martes, 27 de octubre de 2015

Petit, el monstruo

Me traje de Argentina un libro álbum de Isol, una de mis autoras favoritas, titulado Petit, el monstruo, y publicado por Calibroscopio. Un libro, o más bien, un personaje, que ha servido como punto de partida para una serie de dibujos animados con el mismo Petit como protagonista.


En este libro se nos habla de Petit, a veces tan bueno, y a veces tan malo (a veces bueno como un conejo, como se puede ver a la izquierda de Petit en la misma portada del libro; a veces malo como un lobo, a la derecha de Petit en la misma portada). No es que Petit tenga una especial intención de ser malo o bueno, es simplemente que a veces es malo y otras veces es bueno; pero es que incluso en ocasiones, cuando pone empeño en algo e intenta ser bueno, puede ocurrir que el resultado sea justo lo contrario de lo esperado.
La sucesión de situaciones y ejemplos que nos va contando la narradora del libro nos lleva a un punto en el que empezamos a pensar que no hay blancos y negros (no se puede ser malo o bueno ¡en todo momento!), que lo que hay, tal vez, sean diversas tonalidades de grises, pero que tampoco eso implica que Petit (o cualquier otro) pueda ser clasificado como de un tipo o de otro de forma fija. Y es que, en puridad, nosotros no somos ni buenos ni malos, sólo nuestros actos pueden ser calificados como tales (con lo complejo o sencillo que eso pueda resultar). Por eso me gusta tanto cómo empieza este libro álbum, con una pregunta: "¿Conoces a Petit?". Y sí, claro, una vez terminas el libro y lo cierras piensas que sí, que lo conoces muy bien, pues tú mismo podrías ser Petit.
Ahora, este plano de posible significación no nos despista de la historia que se nos cuenta y, sobre todo, de la maravillosa resolución del cuento, esa última lámina deliciosa que nos hará sonreír, seguro.
Las ilustraciones nos traen el inconfundible estilo de Isol que tanto nos gusta y que en esta ocasión le permite jugar con la imagen del lobo y el conejo en las tintas, sombras, detalles... alrededor de Petit de una manera sutil.
En suma, un libro álbum que me ha encantado y que he disfrutado de lo lindo.
Ah, y antes de terminar aquí os dejo el booktrailer:


Insisto: un libro álbum delicioso que os recomiendo.
Saludos

lunes, 26 de octubre de 2015

Para siempre

Leo y releo en estos días un hermosísimo libro álbum de Kai Lüftner y Katja Gehrmann titulado Para siempre, traducido del alemán por Lorenzo Rodríguez y publicado por la editorial Lóguez con el cuidado que es habitual en ellos.


En este libro álbum el niño protagonista nos va contando qué sucede ahora que su padre ha muerto: todo sigue igual pero ya nada es igual, porque ha ocurrido algo que es para siempre, un cambio que afecta a los días, o más bien a la mirada que uno tiene sobre los días. Y es que ese para siempre tiene una dimensión profunda a la que uno se puede asomar apenas en algunas ocasiones, como cuando se asoma al hueco que deja la tierra para que entre un ataúd.
Un hermosísimo texto abrazado a unas ilustraciones exquisitas que nos permiten ahondar en múltiples planos de significado: desde la tenacidad de lo cotidiano (ahora de alguna manera extrañado, nuevo, tras la pérdida) hasta la pervivencia de quienes se han marchado pero que, al mismo tiempo, quedan en nosotros. O interpretaciones también en el plano simbólico como el que propicia el objeto de la cometa (leve y volátil, como el alma; roja, intensa, como el recuerdo vivo), una cometa hecha por un padre y un hijo y, acaso, volada también por ambos.
Un texto rico, sencillo, emocionante y muy elocuente también en sus silencios. Y unas ilustraciones, insisto, de una belleza y de una delicadeza deslumbrantes. Un maridaje perfecto para un libro álbum inolvidable que os recomiendo encarecidamente.
Saludos

PS. Otros libros de la pérdida: esta entrada en el blog. Otros títulos sueltos: Bolsillo y Jack y la Muerte. Esta entrada en el blog de mi mujer.

domingo, 25 de octubre de 2015

Hoy en Radio Castilla La Mancha

Hoy domingo me he estrenado en Radio Castilla La Mancha con Juan Solo y su nuevo programa regional "Solo en Radio", ha sido una primera toma de contacto para presentarnos, charlar apenas unos minutos del Día de la Biblioteca y recomendar algún artículo y alguna lectura. Todo por teléfono porque me han permitido hoy descansar después de esta semana loca de cuentos.
No sé aún si podré contar con la grabación de la sección o de todo el programa, la verdad es que Juan está haciendo un programa fresco, interesante, alegre... merece la pena escucharlo completo.

EL ARTÍCULO
Hoy, enlazando con lo que comentaba Alfredo Villalba sobre tecnología, empecé hablando de esta noticia leída en LecturaLab sobre robots cuentacuentos, que nos ha servido para hablar de la tecnología y la mala aplicación de la misma con los más pequeños, de hecho, insisto una vez, tenemos que ser conscientes de que los más pequeños no deberían tener acceso a las pantallas hasta los 10/12 años, tal como cuenta Cris Rowan en este interesantísimo artículo publicado en el HuffingtonPost, leedlo si sois padres, madres, maestros, maestras... y aplicadlo.

LOS LIBROS
Fueron dos recomendaciones fugaces, dos libritos deliciosos con los que empecé esta andadura de palabras escritas en Radio Castilla La Mancha. Para comenzar hablé de Colores, un librito para los más pequeños escrito por Estrella Ortiz e ilustrado por Paloma Valdivia y publicado por Amanuta, un libro del que hablo con más detalle aquí.


Y para terminar traje esta novelota extraordinaria de Lionel Shriver, Tenemos que hablar de Kevin, publicada por Anagrama, uno de esos libros que te golpean fuerte y que te regalan una lectura difícil de olvidar. Un libro del que os hablé en esta entrada del blog.


Aquí el podcast del programa entero, yo estoy en el bloque del domingo 25 a las 11,00, tras el boletín de noticias, nada más empezar.
Saludos y feliz semana

sábado, 24 de octubre de 2015

Día de la Biblioteca 2015

Amigos, amigas, hoy es 24 de octubre y celebramos, una vez más, el Día de la Biblioteca, no dejéis de acercaros a las bibliotecas, de disfrutar de sus libros, de escuchar sus cuentos contados, de utilizar sus recuersos, de consultar a sus profesionales. Las bibliotecas son nuestra casa.
Hoy y todos los días, celebrad la biblioteca.


Saludos

viernes, 23 de octubre de 2015

Ayer contando en Azuqueca

Ayer estuve contando en Azuqueca de Henares. Siempre es una fiesta volver a esta ciudad vecina, aquí conté por primera vez de modo profesional hace 22 años, y aquí vuelvo siempre que puedo a contar, a impartir talleres, a colaborar con la biblioteca... Es, para mí, un lugar muy especial.
Ayer, dentro del ciclo de los Jueves de los Cuentos (vinculado a los Viernes de Guadalajara), conté en La Casita de Los Cuentos "Eva Ortiz" el espectáculo "Este cuento vino a mí, vino a mí, vino, a mí". Se nos quedó casi pequeño el espacio, hubo que traer más sillas y abrir las puertas para que se pudiera ver desde fuera. Un absoluto lujo.
Antes de empezar a contar me hicieron esta breve entrevista-reportaje que incrusto en el post por si queréis ver:


También me han enviado desde la biblioteca las fotos que hizo Álvaro Díaz Villamil justo cuando empezaba a contar, una lástima que sólo se ve el público de la sala frontal y no el de la sala de la izquierda; igualmente hubo que meter más sillas a los cinco minutos de empezar... Aquí os dejo algunas de las fotos.






Como podéis ver, además de público adulto hay mucho público juvenil y mucho adolescente y estudiante de secundaria. Quienes trabajáis con jóvenes sabéis lo difícil que resulta llevarlos a veces a actividades culturales, motu propio, y fuera del horario escolar. El trabajo que están haciendo en Azuqueca con el pasaporte cultural es extraordinario, la implicación de institutos (¡y profesores!, ¡Mar, a tus pies!), el trabajo de la biblioteca (¡Eva y el resto del equipo, sois mis heroínas!), el apoyo del ayuntamiento y la concejalía de cultura... es impresionante. Insisto: un jueves a las siete de la tarde un montón de chavales de secundaria yendo a escuchar cuentos. Son cosas que hay que ver para creer. Pero en Azuqueca, sucede. Ah, y si os fijáis, entre el público podréis ver al alcalde y hasta cuatro o cinco concejales. Esto, desde luego, no es habitual y siempre, siempre, es de agradecer. Ya os dije que Azuqueca es un sitio muy especial.
Saludos

P.S.: De mi paso por el Viernes de los Cuentos contando este mismo espectáculo, Rubén Madrid escribió esta crónica estupenda.

jueves, 22 de octubre de 2015

Los pequeños macabros

Antes del verano, paseando y curioseando por la Feria del Libro de Fuenlabrada, di con varios libros estupendos que, inevitablemente, acabé por comprar. Tengo unos cuantos en mi mesa de trabajo esperando para ser anotados en este blog (la verdad es que tengo un atasco de libros para anotar que, mejor, no os enseño una foto de mi mesa de trabajo). Hoy traigo aquí uno de aquellos libros que compré en Fuenlabrada, se trata de Los pequeños macabros o Después de la excursión, de Edward Gorey, publicado por Libros del Zorro Rojo.


Los pequeños macabros es un alfabeto en el que cada letra está asignada a un niño, una niña, y su trágica muerte. Es tan macabro, tan bestiajo, tan brutal, que resulta hilarante. La peculiar mirada de Gorey, siempre entre lo tenebroso y lo humorístico, desconcierta y provoca al lector desde la primera página. Sus láminas, oscuras y a una sola tinta, muestran, por una parte, un estilo propio, muy personal, con un uso magistral de los diversos tonos: del blanco, pasando por los grises, hasta llegar al negro; y por otra parte también nos muestra una fabulosa composición de las imágenes, en las que el contexto logra mostrarnos siempre a los protagonistas pequeños y frágiles. Acaso nunca hubo niños tan solos, tan solitarios, como estos. En estas imágenes vais a reconocer un estilo muy del gusto de Tim Burton quien, indudablemente, está impregnado de la estética personalísima de Gorey.
Los textos que acompañan a las láminas (y que nos van describiendo las diversas muertes) confirman lo que las imágenes nos habían anticipado de una manera definitiva: no hay escapatoria para estos protagonistas aun cuando uno alimenta la esperanza de que quizás el próximo logre salvarse.
A pesar de todo esto, insisto, el libro resulta desopilante, lo cual no deja de sorprender y de darnos la medida del valor de este libro, de este autor: lograr que uno acabe sonriendo (o riendo) con la desmesura de la tragedia es mucho lograr (uno no puede dejar de recordar al Tarantino de Pulp Fiction al hablar de estas cosas). Es humor negro en estado puro.
Si os interesa este excéntrico autor (de culto) en la editorial Valdemar tienen sus obras completas en tres volúmenes (Amphigorey).
Pero volviendo a Los pequeños macabros, los editores de Libros del Zorro Rojo han colgado un vídeo del libro (tan trágico y con esa música tan dulce... resulta un estupendo contraste), podéis asomaros para haceros una idea más clara del contenido de este libro insólito.


En suma, un librito delicioso y muy peculiar que os recomiendo.
Saludos

miércoles, 21 de octubre de 2015

El niño y el aeroplano

El pasado agosto tuve la suerte de poder pasear (apenas unas horas) por unas cuantas librerías en Santiago de Chile, y lo mejor es que lo hice acompañado de Bernardita Cruz, una de las editoras de la revista Había una vez y, a día de hoy, una de las personas que más y mejor conocen el panorama actual de la literatura infantil y juvenil en ese país del sur de América. Como os podéis imaginar fue un regalo ir curioseando y comentando títulos con ella.
De aquel paseo me traje unos cuantos libros estupendos, y entre ellos el que os voy a comentar hoy. Se trata de El niño y el aeroplano, de Mark Pett, publicado por Gata Gorda Ediciones.


Este libro álbum nos cuenta la historia de un niño que tiene un pequeño avión con el que juega feliz hasta que el avión queda en lo alto de un tejado. La dificultad para conseguir recuperar ese avión hace que el niño urda un plan (que resulta ser lento, descabellado, hermoso...).
Las ilustraciones limpias y delicadas sostienen toda la historia (no hay texto) que es, también, una historia limpia (muy clara en lo que cuenta y en como lo cuenta) y delicada (sutil, llena de detalles hermosos), en la que se nos habla de la infancia (la ilusión, el juego, el brillo de los días...), de la paciencia y del inexorable paso del tiempo. Pero los planos de interpretación pueden ser múltiples, pues esa entrega final (esa última lámina que no he de desvelar) nos muestra acaso la herencia que los niños reciben de los viejos: ese disfrute por las mismas cosas sencillas, felices. Esa herencia quizás hoy cortocircuitada por estos tiempos de pantalla y prisa.
Quizás la felicidad era eso: un niño, un juguete, un árbol, y el tiempo generoso de los días para jugar.
Un libro bellísimo y muy sugerente. Uno de esos libros que uno no se cansa de mirar y volver a mirar para descubrir, en cada paseo por sus páginas, un nuevo detalle que aporta hondura a la historia.
Con una propuesta bien distinta este libro me ha hecho recordar a otros dos cuentos deliciosos: Un gato en el árbol, de Pablo Albo, en OQO, y Atrapados, de Oliver Jeffers, en FCE.
En suma, un libro álbum delicioso que os recomiendo. Ojalá esté pronto por nuestras librerías.
Saludos

martes, 20 de octubre de 2015

Nico y Pato

He leído en estos días un libro álbum titulado Nico y Pato, escrito e ilustrado por Bernat Muntés, editado por María Cecilia Silva-Díaz y publicado por la editorial Ekaré con el cariño y el saber hacer que es habitual en ella.


El libro nos cuenta una historia bien sencilla (insisto, no la confundamos con simple): un día de lluvia llaman a la puerta y Nico, el pequeño de la casa, va a abrir: en el umbral de la puerta está Pato. Desde ese día Nico y Pato son amigos inseparables pero de pronto un día algo sucede.
Un cuento bien hermoso contado con un texto muy pulcro y unas ilustraciones también muy limpias que permiten respirar a la historia y hacer que los pequeños lectores se fijen en los detalles importantes. Una historia sobre la amistad (y muchas otras cosas más, caramba) que los pequeños de la casa vivirán como muy cercana.
Me gusta mucho, insisto, la sencillez de la historia (depurada y perfecta) y cómo está todo tramado (contado con un ritmo alegre y muy adecuado). Me parece estupenda la segunda parte (ay, no quiero dar detalles), una muestra de la exacta medida de la amistad entre Nico y Pato y, sobre todo, me encanta el final: una resolución feliz, sorprendente y divertida. Bien divertida.
Un librito delicioso que disfrutarán grandes y pequeños. Y también un libro álbum ideal para contar y compartir. Echadle un vistazo, os va a gustar.
Saludos

lunes, 19 de octubre de 2015

Entrevista en revista Optiks

María José Alés me entrevistó a finales de mayo cuando estuve contando por Ibi (Alicante) para el siguiente número de la Revista Optiks que, tras unos meses, se publicó el pasado final de semana. Se trata del n.º 19 de la revista que incluye la entrevista. Podéis echar un vistazo a toda la revista aquí, o podéis ir directamente a mi entrevista aquí. Y claro, también podéis leerla en mi web.


Espero que os resulte de interés.
Saludos

sábado, 17 de octubre de 2015

Crónica del Viernes de los Cuentos

Rubén Madrid publica hoy en CulturaEnGuada una crónica del espectáculo de anoche en el Viernes de los Cuentos de Guadalajara: Este cuento vino a mí, vino a mí, vino, a mí. Os animo a que leáis la crítica que tan bien afina en el análisis de lo contado. Un lujo siempre contar con esta web y con estos periodistas para la cultura de esta tierra.
Aquí la tenéis la crónica en su web.


Saludos

Estupenda reseña de Cuentos mínimos

Acaba de publicar Germán Machado en su blog Gorjeos y ringorrangos una estupenda y muy completa reseña del libro Cuentos mínimos, librito de microficción con 50 cuentos tuit escritos por mí y con unas estupendas ilustraciones de Goyo Rodríguez que publicó a principios de año Anaya. Estoy feliz feliz con la reseña, os animo a que le echéis un vistazo.
Aquí podéis leerla en su blog.


Saludos

viernes, 16 de octubre de 2015

Viernes de los cuentos

Hoy viernes 16 de octubre comienza la temporada 2015-2016 del Viernes de los Cuentos de Guadalajara, uno de los ciclos de narración de mayor relevancia en España. Aunque a día de hoy no se ha hecho pública la programación ya puedo avanzaros que tengo el privilegio de ser el narrador que abra esta temporada; así pues, una vez más, cuento en casa, todo un lujo.
Han sido varias las ocasiones que he contado en el Viernes de los Cuentos en este formato actual de narrador invitado. Pero lo que hace especial para mí contar en el Viernes de los Cuentos es, sencillamente, que en el formato inicial, en el que quien quería contaba y quien quería escuchaba, en la primera ocasión que se celebró (en la hemeroteca de la biblioteca, todavía en el Palacio del Infantado), yo me puse en pie para contar sin pensar que ese sería el primer paso de un largo camino que me llevaría hasta aquí. Lo cuento con más detalle en este artículo.
Por eso es para mí un privilegio y una fiesta volver a contar en casa. Gracias a quienes lo hacéis posible.


Este viernes, os recuerdo, contaré:
Lugar: CMI Eduardo Guitián
Hora: 21,00
Público: Adulto
Espectáculo: ESTE CUENTO VINO A MÍ, VINO A MÍ, VINO, A MÍ
Más información en la web del Maratón.
¡Allí nos vemos!

jueves, 15 de octubre de 2015

Reseña de Cuentos mínimos

Fernando Alcalá ha escrito para la revista digital ElAlijo una estupenda reseña del libro Cuentos mínimos, con cuentos míos (cuentos tuits, sí), ilustraciones estupendas de Goyo Rodríguez y publicado por la editorial Anaya.
Podéis leer la reseña en este enlace.


Saludos

martes, 13 de octubre de 2015

El bosque de la bruja y los calcetines mágicos

En estos días he leído (y releído) un libro delicioso titulado El bosque de la bruja y los calcetines mágicos, escrito por Jutta Richter, con ilustraciones de Jörg Mühle, traducido del alemán por L. Rodríguez López y bellamente editado por Lóguez.


El libro nos cuenta una historia de amor entre Karla (Karlota Ingwer Loretta), la ¿bruja? que vive en el bosque y Robert, el repartidor de carbón (en la ciudad). Esta hermosa novelita arma su urdimbre con con calcetines rojos y se teje con historias que los personajes van escuchando y contando: acaso no haya "magia" más poderosa que la de las buenas historias.
El libro está escrito con un estilo delicioso (permite a la historia latir en cada línea), la trama está sabiamente armada (la atención no decae un instante), los personajes resultan irresistibles (en verdad irresistibles), las historias intercaladas son también estupendas y el conjunto es de una belleza deslumbrante. Un libro del que uno puede enamorarse fácilmente.
Tiene además unas cuantas citas sobre cuentos y narración, aquí os dejo dos, pero hay unas cuantas más:

"Robert coleccionaba historias como otra gente colecciona sellos. (...) Guardaba esas historias en su cabeza porque por las noches se encontraba demasiado cansado para anotarlas. Antes de dormirse, recordaba las historias que había escuchado ese día. Después cerraba los ojos y soñaba que particiaba en la vida de las historias, donde casi todas terminaban bien." (pp. 15-16)

"-- Ya, pero yo pensé que usted contaba historias. Las historias no son verdaderas, ¡las historias se inventan.
--¿Estás seguro? --preguntó la señora Schlott.
Robert dudó y finalmente asintió.
--Lo que uno sabe y lo que uno quiere creer --dijo la señora Schlott--. No todo es inventado. En toda historia se encuentra una realidad. Se puede contar de una u otra manera pero la realidad siempre está dentro." (p. 26)

Por si a estas alturas del post no os habéis dado cuenta el libro me ha encantado, lo he disfrutado de la primera a la última línea. De hecho lo he leído dos veces antes de escribir esta entrada porque quería gozarlo de nuevo antes de pensarlo.
Es más, por culpa de este libro hoy me he puesto unos calcetines rojos, porque con calcetines rojos se camina mejor (¿no lo sabíais? Leed el libro y veréis que así es).


Creo, además, que bien se podría armar una función contando este librito íntegro. Quién sabe, quizás me ponga manos a la obra.
En fin, un libro maravilloso que os recomiendo. Una lectura feliz. Una fiesta.
Saludos

lunes, 12 de octubre de 2015

Dos estrenos de cuento

Este final de semana largo lo he aprovechado para ir a ver dos nuevos estrenos en la cartelera de narración de este año. Y no solo para eso, eh, también para ver a los amigos y pasar algún rato de charleta y risa. Aquí va la breve crónica de los dos estrenos.


El sábado 10 de octubre por la tarde estrenaba Inés Bengoa su espectáculo de cuentos eróticos para adultos "Escalofrío" en el Teatro de la Escuela Navarra de Teatro. A la hora de empezar el aforo estaba completo (más de doscientas butacas) con muchos amigos, narradores y público de cuentos.
Inés cuenta para este espectáculo con el apoyo del músico Iosu Lizarraga y, en esta ocasión, con el buen hacer de Javier Pérez, el técnico de luces del teatro.
El espectáculo tiene un total de seis cuentos variados, de tradición y de autor, incluyendo entre ellos algún texto etiológico (el primero), cuentos humorísticos (como los dos árabes o el desopilante cuento del polvo), cuentos de gran hondura simbólica (el de la mujer salvaje) y cuentos de conocimiento (como el de los felices años veinte); todos ellos con mucho humor y celebrando a cada paso la alegría de la piel. Y no solo cuentos: también hubo momentos para canciones y melodías.
Creo que el repertorio es muy atinado y encaja muy bien, que sean cuentos de orígenes y culturas diversas da colorido a la narración y aire a las palabras. Y la duración de todo el espectáculo es perfecta: no cansa y deja un poquito de hambre de más.
De la propuesta escénica me interesó mucho el trabajo con Iosu, el músico, y cómo la narradora llenaba la escena con apenas la palabra y el movimiento que la acompañaba. Creo que el trabajo con las luces apoyó en todo momento la narración, igual que algunos objetos que utilizó en algunas de las narraciones (telas, una boa de plumas, una silla, una copa de cava).
Lo que más me gustó, siendo que todo fue un rato delicioso, fueron los cuentos árabes, disfruté mucho cómo los contó y cómo los encajó, creo que les dio alas. Y, como ella bien sabe, hay uno de los seis cuentos que me pareció absolutamente maravilloso, un texto poderoso y valiente, uno de esos cuentos que no se dejan embridar fácilmente y que me encantó escuchar en el escenario. Una joya.
El público salió feliz y aplaudió largo rato. En verdad lo pasamos estupendamente.


El domingo 11 de octubre estuve en Segovia disfrutando del segundo pase que hacía Eugenia Manzanera de su nuevo espectáculo "Retahilando", pensado para público infantil (3-7 años) y familiar.
No podría decir la cantidad de textos y referencias que incluye Eugenia en su espectáculo: cuentos tradionales, retahílas y poesías populares, mitos, canciones del folclore infantil, cuentos y poemas de autor, textos propios... Todo ello hilado (nunca mejor dicho) de manera magistral por esta narradora deslumbrante. Creo que es un repertorio acertado y felizmente cosido, con una duración perfecta que, insisto, deja hambre de un poco más a pesar de la cantidad de textos que contiene.
La escena es una canasta de bordar llena de objetos que son excusa y apoyo para la narración (y canción) de textos, un hilo de Ariadna para ese laberinto gozoso de cuentos, una fiesta para el ojo y la oreja.
En ese mar de hilos y agujas, de bastidor y telas, Eugenia se mueve como pez en el agua, maneja los objetos y los textos, las narraciones y las canciones, con poderío; logra que la atención no decaiga un ápice a lo largo de los cincuenta minutos; mantiene un ritmo alegre y feliz durante todo el espectáculo; es una absoluta fiesta.
El trabajo de Iovis, el músico que acompaña a Eugenia, es también fantástico, un acompañamiento que suma en todo momento a la narración y que interactúa con ella y con los textos, enriqueciéndolos.
La verdad es que quedé enganchado desde los primeros minutos: Eugenia nos atrapó y nos tuvo boquiabiertos hasta el último minuto del espectáculo; nos hizo reír, emocionarnos, cantar, jugar, participar... y todo sin perder la batuta: el conocimiento que tiene Eugenia del público es maravilloso, sabe cómo hacernos participar y, al mismo tiempo, que nuestra participación aporte al espectáculo, no reste. Y este público (3-7 años) es muy exigente, no es de los que se dejan engañar fácilmente: por eso cuando se les trata con el respeto y la profesionalidad que lo hace Eugenia, lo agradece. Sí, todos, niños y adultos, salimos felices del teatro y con mucho por digerir, cantando y evocando momentos gozosos de cuentos y cantos. Una delicia.


En los dos casos hay algunos elementos comunes que quiero resaltar.
En primer lugar me asombró que fueran estrenos y que vinieran ya tan rodados. Me asombró y me alegró que tanto Inés como Eugenia presentaron dos trabajos muy elaborados, complejos y atados, bien atados. Da una imagen de gran profesionalidad y de mucho oficio.
Me gustó que ambos espectáculos se estrenaran en espacios escénicos y que incorporaran recursos propios de la escena (como la iluminación) sin perder la frescura de la palabra dicha y la interacción con el público.
Encontré muy apropiado el acompañamiento musical y el juego escénico con el músico en ambos casos, especialmente feliz es el trabajo de Iovis en la escena, un verdadero hombre orquesta (él va acompañando con música, sonidos, diálogos ¡y hace al mismo tiempo de técnico de luces!).
Me emocionó los llenos de las dos salas: gente que venía al teatro a disfrutar de estrenos de narración. Gente que disfrutó. Esto también indica una gran profesionalidad y mucho trabajo en redes y prensa: un ámbito en el que todavía andamos algo cojos. O quizás ya no tanto.

Saludos

jueves, 8 de octubre de 2015

De paseo por LIBER

Hoy estuve en LIBER, la Feria del Libro para profesionales que se celebra un año en Madrid y otro en Barcelona. En esta edición de 2015 tocaba Madrid y los amigos de Lóguez ediciones me invitaron a ir a visitarlos. Así pues me acerqué por allá para dar un paseo y saludar. Y eso es lo que he hecho hoy, pasear entre los estand de la feria, curiosear (poco) y, sobre todo, saludar a amigos y editores. Me he presentado en algunas editoriales en las que tengo libros publicados y no conocía a los editores, ha sido estupendo poner cara y conversar (apenas unos minutos, porque en esa feria se va a hacer negocio y las agendas andan apretadas) con ellos y ellas. También he pasado a saludar a los editores que sí conocía personalmente y que tienen algún libro mío en catálogo (se me ha escapado alguno, ay), ha sido estupendo conversar. Pero lo mejor lo mejor ha sido encontrarme con unos cuantos amigos y amigas del mundo del libro: consultoras, bibliotecarias, promotores... hemos compartido café, comida, risas, charlas, ¡incluso algún posible proyecto!
Y este ha sido mi día.


No puedo decir si LIBER es una feria grande o pequeña, si había mucha o poca gente, si se ha hecho mucho o poco negocio. Sé que había gente trabajando, agendas en funcionamiento y muchos proyectos por ahí cociéndose. Yo, como ya dije al principio, sólo he ido a pasear y saludar. Y a echar unas risas con los amigos.
Saludos

miércoles, 7 de octubre de 2015

Cuentos concéntricos y circulares

En estos días he disfrutado de un librito delicioso que acaba de publicar la editorial Lóguez, se trata de Estaba yo una noche..., de Henrike Wilson. Es un libro en cartoné, con esquinas redondeadas y formato ideal para los más pequeños, con una propuesta bien interesante: una historia que te lleva a otra historia similar que te lleva a otra historia similar... en una suerte de fractalidad concéntrica (si se me permite el término, que es que desde que he leído La narración fractal de Héctor Urién no dejo de toparme con fractales por todas partes) pero al mismo tiempo circular, pues acaba en el mismo punto donde comenzamos: de manera que este puede ser un cuento infinito.


El librito es en verdad fantástico para contar (siempre espera uno que el niño, la niña, adivine quién es el siguiente amigo) y disfrutar en compañía.
Me ha recordado otro libro que llevo contando cuatro años (por militancia; quien me lo ha escuchado contar sabrá exactamente por qué), se trata de El señor don Nicanor, de Ana Fernández-Abascal y Flavio Morais, publicado por Faktoría K de Libros (y del que hablé con más detalle en esta entrada algo crítica). En este libro también hay una suerte de túnel concéntrico, cuentos que te te llevan a otros cuentos y que te permiten jugar con el libro, con la historia y con la narración cuando lo estás contando. En verdad son verdaderos regalos, una fiesta para la palabra dicha.


Y ojo, no estoy hablando de cuentos circulares, o al menos no sólo de cuentos circulares, estoy hablando de cuentos concéntricos que, como muñecas rusas, se van metiendo uno dentro de otro hasta que en el último nos damos cuenta de que estamos en el primero. Me encantan. Creo que son propuestas literarias estupendas muy similares a los juegos que los más pequeños tienen: cubos que entran en cubos, cajas que entran en cajas... Una idea de matrioska infinita. Una fiesta.
Y sí, también hay unos cuantos libros "sólo" circulares que me gustan mucho.
Aquí os dejo tres ejemplos que son estupendos porque, además de ser circulares, juegan con el formato del libro.
Un clásico es Siguiendo huellas, de David Hawcock y Jan Lewis, publicado por Beascoa hace veinte años (no sé cómo será de fácil o difícil conseguirlo ahora), un libro estupendo que se va abriendo y que permite hacer un círculo exacto de animales (y lector/a) que se siguen unos a otros.


Otro más reciente es ¡¡¡Socorro!!! de Michaël Escoffier y Matthieu Maudet, publicado por Corimbo, con un formato en acordeón que me encanta (no sé por qué tengo predilección por este tipo de libros) y que no es exactamente animales siguiendo a animales, si no animales que huyen de otros animales que les persiguen (unos a otros). Bien bien divertido para contar también.


Y para terminar una joyita que compré en París, en la librería del museo Pompidou: Atrape-moi!, un pop-up de Kees Moerbeek y Carla Dijs con ocho personajes desplegables y una historia circular infinita.


En todos estos casos lo interesante, además de la propuesta formal del libro y de la historia circular y/o concéntrica que contiene (y que funciona), es la posibilidad de juego que ofrecen a la hora de contarlos y compartirlos. Son libros maravillosos. Insisto, regalos para la palabra dicha.
Saludos

lunes, 5 de octubre de 2015

La memoria del cuentista

Me encanta este vídeo de Estrella Ortiz hablando en TEDxAlcarriaSt de la memoria del futuro, de la memoria del cuentista. El tema de la memoria es uno de los que más me interesan dentro de este oficio nuestro de contar, pero también es un tema que me interesa y me preocupa en casa, en la vida (mirad si no me creéis este post del blog: Cuento y memoria).
No dejéis de disfrutar del vídeo.


Saludos

Colores

Retomando las buenas costumbres, vuelvo a traer al blog notas de lectura de libros que me parecen interesantes, que he disfrutado o que considero son buenos para ser contados. No se me ocurre mejor manera que retomar este hábito con un librito maravilloso que me traje de Chile, se trata de Colores, escrito por la narradora y amiga Estrella Ortiz e ilustrado por Paloma Valdivia. Está publicado por la editorial Amanuta.


Este libro de cartoné, esquinas redondeadas y formato pequeño, es de la colección BB de la editorial chilena, "libros para cantar, leer, mirar y morder". Libros pensados para los más pequeños.
Estrella ha escrito unas hermosas rimas con cada color (hasta siete) en las que juega con colores y animales y, en las ilustraciones, los números también quieren jugar (podéis echar un vistazo a tres de las siete láminas en la ficha de la web de la editorial: aunque aquí falta la lámina azul con el tres, por eso se descabala la lógica del libro). Rimas con mucho sabor a tradición, con ritmo alegre, con mucha cercanía a las retahílas de tradición.
Una vez más Paloma Valdivia ha hecho unas ilustraciones maravillosas, limpias, con carácter y muy cercanas al interés de los más pequeños.
Perfecto en su sencillez (que no simpleza, insisto), es ideal para disfrutar con los pequeños de la casa o del aula. Ideal para compartir, contar, jugar y cantar. Y morder.
Este es uno de los cinco libros en los que trabajé editando el texto: dos están publicados aquí, otro es este que os recomiendo hoy, y otros dos están pendientes de publicar (entre ellos mi favorito, ay, a ver cuándo salen de imprenta).
Ah, una cosa más, aunque esté publicado en Chile en principio no debería ser ningún problema poder conseguirlo aquí: hay distribución, venta online y se pueden hacer pedidos de lotes (para librerías). Esta editorial bien merecería un hueco acá, está publicando un montón de buenos libros.
Saludos

viernes, 2 de octubre de 2015

Cuentos en tiempos de cultura light

Desde que leí este artículo en El País (es del 10 de agosto) no me he podido quitar de la cabeza algo que comenta Javier Guzmán, el autor, a partir del estudio realizado y que muestra el pobre nivel de expresión oral en este tiempo. Cita el periodista a Ramón Massó, experto en comunicación, que ha acuñado el término de Cultura light (la que vivimos/padecemos actualmente) y en la que la comunicación se basa en tres pilares, y cito textualmente: "tres axiomas de la vida actual: Espectáculo (divertirse hasta morir), Moda (lo nuevo es bueno por ser nuevo) y Levedad (o se entiende a la primera o no funciona)."
Como digo, desde entonces no me puedo quitar esto de la cabeza porque, así visto, es fácil entender que contar cuentos (y sobre todo cuentos de la tradición oral) hoy es un acto de pura resistencia, de pura rebeldía, porque los cuentos no encajan en ese planteamiento. Veámoslo con más detalle.

Espectáculo. Es verdad que los cuentos han salido del círculo alrededor del fuego para subirse a escena y, por lo tanto, se han sumado al catálogo de actividades y espectáculos culturales. Pero también es verdad que este oficio artístico sólo funciona si continúa manteniendo los elementos esenciales que durante miles de años han hecho del cuento contado un diálogo entre cuento, narrador y público. Es verdad que existen cuentos de humor, pero son una minoría con respecto al total del catálogo de cuentos universal. Es verdad que a los narradores nos gusta que el público ría cuando contamos, pero igualmente nos gusta que se emocione, que disfrute de la catarsis de una buena historia, que se conmueva...
Entiende uno también que quizás motivado por esta tendencia el cuento vaya desplazándose en algunos casos de su lugar natural al de los monólogos standup de humor (en muchos casos textos hueros que ocupan el espacio que naturalmente le corresponde a la palabra dicha). Por eso contar cuentos y resistir al embate de "la risa hasta morir" es un acto de resistencia, una manera de preservar la palabra honda que tanto alimento nos ha dado y nos da. En este sentido me encanta el título de un artículo del que me habló Alberto García: "El cuento se muere de risa". Como no tengamos cuidado eso puede ocurrir, y lo que es peor, podemos estar matándolo nosotros.
Y ojo: no quiero decir que sólo haya que contar cuentos serios y dramáticos, hablo de la necesidad de que todo esté al servicio del cuento (el humor también) y no a la inversa.

Moda. En este sentido parece que el cuento ha encontrado el preciso, justo, equilibro: viejos cuentos renovados cada vez que se cuentan. La precisa tensión entre el inmovilismo y lo totalmente nuevo se da en la narración de cuentos tradicionales donde pervive la esencia de las viejas historias arropadas por las palabras frescas, nuevas, vivas, de los narradores orales contemporáneos.
Quienes contamos cuentos a nuestros hijos sabemos que hay momentos (y no pocos) en los que ellos demandan una y otra vez el mismo cuento. No hay nada más contrario a este concepto de moda (lo nuevo es bueno por ser nuevo).
Es verdad que gusta ir actualizando y ampliando repertorios (porque al fin y al cabo vivimos y trabajamos en una sociedad de mercado que se mueve por este axioma), pero también es verdad que no son pocas las ocasiones los viejos cuentos que nos acompañan desde hace años se abren paso por entraña y garganta hasta llegar al público. Y el público agradece volver a escucharlos.
Reconozcámoslo: nos gusta contar y escuchar de nuevo los cuentos que ya conocemos, es como visitar a un viejo amigo. Y eso hoy en día es también un acto contrario a la Cultura light en la que andamos inmersos, no dejemos de hacerlo pues.

Levedad. En este punto el cuento tradicional es donde muestra su músculo. No hay ninguno, por muy sencillo que parezca, que no esconda bajo su ropaje de palabras significados profundos y de honda resonancia en nuestras almas. Los cuentos se escuchan y se vivencian, se cuentan igual que se cuentan los recuerdos, y es que se manejan estructuras y recursos idénticos a los de los recuerdos: es como si el cuento fuera algo vivencial para quien cuenta (que de hecho lo es). En este sentidos más que ganarse uno la vida contando cuentos: se deja uno la vida en ellos. Y eso, por simple cuestión de dignidad, no permite que sea algo somero o baladí o leve.
El público que ha escuchado el cuento se queda con él y, una vez dentro, la historia va trabajando en niveles más profundos. El cuento nos ha acompañado desde que somos seres humanos, nos ha alimentado de ficción y nos ha ayudado a comprender y comprendernos. Quizás por eso naturalmente aceptamos y disfrutamos de los cuentos contados: porque son algo nuestro, hondo.
El cuento no permite lo fugaz y somero, precisa una actitud consciente y activa del narrador, es evidente, pero, sobre todo exige una actitud consciente y activa del público. Es por eso que hay espacios donde no es posible contar cuentos (entendámonos, sí es posible, pero inútil), porque son espacios que no permiten que el público pueda tener esa actitud responsable, activa, de escucha y diálogo.
No, los cuentos no encajan en la levedad (o se entiende a la primera o no funciona), porque en los cuentos no pasa nada por no entender a la primera, porque el cuento llega para quedarse y habitarnos y alimentarnos durante largo tiempo (si no todo el tiempo).

Así pues hoy más que nunca contar y escuchar cuentos es un puro acto de resistencia ante esta Cultura light que nos atenaza.
Saludos