Llevo unos días queriendo escribir la crónica de las pasadas semanas, que fueron muy intensas (creo que todavía no me he recuperado), y parece que ha llegado el momento de pararme y darle a la memoria y las teclas.
La actividad intensa comenzó a mediados de febrero cuando impartí el segundo curso de animación a la lectura que tenía previsto (y del que ya di noticia aquí), 20 horas seguidas contando y compartiendo experiencias que, creo, resultaron muy jugosas
Pero no hubo tiempo para descansar, porque además del taller de tradición oral de Azuqueca, el miércoles 20 empezaba a viajar con mi maleta de cuentos.
La primera parada fue en el CEIP "Antoniorrobles" de San Lorenzo del Escorial, un centro con un equipo de profesores de educación infantil estupendo. Bueno, todo el centro es especial: un buen puñado de profesores suelen irse una vez al año a visitar otros centros famosos por su buen hacer (de España o del país que sea menester, como Finlandia), con su dinerito y en su tiempo de vacaciones. Y eso se nota en el centro: ¡tiene una vida que desborda!
El jueves 21 fui hasta Barcarrota (Badajoz) para dar una charla a madres y padres sobre animación a la lectura en casa. En la foto podéis ver a una parte de los cuarenta asistentes que resistieron estoicamente mis casi dos horitas de charla.
Pero esto no es lo más emocionante que me pasó en Barcarrota. Si me habéis escuchado contar para adultos sabréis que cuento algunos cuentos de La Cazzaria, un libro manuscrito del que sólo hay tres ejemplares en el mundo y que el mejor conservado fue hallado en una casa de Barcarrota cuando estaban haciendo obras. Ese manuscrito, junto con diez libros más (del s. XVI) son conocidos como La Biblioteca de Barcarrota, y es un verdadero tesoro bibliográfico. Antonia y Raúl, los dueños de la casa donde se encontraron los libros (fue el propio Raúl quien los encontró), tuvieron la amabilidad de permitirme ver el sitio donde se hizo el descubrimiento y hasta nos hicimos una foto juntos. Pasamos un rato hablando de las peripecias que Antonia vivió con los libros antes de que la Biblioteca Regional de Extremadura decidiera adquirirlos. Fue para mí como visitar un santuario. No os imagináis la ilusión que me hizo. Estoy agradecidísimo.
El viernes 22 pasé toda la mañana trabajando en el IES "Suárez de Figueroa" de Zafra impartiendo una charla (de cuatro horas) a alumnas y alumnos del ciclo formativo de educación infantil sobre el cuento como motor creativo. La verdad es que lo pasamos estupendamente como podéis ver en la foto. O mejor aún, en este enlace en el que hay colgado un vídeo mientras canto con los asistentes.
Por la tarde fui hasta Badajoz al IES "Bárbara de Braganza" donde volví a dar otra charla a alumnas (solo muchachas en esta ocasión) hablando del cuento contado y del valor de los cuentos hoy en día. Fue, en verdad, una tarde estupenda.
El viernes por la noche volví a casa (llegué bien tarde) y pasé el final de semana haciendo acopio de fuerzas porque la semana siguiente también iba a ser movidita.
El lunes 25 fui a Navarra, primero de visita a casa de Inés y Miguel. Inés Bengoa es compañera de AEDA y anda muy enredada en cuentos y palabras. Fue una tarde deliciosa hablando del oficio y paseando mientras nevaba.
Y el martes comenzó la fiesta de los cuentos en Navarra con las amigas de FIRA: Charo, MariCruz y Alaitz (e Iñaki, jejejeje, no me olvido de él). Nueve sesiones de cuentos en tres días (aquí os dejo un par de fotos del último día en dos centros distintos).
En un instituto.
Y en un colegio.
Y, además, encuentro con amigos narradores: es lo que tienen los caminos de los cuentos, que en alguna encrucijada te sientas a descansar y puedes disfrutar de la charla y el abrazo de los compañeros.
Pero aún no había terminado el periplo. El jueves 28 por la tarde fui a Logroño para un par de sesiones muy especiales.
En primer lugar conté en un lugar muy coqueto, un espacio privado habilitado por los amigos de Kiddy Fun ideal para sesiones de cuentos con pequeños grupos. Podéis haceros una idea con la fotografía de la sesión.
Y, como fin de fiesta, fui a contar al Café La Luna. Este lugar es especial (como ya os he contado en alguna otra entrada de este blog) y, desde luego, contar allí es siempre una fiesta. Un absoluto placer. Un regalazo.
Podéis leer la crítica que hizo Luis A. Alonso al espectáculo (no siempre puede uno decir que han criticado su sesión de cuentos).
En la madrugada del viernes 1 llegué a casa y, a las cuatro y media de la tarde, comencé el curso intensivo de narración oral (del que ya di noticia aquí). Así que, como os podréis imaginar, el domingo 3 por la tarde cuando terminé estaba completamente agotado. Y feliz.
Estas son las crónicas de las pasadas semanas. Puro cuento.
Gracias a Inma, Manuel, Silverio, Maribel, Inés, Charo, Patricia y Luis por las fotos para esta crónica.
Saludos
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