sábado, 16 de abril de 2016

La tierra que pisamos

Durante los días que estuve trabajando por Estrasburgo la pasada semana disfruté también de algunos momentos de descanso y lectura, así que pude leer con calma, saboreando cada palabra, el nuevo libro de Jesús CarrascoLa tierra que pisamos, que ha publicado, también en esta ocasión, la editorial Seix Barral.


A principios del S. XX España es un país invadido y anexionado por un imperio extranjero. En un pueblo de Extremadura se crea una zona residencial para miembros del ejército invasor: allí viven Iosif y su esposa Eva una vida regalada hasta que, un día, un hombre (Leva) aparece en el huerto de la casa. El encuentro entre esta mujer y este hombre se convierte en el motor de una trama en la que presente y pasado se entreveran para permitirnos darnos a conocer la trágica historia de este hombre (oriundo del lugar) y la de quienes habitaron esas casas en las que ahora viven retirados miembros y familias del ejército invasor.
Llevo un rato parado delante de la panatalla pensando cómo explicar de qué habla este libro, porque son muchos los caminos y veredas por los que transita: la tragedia de la guerra, la capacidad del ser humano para hacer sufrir al otro, el dolor de la pérdida... pero también se nos habla de la tierra que pisamos y que nos contiene y somos, de la insumisión ante lo establecido (y lo acontecido), de la esperanza y la rebeldía (aunque en ella se te vaya la vida), etc.
Al igual que en Intemperie este libro está escrito con una prosa rica y delicada que ahonda en los instantes y las emociones, que avanza poderosa y bella hacia lo terrible. Pero a diferencia de esta primera novela de Jesús Carrasco hay algo que no termina de encajar en el engranaje de La tierra que pisamos, quizás sean los varios frentes en los que avanza (la historia de la guerra y el exterminio, la historia de Leva, la historia de la "conversación" entre Eva y Leva...) que no terminan de ajustar; quizás sea que la trama avanza previsible (salvo, tal vez, en ese paso último de Eva, una Eva que se resiste a pertenecer al sistema ahora que conoce sus tripas); quizás sea lo extremo de todo lo contado. No sé. Hay, desde mi punto de vista, algo que no termina de afinar en este libro.
Sin embargo eso no impide que esta sea una lectura intensa y llena de momentos estupendos.
Saludos

No hay comentarios:

Publicar un comentario