lunes, 21 de octubre de 2019

La mujer del pez

El cuento que conté el pasado sábado en "Esto me suena a pueblo" (RNE), en la sección CUENTOS DE VIEJAS está sacado de La mujer del pez y otros cuentos tradicionales de la provincia de Guadalajara, un libro con cuentos recogidos en la provincia de Guadalajara, y que fueron reunidos y editados por Eulalia Castellote y José Manuel Pedrosa, y que publicó la editorial Palabras del Candil.


LA COLECCIÓN
Esta colección de cuentos recogidos en un periodo que abarca desde finales de los años 70 del pasado siglo hasta prácticamente los primeros años del siglo XXI reúne una colección de 95 cuentos. Quizás debido a la duración del proceso de recogida el resultado es una irregular colección en la que nos encontramos, por un lado, con cuentos de gran riqueza y detalle, y por otro, con fragmentos o cuentos apenas esbozados. Sea como fuere, a través de las historias recogidas en este libro podemos vislumbrar cómo era la riqueza del repertorio y el vigor de la tradición oral en tierras de Guadalajara.
Para saber más sobre este libro os recomiendo esta completa reseña escrita por José Ramón López de los Mozos.
Como curiosidad os comento que el libro lleva el título de "La mujer del pez" porque este es un cuento particularmente extraño que sólo se ha recogido en España en esta ocasión (es más, es un cuento muy esquivo del que sólo sabemos de algunas otras versiones registradas en Puerto Rico, República Dominicana, Cuba y Haití).

EL CUENTO
El cuento que conté el pasado sábado en la sección CUENTOS DE VIEJAS es el titulado "La tía Anacleta en el cementerio", está en la página 136 del libro. Aquí tenéis el audio del programa (merece la pena escucharlo completo, de verdad), el cuento lo tenéis a partir del minuto 16:10. O directamente aquí debajo (o aquí).


Como podéis observar (si leéis el cuento y escucháis el audio) he cambiado por completo el inicio del cuento: los dos "valientes" que protagonizan el cuento no pasaban por ahí, sino que hacen una apuesta diciendo que son capaces de ir por la noche al cementerio. Hago esto porque considero que lo entronca directamente con la tradición de "valentones" ridículos que apuestan que son capaces de ir al cementerio y, una vez allí (los que llegan), están sin valor y pasan una noche espantosa (a veces por un clavo que engancha su capa, otras veces por una zarza, etc.) que en ocasiones les deja el pelo cano o, incluso, les hace morir de miedo.
Al hacer este pequeño cambio en el texto creo que me alejo un paso del chiste y me acerco un paso al cuento. Pero es sólo una decisión personal. Seguramente el cuentito contado tal cual se recogió funciona también perfectamente.
El resto de la historia, como podéis comprobar, sigue más o menos la misma estructura y el final, por sorprendente (y bobo) resulta muy divertido (creo que en el audio esto es evidente).

No dejéis de disfrutar a este particular libro y su estupenda colección de historias. Ojalá os haya gustado el cuento y os haya resultado de interés la entrada.
Saludos

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