jueves, 6 de octubre de 2011

La vuelta al mundo de un forro polar rojo

Acabo de terminar de leer La vuelta al mundo de un forro polar rojo, de Wolfgang Korn, traducido por María Condor y publicado por Siruela. Éste es uno de esos libros que me recomienda de vez en cuando Ana Griot, que de libros sabe mucho y de Siruela, más que mucho.


Este libro cuenta la historia de un forro polar rojo, y ese sencillo hilo argumental le sirve para dar una visión bastante completa del concepto "globalización". Nos muestra la vinculación que existe entre personas de diversos lugares del mundo, trabajos, condiciones sociales, países... y la densa maraña de interrelaciones que hay entre todos y todo.
Me ha gustado bastante la claridad y sencillez del texto, capaz de explicar de manera comprensible asuntos complejos. Me han gustado también los sumarios que aparecen en el libro (textos resaltados) en los que se aportan datos y se muestran (fugazmente) puertas que uno podría abrir para seguir indagando.
También en algún momento me he sentido mosqueado con el libro (especialmente con algunos comentarios y/o estereotipos que hace sobre España/españoles); pienso que conseguir mosquear a un lector y que éste siga leyendo es una difícil virtud que este libro tiene.
En suma, un librito sencillo, rápido de leer, interesante, que da una visión de la globalización que puede ser un buen primer paso para seguir informándose sobre ella y, cómo no, para reflexionar sobre el consumo (nuestro consumo) y la sostenibilidad de nuestro planeta. Y desde luego un buen libro para chavales que quieran saber (y aclararse) sobre esto del "mundo globalizado".

Por cierto. A raíz de la lectura de este libro me preguntaba yo si no existe una marca que identifique a los productos elaborados por trabajadores en condiciones laborales dignas (que no ha sido hecho por niños, ni por esclavos, ni por gente que trabaja 12 horas al día 28 días al mes...). Sí, una señal como la que hay ya en algunos productos y que indica que es sostenible, o de agricultura ecológica, o de productos reciclados, o de comercio justo, etc. Creo que una marca identificativa en este sentido, que señalara a este tipo de productos favorecería, desde luego, la concienciación de los consumidores y mejoraría las condiciones sociales de todos los trabajadores y, por ende, del sistema todo. Sobre todo si se convirtiera en marca de prestigio y mejorara las ventas... ahí sí que iban a espabilar.
Saludos

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