sábado, 29 de mayo de 2010

No hay cielo sobre Berlín

Hoy me levanté temprano y me puse a leer. Había traído al pueblo unos cuantos libros y cogí el primero que me vino a la mano. Se trataba de No hay cielo sobre Berlín, de Helga Schneider, en ed. Salamandra, libro que me recomendó Javier, de la Biblioteca Municipal de Vallecas Villa (con un excelente fondo sobre el Holocausto). Abrí la primera página y quedé atrapado: no he podido parar de leer hasta la última palabra.
El libro cuenta los recuerdos de Helga, la autora, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando ella era una niña. Es un libro conmovedor, sobre todo cuando nos habla de los últimos meses y de la guerra y el asedio de Berlín. Me ha recordado al Diario de Ana Frank y también a El hundimiento, de Joachim Fest. Me ha parecido un libro durísimo, no solo por todo lo que sucede cuando hay guerra sino también por el derrumbe familiar, personal, moral que la guerra supone. El libro no se limita a hablarnos de lo difícil que era conseguir agua (que también), nos habla de cómo afectan estas situaciones extremas en las relaciones personales y de la soledad de los individuos frente a la sinrazón de la violencia.
Hay un momento en el que un médico anciano y con una pierna amputada habla con Peter, un niño. Una parte del diálogo es esta:

"-Prométeme que de mayor no permitirás que haya otra guerra -dijo el viejo.
-¿Por qué? -preguntó Peter mientras se pellizcaba las mejillas.
-Porque la guerra no es digna de los hombres.
-¿Por qué?
-Porque en la guerra la gente se ve obligada a comportarse de forma antinatural." (p.151)

Hay también un par de citas que nos hablan de contar cuentos:

"La abuela volvía muy a menudo de la tienda con las manos vacías, y entonces lo único que había para comer era un vaso de agua. Para que olvidásemos el hambre nos contaba cuentos o nos cantaba canciones de los campesinos polacos." (p.15)

[En los últimos días del asedio, cuando llevaban largos meses de tragedia, hambre, sufrimiento y dolor] "Un día, aquel viejo, que era un avispado cuentacuentos dotado de un humor macabro, me hizo reír." (p.196)

Los cuentos para acallar el hambre y para despertar la risa incluso en los momentos más duros. Los cuentos que logran humanizarnos hasta en las situaciones más inhumanas.
El libro es impresionante y os recomiendo, con vehemencia, que lo leáis.

Saludos

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