jueves, 1 de diciembre de 2016

Un hoyo es para escarbar

Ayer me traje de la librería Un hoyo es para escarbar, el libro (ya clásico) escrito por Ruth Krauss e ilustrado por Maurice Sendak que fue publicado en 1952 y que ha incorporado recientemente a su catálogo la editorial Kalandraka con traducción de Miguel Azaola.


Antes de dejarse enredar por este libro, con solo abrirlo y hojearlo, se percibe el cuidado con el que se ha hecho: las calidades de la cubierta, el tipo y gramaje de papel, la tipografía... Luego uno empieza a leer el libro y a disfrutar de las ilustraciones y se da cuenta de que uno no puede dejar de amar este libro y de querer hacerlo de la mejor manera posible.
Un hoyo es para escarbar tiene el subtítulo de Un primer libro de primeras definiciones, y es exactamente eso: las cosas cercanas a los niños y niñas desde la propia mirada de estos, definiciones que los niños y niñas sentirán muy cercanas (y sensatas y lógicas y divertidas...). El libro contiene un buen puñado de "definiciones" de cosas tan importantes como los hoyos, la hierba, los perros, las manos, las narices, las orejas, los dedos de los pies... todas ellas ilustradas magistralmente (y a veces agrupadas en esas ilustraciones) por Sendak.
Los textos y las ilustraciones son hermosos, divertidos y tienen una alegría de cascabeles. En muchos casos son una invitación a re-mirar el mundo, a extrañarlo, a verlo con la mirada nueva de la infancia, a descubrir lo que se esconde detrás de las cosas. Uno lee este libro y tiene ganas de meter los dedos en tierra húmeda, de oler la hierba recién cortada, de subir una montaña... y, sobre todo, de volver a leer y releer el libro, porque, como bien dice su autora: "Un libro es para mirarlo".
Una lectura maravillosa, un libro que os recomiendo encarecidamente.
Saludos

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