.

En cuanto al proceso de formación.
Debo manifestar que, aunque al principio la propuesta me resultó un tanto extraña, el proceso de formación ha resultado totalmente adecuado.
Ha sido un aprendizaje donde práctica y teoría han ido de la mano, teorizando y probando posteriormente o probando y reflexionando después. Creo que ha sido muy interesante y útil, muy exitoso.
Visto desde esta óptica creo que este proceso formativo resulta muy adecuado para aprender el arte y oficio de narrar cuentos: acompañar a un mentor, conversar, reflexionar, escuchar, preguntar dudas, recibir respuestas o buscarlas juntos.

En cuanto a mí (Begoña).
Acepté embarcarme en este viaje hacia los cuentos porque tenía intriga y, sobre todo, porque intuía que sería una experiencia enriquecedora. Debo decir que jamás imaginé que los cuentos tuviesen tanto poder.
Acompañar a Pep durante estos días ha sido un regalo. Poder tener la oportunidad de escuchar, de recibir, de contar, de equivocarme, de disfrutar... ha sido maravilloso.
A través de los cuentos he descubierto muchos conocimientos que puedo aplicar en otros ámbitos de mi vida (profesional, personal). Desconocía este poder sanador del cuento.
Sabía que este viaje era una oportunidad y me esforcé al máximo para tratar de sacarle el mejor rendimiento posible. Mientras más sabía más quería saber y más parecía ignorar.
Al finalizar esta primera semana de formación me asusté, sentí que el arte de contar cuentos era quizás una tarea para la que no estaba preparada. Ahora, en la distancia, tras la reflexión posterior, me he propuesto tomarme con calma este aprendizaje, sin prisa pero sin pausa, poco a poco. He descubierto una parte de este mundo y ahora me queda seguir formándome. Me ilusiona continuar este camino."

Hay un párrafo más en el que Begoña me evalúa a mí, entresaco algunas líneas que pueden resultar de interés:

"Desde el primer momento me sentí partícipe de algo muy serio en lo que él llevaba pensando hacía tiempo y eso me hizo sentirme cómoda y aplicarme en la tarea.
Logró transmitirme su dedicación, amor y respeto por los cuentos y por su profesión. Y me pareció muy interesante la manera que tuvo de compartir y reflexionar sobre todo lo que sucedía alrededor de los cuentos, siempre desde el acompañamiento y nunca desde el dogma o la imposición.
Pep me iba descubriendo el mundo de los cuentos desde su experiencia y desde nuestra experiencia en común.
Y todo esto sin esperar nada a cambio, sin expectativas. Insistiendo en que no debía tratar de ser como él, sino que debía buscar mi propia voz."

Espero que os resulte de interés y que sirva para reflexionar sobre esta experiencia formativa que, en nuestro caso (Begoña y yo mismo), da sus primeros pasos y tiene todavía mucho camino por recorrer.
Saludos

1 comentario:

  1. Muy pero que muy interesante toda la experiencia del mentorado. Me parece que, teniendo en cuenta la ausencia de formación (al menos aquí en las islas) del narrador, el hecho de poder compartir algo como lo que has hecho con Begoña es un regalo. Me da una envidia tremenda tan solo la idea de poder hablar de la profesión y sus vicisitudes durante tantas horas y sesiones con alguien tan metido en el ajo. En fin... les sigo en el mentorado de este año. Este tipo de experiencias no es para perdérselas.
    Gracias otra vez por compartir lo que haces. Siempre siempre me es de utilidad.
    Y me encantará conocer en algún momento isleño a Begoña, demonios, que la he conocido por ti y es vecina mía!! jeje

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