Hoy Begoña contó en todas las sesiones y hubo algunas cosas reseñables: el juego con los chavales de cuatro años previo al cuento (de eso llevamos hablando toda la semana: permitir que esto pueda suceder y saber cuándo es el momento de parar y dejar que el cuento siga avanzando más ceñido), así como el estreno de algún cuento más para 3-6 años y el trabajo con álbum. Bien. Todo estupendo.
Por otro lado yo conté algún cuento que Begoña ha contado estos días y que nunca me había visto contar para que viera cómo lo tenía yo preparado y cómo lo había preparado ella y pudiéramos charlar sobre las diferencias. Me daba algo de pereza porque era un cuento que llevaba años sin contar, pero todo sea por la causa, jejeje.
También he desempolvado algún viejo cuento que, por diferentes cuestiones, he considerado que ella debía conocer (por el manejo de la historia, por el libro, por el uso que hago de las ilustraciones...). Llevamos cuatro años enredados en este proyecto y esta semana todavía he conseguido que, al menos cada día, escuche uno o dos cuentos nuevos que nunca antes me había escuchado contar.
Aunque el aprendizaje sobre un único cuento es también muy interesante: así puede ver y comprender cómo varía, cómo fluye, cómo respira con el grupo. Es algo estupendo.
Os dejo esta foto de Begoña contando hoy por la mañana en Haro
y esta otra foto contando a los pequeños en Torrejón del Rey el lunes. La primera vez que contó esta semana a 3 años. Ha sido muy interesante el trabajo que ha ido haciendo sobre ese cuento de dedos que está contando en la foto.
Ah, podéis verme ahí, sin perder detalle.
Hoy el viaje de vuelta, tres horas de coche, ha sido un resumen relajado y con bastantes detalles de la historia de los últimos treinta años de nuestro oficio, ya sabéis, ese estudio que realicé y que tengo en la web desde 2011 aquí.
A la cama que mañana toca viaje y unas cuantas sesiones de cuentos en Monreal del Campo, Teruel.
Saludos
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