viernes, 8 de mayo de 2015

Hablar solos

Aprovechando estos días de reposo forzado (quedarse afónico dedicándose uno a contar cuentos tiene mal arreglo) me he zambullido en la novela Hablar solos, escrita por Andrés Neuman y publicada por la editorial Alfaguara.


Un libro escrito a tres voces: la de Mario, que se está muriendo; la de Elena, lectora compulsiva atrapada por la vida; y la de Lito, de diez años e hijo de ambos. Tres voces que hablan solas, que se trenzan para ofrecernos miradas diversas de una misma historia (o quizás de tres historias distintas): un último viaje de Lito y Mario, pero también un viaje de Elena hacia lo oscuro del alma, hacia el deseo que acaso posterga la muerte.
El libro tiene otro gran protagonista además de los personajes ya citados: el dolor; alrededor del mismo laten las dos pulsiones que nos rigen: Eros y Tánatos (en su dominio o en su evitación), el sexo y la muerte, el deseo y el final (que acentúa el color de los días mientras los habitamos). Quizás sólo la infancia es libre, quizás sólo Lito ve el brillo de los días y se baña feliz en el mar.
Un libro exquisito escrito con una prosa eficaz, armado con unos personajes vivos y de gran hondura, que nos cuenta una historia entreverada, compleja, rica, profunda.
Es siempre una maravilla leer a Andrés Neuman, deslumbra la manera que tiene de contar las cosas, de mostrar los detalles, incluso los más sutiles, amplificando de esta manera las historias hasta llegar a planos de gran hondura. Es una delicia, sí, leer a Neuman. Una verdadera delicia.
Un libro hermoso que os recomiendo.
Saludos

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