miércoles, 8 de enero de 2020

De la "nueva" oralidad

En este artículo "Escuchar el mundo", escrito por María Jesús Espinosa de los Monteros (de la red de podcasting Podium Podcast) y que publica hoy El País, se habla del resurgir de la "nueva oralidad" (podcast, notas de audio, audiolibros...). "Nueva oralidad" supongo que frente a una "vieja oralidad", la de los narradores tradicionales (y profesionales) de historias. Es muy interesante (y revelador) el detalle que ella cita como elemento fundamental para este resurgir: la multitarea (un término acuñado por Nick Bilton (véase el ejemplo espeluznante del inicio de este artículo en el que se afirma que la jornada de un adulto en Estados Unidos actualmente no es de 24 horas, sino, gracias a la multitarea, de 31 horas).
Volviendo a la "nueva oralidad" y la multitarea, la autora del artículo que aparece en el inicio de esta entrada del blog dice textualmente: "Dicho de otro modo, la capacidad para hacer varias cosas al mismo tiempo alarga nuestro día útil más de 24 horas. Y nada mejor que el audio permite tener la mirada y las manos libres para realizar otras tareas, para consumir historias en las voces de otros."
Sin embargo hay algunos ejemplos en los que esa "vieja oralidad" sucedía durante la realización de alguna actividad (mecánica, reiterada, sencilla...) haciéndola menos tediosa; la propia autora del artículo cita el caso de los filandones. En estos casos la oralidad como entretenedora, como ayuda para hacer más llevadero el trabajo, también ha existido, sí, y también ha sido una oralidad de multitarea (aun siendo una vieja oralidad). 

Dicho todo esto yo creo que tal vez se trataría de diferenciar entre una oralidad más o menos exigente, no más o menos nueva o vieja. Una oralidad que precise de una actitud activa de escucha, o de una oralidad que no la requiera (y que permita escuchar de fondo mientras se hacen otras cosas). Y lo que hace que exista esa exigencia en la escucha, en mi opinión, es lo efímero del mensaje: lo dicho vuela, y si no escuchas atentamente no puedes volver atrás y "releer" lo ya contado. Sin embargo cuando la escucha puede volverse a hacer una y otra vez porque el mensaje está grabado (fijado) desaparece esa característica primordial de la oralidad. A esto los estudiosos lo han llamado oralidad primaria (una persona contando en un contexto concreto a otra persona; palabra alada y fugaz) y oralidad secundaria (un audio en WhatsApp, por ejemplo; palabra fijada, enlatada).
Seguro que hay otros muchos aspectos que suman a la hora de exigir una escucha activa, volvamos caso del filandón y supongamos que un día llega a dicho filandón una una nueva narradora con historias no escuchadas antes: sospecho que el momento en el que esta mujer cuente esos nuevos cuentos la tarea estará parada o irá más lenta. Así pues la novedad de lo escuchado, el interés que despierta lo que se está contando, también importa para poner en pie esa escucha activa. Pero ojo, lo que resulta determinante en cualquier caso, es lo efímero de la oralidad primaria: que ese acto de habla será único, irrepetible, fugaz y, sobre todo, efímero.

Hay además otra cuestión interesante en todo esto. El resurgir de esa oralidad compatible con la multitarea es un signo más de estos tiempos en los que andamos explotados y autoexplotados. Pues la oralidad de escucha exigente, activa, completa, precisamente una de las cosas que buscaba (y que sigue buscando) era una suerte de cese de las tareas o, si se me permite, una especie de desaparición del presente y de viaje a otro tiempo y lugar.
Saludos

2 comentarios:

  1. Otra diferencia: La denominada "nueva" oralidad, no tiene el nivel de interactividad de la "vieja" oralidad, y para mi gusto con ello se pierde parte del núcleo esencial de la oralidad: la posibilidad de interacción sincrónica por parte del público, permitiendo con ello la modificación/modulación y adecuación viva de lo que se está narrando a ese público concreto. Nadie puede narrar oralmente lo mismo dos veces al mismo público, Heráclito ya aventuró algo al respecto...
    Estaríamos hablando por tanto con la "nueva oralidad" mas bien de"audibilidad", o audificación como señala el artículo, dicho de otro modo: una oralidad de interacción más pobre, limitada, generalmente no oral y en la mayoría de casos asíncrona (un "me gusta", un compartir etc).
    ¿No es la interactividad un activo novedoso, valioso y atractivo en la era de las tecnologías digitales de información?, pues bien, la mal llamada "vieja" oralidad ya la tiene.

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    1. Exacto, Mariano. De hecho esa posibilidad de interacción es la que los estudiosos marcan como la clave para diferenciar entre la primaria y la secundaria.
      Saludos

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