Pensándolo con calma la pasada semana fue extraordinaria. Este oficio nuestro nos tiene dispersos por la geografía, por eso es raro cuando coincidimos colegas (y en muchos casos amigos) y podemos charlar o tomar algo. Y mira tú por donde, esta semana pasada fue, en este asunto, realmente insólita:
El lunes estuve en Madrid con Virginia Imaz y Ana Griot hablando de la asociación, por allí también estaban Aldo Méndez, Alicia Merino, MªReyes y Marta Guijarro (de Chiara), Victoria Gullón, Nieves (de Borrón y Cuento Nuevo), Miguel (de Canto y Cuento), Rafa Ordóñez y Mercedes Carrión; muchos de ellos amigos y colegas (algunas muy amigas, la verdad). También estuvo mi querida Teresa y Marina (bibliotecarias).
El martes fui a Barcelona a una tertulia literaria, se excusó Nicolás Buenaventura, quien tenía previsto venir pero a última hora no pudo, en fin, tenía tenía muchas ganas de verlo y abrazarlo, otra vez será; pero sí vinieron Ignasi Potrony (con textos y reflexiones de Nicolás para la ocasión) y Rubén Martínez Santana, narradores ambos. Ah, ¡conocí a Pilar!, por fin, la compañera de Nicolás. Un sol.
El jueves estuvo comiendo en casa Pablo Albo, amigo muy amigo, colega de oficio y loco enredado en esto de la editorial.
El viernes estuve en Zaragoza y pude ir a comer con Cristina Verbena (qué sol, oye) y con Carolina Rueda. Todo un lujo.
Lo dicho, una semana en la que he podido hablar y compartir tiempo con muchos/as de mis amigos/as y colegas. Qué suerte.
Saludos
¡Dios mío, estás en todas partes, Pep! Casi eres ubicuo. Si pasas por Vigo un día, avísame, nos conocemos y tomamos algo.
ResponderEliminarUn abrazo,
Ya quisiera yo ser ubicuo. Viajar, lo que se dice viajar, no paramos; pero es casualidad encontrarme con tantos amigos y colegas en tan pocos días.
ResponderEliminarUn saludo