martes, 25 de junio de 2013

Purga

Acabo de terminar de leer Purga, un libro de Sofi Oksanen , traducido del finlandés por Tuula Marjatta Ahola Rissanen y Tomás González Ahola, y publicado por Salamandra. Esta novela ha recibido un montón de premios, entre ellos el de Mejor Novela Europea del Año 2010.


El libro comienza cuando una mujer mayor encuentra a una joven mujer prácticamente inconsciente entre los árboles de la finca que rodea su casa. La mujer mayor acoge a la joven y es en ese momento cuando un juego de mentiras y verdades, de historias del pasado, de traiciones y pasiones, se pone en funcionamiento y activa el engranaje de la novela haciéndola avanzar a toda máquina a saltos continuos entre presente y pasado y con distintas y diversas voces narrativas.
La novela mezcla los hechos históricos vividos en Estonia: invasión de los alemanes, ocupación de los rusos, dictadura y represión comunista... con la historia de dos mujeres que han vivido esa violencia del sistema y de los hombres contra ellas. El título Purga puede hacer referencia a cualquiera de esos dos motivos de la novela. Sucede además que las dos mujeres, acorraladas, tocando fondo (cada una en su historia, en su vida), acaban también por ejercer la violencia contra otros (de nuevo otra opción de purga). Se convierte así el libro en un complejo juego de espejos en el que vamos ahondando en la vida de las protagonistas y en las pequeñas relaciones afectivas que, poco a poco, se van instalando en sus días a pesar de la desconfianza y el miedo.
La novela está contada de manera que el lector, la lectora, ha de implicarse en la reorganización de la información que van dando las distintas voces y momentos del libro. Es una novela dura y también emocionante. Una lectura bien enjundiosa que va dando giros inesperados según avanza, y con cada giro una nueva vuelta de tuerca. Me ha resultado especialmente emocionante cómo consigue transmitir el miedo y la tragedia vivida por Zara, la muchacha.
Ocurre además que poco a poco vamos conociendo las historias de las protagonistas. Conocer la historia, contar la historia, se convierte en el verdadero motor de este libro, de estos personajes. Conocer la historia es saber quién eres, es saber de dónde vienes. Hay un momento interesante en este sentido que no me resisto a citar (pasión por las historias contadas, ya sabéis) y en el que habla de la manera más honda de represión, la de silenciar las propias historias:

"Su hija crecería con los de Martin [el padre, que es ruso, no estonio], con las historias que él le contaba, que nada tenían que ver con Estonia. Su hija iba a crecer con unas historias que no tendrían nada de auténtico. Aliide [la madre] nunca podría contarle Talvi [la hija] las historias de su propia familia, las que oyó de su madre, aquellas con que se quedaba dormida en sus Nochebuenas infantiles. No podría contarle nada de aquello con lo que ella misma había crecido, así como antes su madre, su abuela y su bisabuela. No le importaba no poder hablarle de su propia historia, pero sí de las otras, de todas aquellas con las que se había criado. ¿Qué clase de persona sería una niña que no compartía ni historias ni anécdotas ni bromas con su madre?" (pp. 247-8)

Un libro muy interesante. Uno de esos libros que da para rumiar largo. Muy recomendable.
Saludos

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