viernes, 13 de abril de 2012

Talleres de cuentos tradicionales

En los días pasados he hecho unos talleres en Sabiñánigo (Huesca) con motivo del ducentenario de la publicación de Los cuentos para la infancia y el hogar de los hermanos Grimm (más información aquí). Partiendo de esta recopilación de cuentos tradicionales, punto de partida de las recolecciones de cuentos por toda Europa y todo el mundo, tuve la oportunidad de hablar con los chavales de quinto de primaria (y con los alumnos de Educación de Adultos) sobre los cuentos tradicionales, la forma de transmisión, sus valores, etc.
Para explicar todo esto de manera sencilla y eficaz utilicé los juegos tradicionales y su situación actual: qué juegos conocían, cómo los aprendieron, a qué jugaban, etc. El paralelismo fue perfecto, pues la situación de los juegos tradicionales es bastante similar a la de los cuentos tradicionales: desplazados por el fútbol o por el hurto de las calles a la infancia (los espacios para jugar-contar), conocidos muy pocos (y casi todos por las niñas) y arrinconados a pesar de la gran cantidad y diversidad de juegos tradicionales (que todavía mi generación conocía y disfrutaba).
Algunos de los juegos que fuimos comentando les sonaban, otros... ni de lejos. Por cierto, tras el taller, en el patio del recreo, ya empezaron a jugar a juegos como "Estatuas quietas" o "Churro va" (motu propio), quizás porque les avisé que no estaban bien vistos (incluso en algunos colegios estaban prohibidos).
De la mano de los juegos pasamos a cancioncillas y retahílas que les acompañan (¡la infancia juega cantando, hablando!): juegos de goma, de palmas, de comba, de pasillo... y de ahí a las adivinanzas, retahílas de pequeños, historias de miedo, leyendas urbanas... incluso ¡algunos cuentos tradicionales que les contaban los mayores! como Garbancito.
El taller dio para mucho más: de la mano de los juegos y los cuentos hablamos de la vida de los niños y niñas, de la tele y las pantallas, de la calle, de ir andando a la escuela, del miedo, de las "verdaderas" redes sociales... Incluso hubo tiempo para que pudiera contar algunos cuentos (que tenían que ver con los cuentos o con los Grimm).
Aquí puedes ver algunas fotografías de una sesión en uno de los colegios, el CEIP Puente Sardas.
Muchas veces, como narrador, echo de menos la conversación con el público después de la sesión de cuentos. En algunas ocasiones hay tiempo para hacerlo (no hace ni tres semanas en el IES Senda Galiana de Torres de la Alameda pasé una hora hablando con alumnos de primero de ESO sobre narración oral y cuentos después de haberme escuchado contar, todo un lujo), también en las sesiones de adultos suele haber momentos para ello. Pero disponer de dos horas para compartir y conversar con niños y niñas que tienen ganas de cuentos, de juegos, de palabras, de emoción... es un verdadero regalo. Todo un lujo.
La verdad es que al final resultó que dos horas se quedaron cortas, habría sido estupendo tener unas cuantas horas más (cuatro o seis) para haber preparado cuentos con los alumnos para que luego hubieran ido contando por otras aulas. O haber preparado un buen cuestionario para que fueran recogiendo cuentos y otros textos tradicionales en su círculo más cercano (familia, conocidos, vecinos). Habrá tiempo para todo. Habrá más talleres.
Desde luego en estos talleres sí creo haber conseguido algunos objetivos como despertar el interés por los textos (y juegos) tradicionales, generar actitudes positivas (y activas) hacia ellos, recuperar textos (y revalorizarlos), reflexionar sobre la propia vida de los niños y niñas y la situación de los cuentos tradicionales en sus días... y muchas otras cuestiones relacionadas con todo esto.
Los cinco talleres realizados han sido, en verdad, un regalo que guardaré en el recuerdo como oro en paño.
Saludos

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