Hace ya unos meses que tengo pendiente escribir una entrada sobre dos álbumes maravillosos que me regalaron en navidades, y como esta semana estamos celebrando que el lunes 2 de abril celebramos el Día Internacional de la Literatura Infantil y Juvenil, pues me he propuesto que todos los días haya una entrada en el blog hablando de libros LIJ hermosos y/o excepcionales. Y estos dos álbumes que traigo hoy al blog son realmente excepcionales.
Los dos son del mismo autor (que los ha escrito e ilustrado): Nikolaus Heidelbach, los dos están publicados por la editorial Libros del zorro rojo, los dos están traducidos por Moks, y los dos tienen títulos similares: ¿Qué hacen las niñas? y ¿Qué hacen los niños?
Los dos libros tienen una estructura similar: un breve texto a la izquierda (iniciado por la letra correspondiente del alfabeto que da principio al nombre del niño o niña respectivo) y una lámina ilustrada a la derecha que lo acompaña (y retuerce y condensa y explica y matiza y contradice y refuerza...). La idea en principio es bastante sencilla y parte, como dice el propio autor, de la observación directa de los niños y niñas.
Sendos libros resultan muy de mi gusto, ya sea por una cuestión formal, ya sea por una cuestión de contenido. Me explico.
Formalmente este tipo de libros manejan a la perfección el lenguaje del álbum ilustrado, explorando al máximo las posibilidades de la relación entre texto e ilustración. Un ejemplo para explicar esto que digo: la niña Yolanda "se prepara para ver su programa favorito", y la lámina nos muestra a una niña tumbada en el suelo frente a la televisión con un arsenal de cuchillos, una hacha, algún martillo, algún tenedor, rallador, trinchador... uno no sabe si va a ver un programa extremadamente violento o un programa de cocina. La imagen es, en verdad, impactante. Y así sucede lámina tras lámina, el abrazo/la tensión entre texto e ilustración es continuo y despierta en el lector la risa, la sorpresa, la emoción... En este sentido fue muy interesante ver a mis hijos disfrutando de estos libros: el mayor entendía unas cosas, el pequeño otras, y para ambos era un libro extraño e interesante que no dejaban de mirar y leer con atención y sorpresa.
Además de esta cuestión formal que tan bien maneja el autor, os hablaba de un plano más hondo. Me refiero cuando hablo de esto a que son libros sin concesiones, libros en los que podemos ver las cosas más hermosas, inocentes y emocionantes que hacen niños y niñas, pero también las más crueles y espeluznantes. En este sentido son libros honestos, que no tratan de disfrazar la realidad: nos muestran a los niños y a las niñas en toda su geometría, la cara buena y la cara menos buena, sin juicios de valor y sin omitir momentos menos "políticamente correctos".
Son, por todo esto, libros valientes y verdaderos. Libros valiosos.
En verdad estos dos álbumes insólitos son dos regalos, dos maravillas, dos libros que merece la pena leer, compartir, conservar y regalar.
Libros imprescindibles.
Saludos
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